Apuestas al oro negro

El petróleo convencional ingresó en una curva descendente y la explotación del no convencional es a un costo más alto y, por ambos motivos, además del especulativo, el precio del barril se ha acomodado cerca de los cien dólares.

Por Cristian Carrillo
El nuevo esquema de retenciones a la exportación de hidrocarburos garantiza a las petroleras un precio mínimo para sus exportaciones de 70 dólares el barril, que recibirán de manera automática cuando la cotización internacional supere los 80 dólares. Estimaciones privadas prevén para los próximos quince años precios sostenidos del orden de los 100 dólares el barril. Los contratos a futuro de crudo en el mercado de Nueva York finalizaron la semana en cerca de 95 dólares el tipo WTI, mientras que el precio del Brent se sostuvo encima de los 110 dólares el barril. En los últimos años el precio de este commodity opera en torno de esos valores. Las alternativas que tienen los operadores para aprovechar la suba o beneficiarse de su volatilidad van desde opciones sobre la cotización del petróleo hasta acciones vinculadas con el sector.
Los yacimientos más accesibles se van agotando y aquellos que comienzan a explorarse son cada vez menos convencionales –como el hallado en el país en el área denominada Vaca Muerta–, lo que implica técnicas de explotación más costosas. Esos mayores costos se reflejan en una suba en el precio. Tras tocar el piso de los 40 dólares, en diciembre de 2009, para el tipo ligero WTI, en pleno impacto global de la crisis en la economía, el crudo comenzó una volátil suba. El año siguiente, la cotización registró su mayor alza en una década, con un acumulado de 75 por ciento, hasta los 80 dólares. En 2010 el precio rozó los 90 dólares, con un crecimiento anual de casi 10 por ciento, a partir de la expectativa de una salida de la crisis. En 2011 avanzó cerca de un 8 por ciento, con oscilaciones entre 90 y 100 dólares, en sintonía con la volatilidad del resto de los mercados. El año pasado perdió lo que había ganado en el anterior.
El valor del petróleo no se explica sólo por fuerzas de oferta y demanda sino también por incertidumbre o especulación económica y política. “La creación de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en 1960 puso de manifiesto un cambio en las relaciones de fuerza. Las dos crisis del petróleo de los años ’70 modificaron parcialmente las políticas energéticas. Pero, a pesar de las presiones a favor del ahorro de energía y de la búsqueda de otras fuentes, la explotación de los recursos de oro negro se extendió”, según un informe del Atlas IV de Le Monde Diplomatique. Actualmente, las expectativas de los inversores para negociar con petróleo están ligadas a la consolidación del crecimiento de la economía de Estados Unidos y la capacidad de China para detener una creciente inflación.
Dado que no es posible para un inversor comprar un barril de petróleo, los operadores ofrecen distintas alternativas, como ingresar en fondos de inversión que tengan como punto de referencia al petróleo. Los denominados fondos cotizados –Exchange-Traded Funds– cotizan en el mercado de valores, similar a una acción, y replican el valor de cualquier materia prima. También se puede operar con los contratos a futuro. Algunas sociedades de Bolsa los ofrecen con una inversión inicial equivalente al dinero que cubra las pérdidas o ganancias derivadas de la variación del precio del petróleo, es decir, que las diferencias se cancelan a diario en cada rueda. Son aún más volátiles que el precio del petróleo por el contenido especulativo a futuro.
Los warrants son instrumentos derivados emitidos en forma de un título que se cotiza en la Bolsa. El precio esta relacionado con la cotización de otros activos sobre los que se emiten activos subyacentes. Este tipo de activos cotiza de forma parecida a los futuros, pero es operado mayormente por empresas. Otra alternativa, más sencilla, es apostar a acciones de alguna empresa vinculada con la actividad petrolera, ya sea productores de crudo –como YPF o Petrobras– o de insumos para la industria, como los de Tenaris, holding que elabora tubos sin costura con destino a la extracción de crudo.
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