La energía eólica y la solar, la biomasa y la geotermia pueden desarrollarse en nuestro país
Argentina, lo dicen los especialistas, tiene un potencial enorme en lo que a energías renovables se refiere: desde la biomasa, en materia de combustibles, hasta la geotermia, pasando por los aerogeneradores de electricidad. Para muchos, está claro que los combustibles fósiles nunca desaparecerán, aunque dejarán de usarse antes de que se extingan porque los costos serán tan altos que perderán su condición comercial.
“Las fuentes de energía renovable son confiables e inagotables y se generan a partir de combustibles de libre acceso y gratuitos como el viento, la radiación solar, la biomasa y las corrientes de agua (es posible aprovechar los saltos de agua para pequeñas centrales hidroeléctricas)”, considera Greenpeace Argentina.
En materia eléctrica, se estima que en nuestro país hay poco más de 400 megavatios (MW) de potencia instalada de fuentes alternativas. De ese total, sólo 27 MW de potencia instalada corresponden a fuentes eólicas, casi el 10% de lo que tiene Brasil, que alcanza los 256 MW.
Rosario Espina, coordinadora de la campaña de Greenpeace contra el cambio climático, dijo al diario “La Nación” que “en 15 años o más, la mayor parte de las energías que usamos actualmente será intercambiable, siempre y cuando se realicen las modificaciones de infraestructura pertinentes. Por ejemplo, en lugar de nafta o gasoil, en los vehículos podremos utilizar biocombustibles o incluso electricidad. La calefacción o la cocina de nuestras casas podrán funcionar con energía solar, gas natural, electricidad o fueloil y así sucesivamente. No es lo mismo en el corto plazo”. Con los precios de los combustibles fósiles en los niveles actuales, el beneficio de las energías alternativas no es tan alto porque sus costos no son bajos. Cuando el crudo rompía la barrera de los 100 dólares por barril, la fuente renovable podía ser más atractiva para inversores.
Alemania tiene una de las mayores proporciones de energía renovable. La ciudad de Berlín se fijó el objetivo de alcanzar el 30% en su matriz energética hacia el 2020 de esta fuente y el 45% diez años más tarde, empujado por la energía eólica. El gobierno español prevé llevar su capacidad de producción de electricidad de origen eólico a 22.000 MW, una potencia que podría abastecer todo un país. Si se tomara la energía hidroeléctrica la oferta renovable del país crecería, pero según el protocolo de Kyoto no es una fuente sustentable.
Fuente: Río Negro Online