En Copenhague afortunadamente fue completamente claro el fracaso de la reunión oficial. Esto despertó a muchos que todavía tenían la ilusión de que dentro del sistema capitalista es posible detener el calentamiento global, de que los grandes depredadores del mundo pueden actuar en defensa de la supervivencia de la especie humana.
Hugo Blanco
“La concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera ha alcanzado niveles tan altos que el sistema climático se ha desequilibrado. La concentración de dióxido de carbono (CO2) y la temperatura del mundo han aumentado aceleradamente en los últimos 50 años y subirán aun más rápido en las próximas décadas. Esto se suma a multitud de desequilibrios ecológicos, cuyo impacto pone en peligro las vidas y medios de subsistencia de los pueblos del mundo, y en particular de las personas desfavorecidas y otros grupos vulnerables.”
“El desequilibrio del sistema climático da lugar a episodios extremos más acusados y frecuentes de calor y lluvias, ciclones tropicales, huracanes y tifones, inundaciones y sequías intensas, pérdida de biodiversidad, corrimientos de tierras, aumento del nivel del mar, escasez de agua potable, periodos vegetativos mas cortos, menor rendimiento, deterioro o pérdida de tierras agrícolas, menor producción agrícola, pérdidas de ganado, extinción de ecosistemas y agotamiento de los caladeros, entre otros. Estos fenómenos dan lugar a crisis alimentarias, hambruna, enfermedades, muertes y desplazamientos, así como a la desaparición de formas de vida sostenibles.” (Declaración de los pueblos en Klimaforum09).
Frente a esto las Naciones Unidas acordaron realizar una Convención Marco sobre Cambio Climático (COP 15), que se desarrolló del 7 al 18 de diciembre en Copenhague con el objeto de diseñar un tratado para la reducción de las emisiones de gases de invernadero, causantes del recalentamiento planetario.
Dicha reunión fracasó, no se llegó a ningún acuerdo, pues los países que más culpables son por el calentamiento (Estados Unidos aunque solamente representa el 4% de la población mundial, produce el 25% de la contaminación por emisión de dióxido de carbono) no quisieron comprometerse a reducir ni un ápice de la contaminación.
A última hora, luego del fracaso de la reunión oficial, Obama se reunió con algunos cómplices y les hizo firmar un papel, sin discusión, donde se manifestaba “buenos deseos” de reducir la emisión de gases de invernadero pero sin fijarse ninguna meta, también prometieron “ayudar” a las principales víctimas del calentamiento, fundamentalmente de África y otros países pobres, pero también sin fijar cantidades ni ejecutores. Sólo expresiones de buenos deseos sin compromiso alguno.
A pesar del fracaso de la reunión oficial, Evo Morales dijo: “Se dice que fue un fracaso, pero yo diría que no ha sido un fracaso la cumbre de Copenhague, más bien diría que es un triunfo de todo el mundo (…) porque los países capitalistas desarrollados no pudieron imponer su declaración”.
Coincidimos plenamente con él. Fue diferente a la reunión de Kyoto que fijó metas ridículas que no firmaron EEUU ni otros grandes culpables, que no se cumplieron, que convirtió la defensa del medio ambiente en mercancía, pero que a pesar de eso dio esperanzas a la gente de que algo se estaba haciendo En Copenhague afortunadamente fue completamente claro el fracaso de la reunión oficial.
Esto despertó a muchos que todavía tenían la ilusión de que dentro del sistema capitalista es posible detener el calentamiento global, de que los grandes depredadores del mundo pueden actuar en defensa de la supervivencia de la especie humana.
Copenhague no reunió sólo a mandatarios, en la manifestación internacional del sábado 12 de diciembre hubo 100.000 personas preocupadas por el cambio climático. La reunión fue precedida por manifestaciones masivas en Inglaterra y otros países.
Se conformó la organización “Cambiemos el sistema, no el clima” que emitió la “Declaración de los pueblos en Klimaforum09”.
Hugo Chávez repitió en la reunión de presidentes dos consignas que pregonaba la gente en las calles: “Cambiemos el sistema, no el clima” y “Si el clima fuera un banco ya lo hubieran salvado”.
Evo Morales denunció que cuando iba a hablar hicieron desalojar la sala para que sólo los mandatarios lo escucharan.
Dejó cinco preguntas para que las Naciones Unidas consulten a los pueblos del mundo sobre el cambio climático en un referéndum mundial para que los pueblos del mundo digan si o no:
“Eso dejaremos en manos de la decisión de los pueblos del mundo”. (Se sobrentiende que las Naciones Unidas no impulsarán el referéndum).
1 ¿Está usted de acuerdo con restablecer la armonía con la naturaleza, reconociendo los derechos de la Madre Tierra?
2.- ¿Está usted de acuerdo con cambiar este modelo de sobre consumo y derroche que es el sistema capitalista?
3.- ¿Está usted de acuerdo con que los países desarrollados reduzcan y reabsorban sus emisiones de gases de efecto invernadero de manera doméstica para que la temperatura de la tierra no suba más de 1 grado centígrado?
4.- ¿Está usted de acuerdo en transferir todo lo que se gasta en las guerras y destinar un presupuesto superior a los presupuestos de defensa para el cambio climático?
5.- ¿Está usted de acuerdo con un tribunal de justicia climática para juzgar a quienes destruyen la Madre Tierra?
Además Morales convocó a la “Cumbre Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático” en defensa de la humanidad, la vida y el planeta. Serán invitados no solamente presidentes de países interesados y preocupados sobre el tema, sino expertos, académicos y representantes de las organizaciones sociales.
“El objetivo es lograr una posición de consenso a ser planteada en la próxima Cumbre sobre el Cambio Climático que se realizará en México en diciembre de 2010”
Se realizará en Cochabamba, Bolivia, del 20 al 22 de abril, coincidirá con la primera celebración mundial del Día de la Madre Tierra recién instituido por la Organización de las Naciones Unidas.
Es ingenuo pensar que los grandes contaminadores del mundo hagan algo en defensa del clima.
Las grandes empresas multinacionales son las que gobiernan el mundo a través de los “mandatarios” que no son más que meros sirvientes suyos.
Su religión neoliberal les ordena ganar la mayor cantidad de dinero posible en el menor tiempo posible. Ellos saben muy bien que para hacer eso deben destruir la naturaleza, saben muy bien que sus descendientes ya no existirán, pero no les importa. A través de los medios de comunicación que están a su servicio, desinforman en la medida de lo posible sobre el calentamiento global y las medidas que debieran tomarse.
Tiene razón Evo cuando dice: “Solamente tratan de los efectos y no de las causas del cambio climático”.
“El cambio climático es producto del sistema capitalista que favorece la obtención de la máxima ganancia posible. Ese es el propósito del sistema capitalista sin tener en consideración la vida de los demás. En Copenhague deberíamos analizar que países son los que mas están dañando el medio ambiente y deberíamos considerar estos daños para enfocarnos en los países con mayor responsabilidad para que paguen por esta deuda con el clima del planeta, es una obligación”. …“La cumbre de Copenhague es mucho más de carácter mundial, es un debate sobre la vida, sobre la humanidad. Ahí tenemos profundas diferencias con Gobiernos capitalistas. Yo sigo convencido de que el capitalismo es el peor enemigo de la humanidad”
Pueda ser que todavía alcancemos a lograr la supervivencia de la especie. Nos pone optimistas la reunión de 100.000 personas en Copenhague, la conformación de la organización “Cambiemos el sistema, no el clima”, la convocatoria para la reunión en Cochabamba, el sacudimiento de los países ricos de Europa por la baja violenta de temperaturas en estos días.
Al parecer vamos a dejar de estar solos los pueblos indígenas que desde hace siglos venimos luchando y muriendo en defensa de la Madre Tierra y por la defensa de nuestras organizaciones colectivistas, solidarias.
Sólo la extinción del capitalismo logrará la supervivencia de nuestra especie, cuanto más antes lo comprenda el mundo, mejor.
Hugo Blanco, veterano luchador de la izquierda peruana, es miembro del Consejo Editorial de SinPermiso.
Fuente: Sin Permiso