La localidad pampeana vuelca sus efluentes cloacales al río Colorado sin ningún tratamiento como también su vecina rionegrina de Catriel. Este severo problema ambiental no parece preocupar demasiado a las autoridades.
Días atrás, la información sobre los efluentes que van al río y el riesgo de contaminación en la ciudad neuquina de Rincón de Los Sauces sorprendió y preocupó a los pobladores aguas abajo del Colorado. Ahora LA ARENA recogió información sobre dos ciudades petroleras vecinas, 25 de Mayo y Catriel, donde los efluentes cloacales se arrojan al río sin tratamiento. En ninguna de las dos localidades hay control sobre residuos peligrosos de la actividad petrolera.
Cabe destacar que 25 de Mayo tiene sistema de cloacas en toda la zona urbana y una vieja planta de decantación que no se utiliza desde hace varios años. Sólo quedan unos pocos pozos ciegos en el sector conocido como de quintas, de una hectárea y media, considerada hoy zona urbana.
Según explicaron desde el municipio, hay un proyecto para construir una planta de tratamiento de líquidos cloacales que podría estar terminada en aproximadamente un año y medio. La planta tendrá tres piletas de decantación y una última con bacterias y compuestos químicos no contaminantes, que depuren esos desechos.
Históricamente, los líquidos cloacales llegan a un canal colector y por una cañería de cemento de 50 centímetros de diámetro que corre paralela a la avenida Santa Rosa Oeste (con varias cámaras a lo largo del recorrido para trabajar en eventuales taponamientos) se dirigen hasta el sector rural donde se encuentran hornos de ladrillos.
En ese lugar caen a un profundo canal a cielo abierto y recorren unos cinco kilómetros hasta llegar al Río Colorado. Según informaron oficialmente, el canal lleva varias décadas en esta condición.
El proceso se realiza a cielo abierto para que vayan decantando los sólidos y sólo lleguen líquidos al río.
Unos tres kilómetros antes del Colorado, el canal de efluentes cloacales recibe las aguas de otro canal, que recibe el drenaje de las aguas sobrantes del riego de las chacras. Ese volumen líquido, según los especialistas, contribuye a la depuración natural de los desechos de cloacas antes de que estos lleguen al río.
Catriel.
Por otra parte, en la localidad de Catriel tampoco existe un control minucioso sobre los residuos peligrosos de la actividad petrolera. En dicha localidad, existe una planta cloacal a metros de la zona urbana, que sólo decanta sólidos. A través de un ducto, estos van a un canal a cielo abierto que, en forma paralela al río, recorren unos 300 metros para luego llegar a las aguas de un brazo del río.
Varias veces por año la cañería se tapa y arrojan los efluentes a un canal de una propiedad privada que se utiliza para drenar los sobrantes de riego. El propietario, Enrique Manuel Flores, presentó quejas ante el Departamento Provincial de Agua. Flores ha presentado quejas en más de una oportunidad porque el canal pasa a metros de su vivienda y los olores nauseabundos inundan su vivienda.
Temores.
Sobre las sospechas de contaminación hidrocarburífera no hay demasiadas certezas ni del lado rionegrino ni del lado pampeano. Catriel posee una pileta, presuntamente impermeabilizada con polietileno en el basurero a cielo abierto a metros de la ruta 151. Pero LA ARENA pudo apreciar que el lugar no se utiliza desde hace años y de hecho está prácticamente tapada con residuos comunes. Las estaciones de servicios y lavaderos poseen en su mayoría piletas adonde arrojan los barros con desechos contaminantes, aunque no hay certeza sobre dónde se arrojan luego.
Lo mismo pasa en 25 de Mayo, donde no hay un lugar preparado para recibir residuos peligrosos. Según pudo averiguar este diario, las empresas petroleras lavan sus rodados en las plantas que poseen en los yacimientos y allí también hacen el tratamiento de residuos contaminantes, aunque no se precisó, quien realiza los controles sobre el particular.
La Arena