En un mensaje dirigido por el nuevo número uno de la empresa petrolera al personal de YPF, al que tuvo acceso Página/12, Miguel Galuccio promete rentabilidad a los accionistas y competitividad en medio de un testimonio de sintonía con la Presidencia
Por Martín Granovsky | Página/12
En su primera carta al personal de Yacimientos Petrolíferos Fiscales, el nuevo gerente general Miguel Galuccio dijo que quiere una YPF “competitiva a nivel mundial, profesional, rentable para sus accionistas, integrada a su comunidad y líder en la industria petrolera”. Página/12 tuvo acceso al mensaje de una página que Galuccio dirigió a lo que él mismo denominó “equipo de YPF”. La carta está encabezada por una foto suya en el ángulo superior derecho que lo muestra con el casco amarillo de trabajo, la ropa de un operario y detrás no una oficina sino el detalle de una tubería. La aclaración de firma está completa, con nombre y apellido, pero la firma dice, solamente, “Miguel”.
La dependencia directa de Galuccio aparece clara en el primer párrafo. “Acabo de ingresar a YPF”, dice el texto. Y añade: “He aceptado el desafío, al que me invita la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, de ser el gerente general de esta compañía”. Luego recuerda cuando, a los 24 años, se integró a la empresa que ya había sido privatizada por el entonces presidente Carlos Menem y tenía como director a José Estensoro. “Hace 20 años comencé aquí mi carrera profesional. Creo que pueden imaginar lo que este momento significa para mí.”
Continúa de este modo la carta: “Después de mucho tiempo, vuelvo a YPF y asumo con total compromiso la tarea de reconvertirla, junto a todos ustedes, en una empresa con verdadero sentido nacional, que sea protagonista en el desarrollo energético del país y respalde su crecimiento”.
El viernes pasado, al promulgar la ley de expropiación de acciones de Repsol sancionada por el Congreso, la Presidenta dijo que quería una YPF profesional pero respondiendo a una dirección política. El texto de Galuccio parece una combinación de esa idea y de otra que aparece en el texto del artículo primero de la ley de expropiación y que podría ser considerado en sí mismo una ley completa sobre hidrocarburos.
El artículo uno reza: “Declárase de interés público y como objetivo prioritario de la República Argentina el logro del autoabastecimiento de hidrocarburos, así como la exploración, explotación, industrialización, transporte y comercialización de hidrocarburos, a fin de garantizar el desarrollo económico con equidad social, la creación de empleo, el incremento de la competitividad de los diversos sectores económicos y el crecimiento equitativo y sustentable de las provincias y regiones”.
“Renuncié, algunas semanas atrás, al cargo de presidente de Schlumberger Production Managment en Londres”, dice otro párrafo de la carta de Galuccio. “Lo hice porque quiero a esta empresa y quiero a mi país.” E inmediatamente después de esa frase aparecen las características de la YPF deseable consignadas al comienzo de esta nota.
“Sabemos que esto es posible”, cierra el texto tras la fijación de objetivos. “Los invito a compartir el desafío de poner en marcha esta nueva etapa histórica en la vida de YPF.”
En su extrema síntesis, la carta no incluye detalles de cómo se propone el nuevo gerente general de YPF lograr la conjugación de una firma “con verdadero sentido nacional” con metas como la rentabilidad para sus accionistas. Pero como no hay promesas cuantificadas de rentabilidad y como, además, el accionista principal pasó a ser el Estado, a nivel nacional y de las provincias, el mensaje podría leerse no tanto como un plan de acción sino como una demostración pública de sintonía con la Presidenta.
En su sección Mercados de ayer, el diario británico The Financial Times informa sobre las amenazas comerciales de la Unión Europea contra la Argentina en defensa de Repsol y destaca que el modelo de Galuccio es la noruega Statoil. “Galuccio tiene buenos antecedentes y buena reputación”, señala uno de los diarios más influyentes del mundo. “Tendrá que cumplir rápido ante un gobierno hambriento de resultados y una población que apoya ampliamente la vuelta de YPF a manos estatales”, puede leerse en el párrafo final.
Tal como lo viene informando este diario, fuera del país la diversidad de enfoques sobre la expropiación de acciones de Repsol es mayor de lo que aparece en la Argentina. Un ejemplo es la edición on line del Asia Times, otro sitio influyente en el área global de negocios. Incluye una columna del académico norteamericano Cyrus Bina, experto en economía petrolera que enseña en la Universidad de Minnesota. Luego de subrayar el crecimiento de la economía argentina y su desconexión del Fondo Monetario Internacional, Bina desmitifica los pronósticos tremendistas al opinar que “hoy, ejemplos de coexistencia amigable entre compañías nacionales de petróleo y capital transnacional se dan en Abu Dhabi, China, Brasil, Emiratos Arabes Unidos, India, Irán, Irak, Italia, Kuwait, Malasia, Nigeria, Noruega, Omán, Paraguay, Rusia, Arabia Saudita y Venezuela”.
Página/12