La aprobación excedió los dos tercios: 208 votos afirmativos, 32 en contra y 5 abstenciones. Así, el Estado expropió el 51 por ciento de las acciones de YPF en manos de Repsol. El kirchnerismo celebró dentro y fuera del Congreso
Por Miguel Jorquera | Página/12
YPF volvió a manos del Estado. Con más de dos tercios de sus miembros, la Cámara de Diputados convirtió en ley la expropiación del 51 por ciento de las acciones de la petrolera en manos de la española Repsol. El proyecto del Gobierno que también declara de “interés nacional” la recuperación del autoabastecimiento energético y desde la exploración hasta la comercialización de hidrocarburos cosechó 208 a favor, 32 en contra y 5 abstenciones. Un respaldo abrumador al que aportaron los diputados kirchneristas y sus aliados más fieles –Nuevo Encuentro, el Frente Cívico santiagueño y el interbloque que comanda el Movimiento Popular Neuquino–, la mayoría del radicalismo, todo el Frente Amplio Progresista, Proyecto Sur, un puñado de cívicos y peronistas federales, varios bloques provinciales y monobloques. En contra sólo se pronunciaron el macrismo y la mayoría del peronismo anti-K. Elisa Carrió lo hizo por la abstención, igual que su ex socia política Graciela Ocaña.
Cuando el tablero electrónico marcó el resultado, los diputados oficialistas se mezclaron en abrazos y desde los palcos estalló la Marcha Peronista. Diputados había sellado la anunciada recuperación del control estatal sobre YPF, unas de las compañías emblemáticas del desarrollo productivo en manos del Estado hasta su privatización, en medio de la ola neoliberal que dominó el país en la década del ’90.
Luego, el oficialismo le cerró el camino a cualquier modificación al texto de la media sanción del Senado y votación del articulado a mano alzada volvió a mostrar un recinto dividido entre oficialistas y sus aliados por un lado y a la ya raleada oposición por el otro. Los diputados del PJ disidente ya habían abandonado sus bancas, igual que hizo el radical Oscar Aguad antes de la votación. Elisa Carrió había hecho lo mismo después de pedir al presidente de la Cámara, Julián Domínguez, que diera vista al fiscal de turno para investigar la responsabilidad de los funcionarios del Gobierno en el vaciamiento de YPF, según lo que denunció el jefe de la bancada radical, Ricardo Gil Lavedra, en el recinto. Lilita se ganó el abucheo que bajaba de las gradas, a lo que respondió parafraseando a Raúl Alfonsín tras el levantamiento militar de Semana Santa del ’87: “Felices fiestas, la casa está en orden”.
El cierre de los presidentes de las bancadas sintetizó las posturas partidarias expuestas a lo largo de dos jornadas, 20 horas de debate y casi 200 oradores en una discusión cuya suerte ya estaba sellada. Cerca de las 21, Agustín Rossi fue el encargado de clausurar el debate como jefe del bloque oficialista. Desde la presidencia, Domínguez lo anunció como si se tratara de un boxeador que iba a enfrentar los cuestionamientos que durante varias horas lanzaron desde los bloques opositores.
Ovacionado, El Chivo agradeció “el aliento y los aplausos” y le dedicó sus primeras frases a la tribuna. “Con aplausos o con huevazos siempre defendimos las mismas ideas”, soltó Rossi en referencia a la agresión con que los ruralistas lo sorprendieron en su provincia en plena confrontación por la 125. “Estamos aquí porque la Presidenta tomó la fuerte decisión política de nacionalizar la principal empresa petrolera de la Argentina”, agregó. Después devolvió golpe por golpe las críticas opositoras.
“Algunos cuestionaron por qué ahora y no antes”, arrancó Rossi. “Lázaro Cárdenas nacionalizó todas petroleras de México en su cuarto año de mandato. Yrigoyen crea YPF en el final de su gobierno. ¿Se lo puede criticar por eso?”, siguió y se preguntó para defender el momento de la decisión de CFK. Después de repasar las decisiones más importantes de los nueve años de gobierno kirchnerista, Rossi afirmó que el proyecto va a “cambiar un paradigma, que el petróleo ya no es commodity sino consumo básico para el crecimiento del país” y aseguró que tras la declaración de interés nacional el autoabastecimiento energético, la exploración, producción, transporte y comercialización de hidrocarburos “todas las petroleras tendrán que cumplir con ese objetivo”.
Sostuvo que la “especulación financiera desbarata cualquier intento de crecimiento”, afirmó que Repsol “estaba en ese juego financiero” y que YPF “financió el crecimiento” de la petrolera española en todo el mundo. Luego defendió la constitución de YPF como una sociedad anónima, para “ser ágil” en un “mercado muy competitivo”. Citó a Raúl Scalabrini Ortiz para afirmar que en el kirchnerismo “no somos como el agua de estanque, no nos queremos pudrir”. Sobre el final, devolvió la gentileza de quienes acompañaron el proyecto porque “los partidos políticos opositores no son nuestros enemigos, nuestros enemigos son las corporaciones”.
Apoyo crítico
Ricardo Gil Lavedra defendió la postura de la UCR en “un intenso proceso de discusión interna, que no fue fácil, y que para algunos medios fue más importante que la propia ley”. Después detalló los “cinco ejes sustanciales” sobre los que plasmaron sus disidencias: sostuvo la “grave situación energética que compromete seriamente la economía y pone en riesgo su desarrollo” y vaticinó que “tenemos petróleo para once años y gas para ocho años”. “A la crisis se llegó después de que Menem privatizó YPF y las políticas seudoprogresistas de los Kirchner”, soltó el ex camarista federal antes de afirmar que “la famosa argentinización de YPF es un fraude”, denostó la “hipocresía de un relato épico” del oficialismo y concluyó que a pesar del apoyo radical al proyecto en general “no convalidamos la negligencia ni la corrupción”.
El FAP combinó su representación para manifestar su “apoyo crítico” al proyecto. “¿Estamos hoy estatizando YPF? No”, se preguntó y contestó Gerardo Millman, del GEN. El juecista cordobés Ernesto Martínez afirmó que “sufragaremos convencidos pero críticos” y reclamó al Gobierno que “asuma inmediatamente una política energética, si no la ley se transformará en un boomerang”. “Venimos con claridad y sin dudas a apoyar un proyecto que significa abrir la posibilidad de una mayor capacidad de decisión del Estado en materia de política energética, porque donde estén los intereses de la Nación, vamos a estar nosotros”, puntualizó el socialista Juan Carlos Zabalza.
Fernando “Pino” Solanas sostuvo que la ley “es un paso importante para recuperar la renta” petrolera, pero cuestionó que la intervención de YPF esté a cargo del “ministro responsable de pilotear ocho años de desastres”. Luego reclamó la “prohibición inmediata de las exportaciones”, “auditoría de todos los yacimientos” y “medidores para todos los pozos”.
“Apoyamos el proyecto con esperanza, que es cuando uno tiene problemas. Desde el punto de vista energético estamos en las malas, no en las buenas”, dijo Felipe Solá para respaldar la iniciativa del Gobierno y sumarse a muchos de los planteos de Solanas.
En contra
“YPF en un capítulo más de esta novela desastrosa”, dijo la macrista Laura Alonso para manifestar el voto en contra del PRO. “Este gobierno fue y es parte del saqueo de los recursos naturales. No vamos a convalidar con nuestro voto que siga esto en el futuro”, sentenció eufórica. Alonso habló envuelta en una bandera argentina, lo que le valió algunos comentarios poco amistosos de parte de los militantes kirchneristas.
Los peronistas federales dividieron votos y discursos. El dirigente sindical petrolero Alberto Roberti se encolumnó junto a otros dos compañeros de bloque con “la ley de recuperación del patrimonio de la empresa más importante de la Argentina” y sin “objeción alguna sobre los artículos”. Enrique Luis Thomas habló en nombre de los 17 que votaron en contra del proyecto y anunció que luego de la votación en general se retirarían del recinto ante la negativa oficialista de aceptar modificaciones al texto original. Ocaña, que forma parte del interbloque de los federales, se abstuvo.
Los cívicos de Carrió también votaron divididos. Lilita encabezó las abstenciones, mientras dos de sus dirigidos, Horacio Piemonte y Carlos Comi, lo hicieron a favor.
Tras doce horas de discursos, debates y cruces, el proyecto se transformó en ley. Desde las gradas desplegaron una enorme bandera con la figura del ex presidente Néstor Kirchner sonriente y levantando su pulgar. Fue el telón de cierre para una de las medidas más trascendentes del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
Página/12
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Lo que no se vio por televisión
Los carteles en las bancas continuaron siendo el rasgo distintivo de la sesión. El PRO pidió dejar las emociones de lado y el radicalismo se enojó por las críticas. Los palcos estuvieron colmados y los militantes K festejaron a puro cantito
Por Sebastián Premici | Página/12
Un cierre histórico para dos días de debate sobre la nueva YPF. Carteles, banderas y cánticos de la militancia, dentro y fuera del Congreso. Figuras de la política y la cultura que dieron su presente. Las emociones, para varios, a flor de piel, salvo para los legisladores del PRO que votaron en contra.
– La guerra de los carteles. Los carteles hicieron furor. Esta vez la iniciativa estuvo del lado del Frente para la Victoria. Sobre sus bancas colocaron unos afiches con las siglas YPF, pero cargadas de imágenes con nombre propio: Y (Yrigoyen), P (Perón) y F (Fernández). El resto de los bloques conservaba los mismos carteles que pudieron verse anteayer: los radicales con Mosconi y El Peludo, como lo llamaban al caudillo radical. Y los del FAP tenían los mismos afiches que el día anterior había repartido Victoria Donda. En definitiva, el recinto parecía, en su conjunto, un gran collage lleno de carteles sobre las bancas. Más tarde aparecieron las banderas de las distintas agrupaciones políticas.
– Emociones afuera. El PRO no sólo votó en contra. También se pronunció en contra del simbolismo que representa YPF. “Acá hay un uso y abuso de la emoción, cuando debería primar la razón por sobre la emoción. Esta dicotomía nos hace creer que seguir una emoción es lo correcto. A veces consideramos que detrás de las siglas de YPF hay mucho más de lo que hay”, manifestó Paula Bertol, en su tono “republicano”. Según narró, la legisladora tiene familiares que han trabajado en la petrolera, por lo que estaría atada emocionalmente a la compañía, tal como quiso dejar en claro. “Fui a la universidad pública, donde me enseñaron la diferencia entre expropiación y confiscación y el respeto a la Constitución Nacional. Por eso venimos a decir que no, para que se respeten las leyes por sobre las emociones”, sostuvo la macrista.
– Avanti Morocha. El diputado Héctor Recalde (FpV), hombre de confianza de Hugo Moyano, le dedicó su discurso a la juventud. Para ello citó una frase de José Ingenieros: “Jóvenes son los que no tienen complicidad con el pasado”. Y nombró a Andrés “Cuervo” Larroque, secretario general de La Cámpora y diputado por el FpV; a Facundo Moyano, de la Juventud Sindical, y a Mariano Recalde, su hijo y presidente de Aerolíneas Argentinas. “Podemos defender este proyecto con el corazón y con el bolsillo, porque defendemos los recursos de los trabajadores”, indicó Recalde. Antes de su discurso, el legislador habló por radio defendiendo el rol de los trabajadores en la nueva YPF y le dedicó un mensaje a la presidenta Cristina Kirchner: “Avanti Morocha”.
– ¿Una bandera de escudo? “Están usando YPF para salvar a un vice sospechado. YPF será el nuevo chiche de La Cámpora”, lanzó la macrista Gladys González, no bien arrancó. En los cinco minutos que tuvo cada legislador para hablar, los legisladores tuvieron que ingeniárselas para parecer concisos y contundentes. “La oposición (el resto, no el PRO, que votó en contra) es tan responsable como el oficialismo, si avala este proyecto”, agregó González, antes de cuestionar a la UCR. Sobre su butaca tenía una bandera argentina, como “escudo” por si desde los balcones del recinto, donde ya habían ingresado los militantes, llegaban a gritarle “cipayos”.
– Trigo, carne y petróleo. El discurso de González generó molestias en el oficialismo. A partir de ahí, los legisladores del FpV subieron los decibeles. “Están los que hacen bicisendas, pero que no pueden hacerse cargo de los subtes y estamos nosotros, que nos vamos a hacer cargo con (Julio) De Vido, (Daniel) Cameron y (Axel) Kicillof, con todos los que se tuvieron que hacer cargo de la Argentina en 2003”, manifestó Andrea García, ex secretaria de Relaciones Institucionales del Ministerio de Agricultura. Haciendo honor a su paso por esa cartera, de la cual también proviene Julián Domínguez, la diputada agregó: “El trigo, la carne y el petróleo no pueden estar sin la intervención del gobierno nacional y popular, mal que les pese a quienes siguen tributando a favor de un gobierno de transferencias. El tiempo del diagnóstico se terminó. Es tiempo de hacerse cargo”, concluyó García.
– Ofendidos. Los discursos del oficialismo continuaron en esa línea hasta que el radicalismo se ofendió. Así se lo hizo saber el titular del bloque, Ricardo Gil Lavedra, al jefe del bloque oficialista, Agustín Rossi. El ex camarista amagó con retirarse del recinto a la hora de la votación si continuaban los discursos “agraviantes” hacia su fuerza. El titular del bloque del FpV les pidió a sus diputados bajar los decibeles. El tema no pasó a mayores. “Primero la patria”, bromearon, con alguna ironía, varios legisladores del oficialismo, en relación con el pedido del radicalismo.
– Famosos ypefianos. Los palcos del recinto estuvieron colmados de personalidades de la política y la cultura. Juntos se sentaron Hugo Yasky, titular de la CTA, y el dirigente social Luis D’Elía. En otro palco estaba el escritor y columnista de Página/12 José Pablo Feinmann junto a la actriz Andrea del Boca. También estuvo Hebe de Bonafini (aplaudida por los diputados del oficialismo cuando ingresó al recinto), junto a Estela de Carlotto. También estuvo el filósofo Ricardo Forster y el abogado Eduardo Barcesat. Pero los personajes que llamaron más la atención fueron el Chaqueño Palavecino y el corredor Marcos Patronelli, ambos con un vínculo con YPF. El músico tiene un hermano que trabajó en la petrolera. En el caso del piloto de cuatriciclos, su padre tiene una empresa de camiones que se dedica a la logística y distribución de combustibles.
– La fiesta militante. Dentro y fuera del Congreso hubo encuentro de militantes. En la segunda y tercera bandeja del recinto cantaron, luego de la sanción en general, los militantes del JP Evita, La Cámpora, la Juventud Sindical, Unidad Socialista para la Victoria, el Movimiento Evita, la UOM, Kolina y el Frente Transversal. Todos desplegaron sus banderas y pusieron algún que otro aplauso, grito o cántico a los discursos de los diputados.
– Un final histórico. Como es costumbre, el cierre de oradores fue de Agustín Rossi. Antes había sido presentado por Domínguez, quien no pudo evitar una presentación con cierta euforia, cual encuentro de box. En su discurso, Rossi mencionó la frase de un pensador que fue nombrado en reiteradas oportunidades durante los dos días de debate. El texto citado correspondía a Raúl Scalabrini Ortiz: “De-salojemos de nuestra inteligencia la idea de la facilidad. No es tarea fácil la que hemos acometido. Pero no es tarea ingrata. Luchar por un alto fin es el goce mayor que se ofrece a la perspectiva del hombre. Luchar es, en cierta manera, sinónimo de vivir”.
Página/12
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Los argumentos de los principales bloques
RICARDO GIL LAVEDRA
Jefe del bloque UCR
“Estamos frente a una grave situación energética. La Argentina perdió su autoabastecimiento por políticas erráticas e irresponsables de los gobiernos justicialistas de los últimos 20 años. Con los actuales niveles de consumo nos quedará petróleo para sólo 11 años más y gas para 8 años. Hubo una política deliberada de dependencia energética. Se requerirán más de 40.000 millones de dólares para salir de este círculo vicioso. Esta no fue una cuestión sencilla para nosotros. Se había producido un atropello confiscatorio (la intervención), pero coincidíamos en lo central: la conveniencia de que el país tuviera una petrolera estatal o con mayoría estatal. Eso privilegiamos.”
FEDERICO PINEDO
Jefe del bloque PRO
“Este gobierno tomó un país que exportaba 4000 millones de dólares y ahora importa por 12.000 millones. Hemos perdido el autoabastecimiento. Tanto nosotros como el oficialismo coincidimos en que son necesarios más de 20.000 millones de dólares de inversión en exploración. Pero esa plata no está. El proyecto propone inversiones extranjeras, pero difícilmente éstas vengan mientras se haya intervenido una empresa sin aval judicial, sacando al personal con agentes de seguridad, sin una indemnización previa. Así no se atraen inversiones. Vamos a votar en contra, en relativa soledad. Votando en contra estamos diciendo que otra Argentina es posible.”
ALFONSO PRAT-GAY
Jefe del bloque Coalición Cívica
“No vamos a votar en contra de lo que siempre sostuvimos: que YPF debe estar en manos del Estado. Pero tampoco podemos avalar una expropiación que no sabemos cuánto cuesta, que no se ajusta a la ley, que no consigue los objetivos que dice perseguir y perjudica a los dueños del recurso estratégico. Los que no pudieron controlar ni a Repsol ni a sus íntimos amigos Eskenazi y Cirigliano difícilmente puedan gestionar YPF. Pese al 54% de apoyo que obtuvo Cristina Kirchner en su reelección presidencial, en ningún lado de su plataforma electoral se hablaba de la expropiación de YPF. No hay en ningún artículo de la ley algo que diga cómo va a cambiar la política petrolera.”
ENRIQUE THOMAS
Frente Peronista
“Estamos de acuerdo con que YPF esté en manos del Estado. Pero tenemos derecho a desconfiar de este gobierno: su política energética ha sido un desastre y de ser exportadores de energía pasaron a ser importadores. Además, este proyecto no favorece a las provincias, sino al contrario: son convidadas de piedra, siendo que son las propietarias de los recursos naturales. Nos parece que el proyecto no está en el campo nacional y popular. ¿Cómo vamos a acompañar un proyecto que nos dice que es una causa nacional pero no tenemos los números? Desconfío que solamente con el proyecto oficial se resuelva el problema de autoabastecimiento y la soberanía energética.”
AGUSTIN ROSSI
Jefe del bloque FPV
“La demanda energética creció porque hubo una política de mayor consumo y de crecimiento del PBI. ¿Cómo se puede decir que este gobierno no invirtió cuando en estos nueve años invirtió el 8% del PBI en materia energética? Repsol financió su crecimiento en todo el mundo porque podía vender a precio internacional, no a los 50 a 60 dólares el precio del barril, como se les obligaba aquí. Venimos con la convicción de cambiar un paradigma. El petróleo deja de ser un commodity para ser un insumo básico para el desarrollo económico del país. Estamos aquí porque la Presidenta tomó la fuerte decisión política de nacionalizar la principal empresa petrolera de la Argentina.”
OSCAR AGUAD
Diputado UCR
“No me rindo al chantaje emocional montado sobre una sigla emblemática. El Gobierno ha tenido un estrepitoso fracaso en su política energética y ha perdido un valor estratégico, el abastecimiento de gas y petróleo. Con esta ley está lejos de poder recuperarlo y, es más, puede agravar el problema. El Gobierno ha perdido 200.000 millones de dólares en reservas de gas y petróleo, pero no sólo de YPF, sino de todo el sistema. Todas las empresas, salvo dos, no han cumplido con el plan de inversiones previsto, con la complicidad del Gobierno. Creo en un Estado eficiente, que impulse un programa para el sector de hidrocarburos con prioridades.”.
La Nación
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Macri, el contra
“Si España era un aliado importante para nosotros en el tema Malvinas, después de lo que hicimos con YPF vamos en contra del reclamo, que sí es absolutamente genuino y nos corresponde.” A Mauricio Macri no se le puede negar originalidad, en el día en que su bloque votó en contra de que YPF vuelva a estar bajo control estatal. Preocupado por el impacto de esta posición, el equipo de comunicación del jefe de Gobierno envió mails a “líderes sociales” detallando la posición de Macri contra la expropiación de YPF. En el kirchnerismo lo volvieron a tratar de “abogado de Repsol”.
“Lo que hicimos con YPF no ayuda a que tengamos aliados en lo de Malvinas”, estimó Macri, quien dijo que no vio el spot de los Juegos Olímpicos en Londres. “No lo vi, me lo comentaron todos, pero no lo vi. Estoy en deuda”, se excusó. Lo único que opinó el ex presidente de Boca es que no es bueno mezclar la política con lo deportivo.
En tanto, el equipo de comunicación de Macri lanzó un operativo para mitigar los daños que pueda causar la posición sobre YPF, que ya lo deja a Macri en absoluta soledad dentro de la oposición. Para esto, le enviaron mails a celebridades y “líderes sociales” con el fin de que reciban de mano del jefe de Gobierno las explicaciones sobre su postura. Todos los mails están escritos en primera persona, llevan la firma de Macri y empiezan con el nombre de pila del destinatario. “Siento la necesidad de hacerte saber cuál es mi punto de vista”, empieza Macri. “La decisión del gobierno nacional no hace más que agravar la seria situación energética que tiene la Argentina y por la que sufren, una vez más, los que menos tienen”, inicia sus críticas el líder del PRO. “La expropiación en estos términos rompe con los compromisos asumidos por el país (…) quiebra la confianza de los inversores actuales y futuros al mostrar un total descrédito de las instituciones”, advierte. De todas formas, Macri aclaró –como lo había hecho públicamente– que no volvería a privatizar YPF: “No repetiría los errores que hoy critico, cambiando de nuevo las reglas del juego”.
“La derecha macrista en sus discursos no hace más que decir frases elaboradas por los abogados de Repsol”, afirmó el diputado kirchnerista Carlos Kunkel. “Eso es lo más notorio y me parece que es importante poner en claro que los discursos que más cerradamente se oponen son los discursos que introducen frases y expresiones que van a ser argumentos, que ya están siendo preparados, por los abogados de la empresa Repsol”, estimó Kunkel. “Son consecuentes. No es un partido político, es un grupo de hombres de negocios que se dedican a serlo. Esa es la realidad”, dijo el diputado, quien consideró que otros partidos han quedado todavía muy ligados a las presiones multimediáticas, “que les daban un poco más de existencia”.
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