Entre pozos petroleros y rascacielos de lujo

Los emiratos ostentan una inmensa riqueza proveniente de sus recursos hidrocarburíferos, pero sólo tienen un veinte por ciento de tierra cultivable. Argentina busca cerrar acuerdos de cooperación alimentaria.

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner arribó ayer a Abu Dhabi, la capital de Emiratos Arabes Unidos, dando inicio a una gira en Oriente que incluirá a Indonesia y Vietnam, de la que pretende volver con una serie de acuerdos comerciales bilaterales que irán desde el sector energético hasta el alimentario. La exuberancia y el derroche de una ciudad que detenta un diez por ciento de las reservas de petróleo en el mundo no oculta una necesidad clave en el emirato: la seguridad alimentaria. Es por eso que el ministro de Agricultura, Norberto Yauhar, acompaña a la mandataria en esta primera etapa de la misión. La posibilidad de concretar un acuerdo de cooperación alimentaria será el eje central del encuentro que mantendrá hoy Fernández de Kirchner con el presidente de Emiratos Arabes, el jeque Khalifa bin Zayed al Nahyan. Por la mañana se reunirá con el príncipe heredero, el jeque Mohammed bin Zayed al Nahyan.
En Abu Dhabi conviven la modernidad con la tradición. Torres gigantescas que parecen romper con las reglas de la física y fachadas de grandes cristales de colores se entremezclan con frisos y siluetas características de las construcciones árabes, como las aberturas de medio punto. Las edificaciones se van haciendo más excéntricas y caprichosas a medida que se acercan al centro de esta isla en forma de “T”, al sureste del Golfo Pérsico. La Presidenta se hospedará hasta mañana en el Emirates Palace Hotel, que fuera antiguamente el palacio del jeque Zayed bin Sultan al Nahyan –padre de Khalifa– e impulsor de la unión de los siete emiratos. El precio de las habitaciones ronda los 3600 dólares la noche, pero la propia Presidenta aclaró por Twitter que la comitiva se aloja en ese lugar por invitación de las autoridades de Abu Dhabi (ver aparte).
Luego de surcar 12.950 kilómetros, el avión Global Express 7, alquilado para evitar que el oficial Tango 01 sea víctima de algún embargo de fondos buitre, aterrizó a las 17.45 (10.45 hora argentina) en el pabellón presidencial, en el Al Mushrif Palace –el Palacio del príncipe Khalifa–. En el Emirates Palace, en tanto, se realizaban los últimos preparativos: mientras parte de la comitiva quitaba pequeñas impurezas de la alfombra roja, el auto escoltado con la Presidenta llegaba a las 18.30 (11.30) a la explanada del quinto piso, que cuenta con una rampa especial para su acceso. En el tapete rojo se encontraba el canciller Héctor Timerman, quien le dio la bienvenida a la mandataria, junto con representantes del gobierno local. La jefa de Estado saludó a los periodistas que la esperaban y se dirigió a su habitación, para descansar hasta hoy, según informaron a este diario fuentes oficiales.
El Emirates Palace se inauguró como hotel en 2005, luego de una serie de reformas que ascendieron a 3000 millones de dólares. Las principales suites están adornadas en oro y mármol, al igual que el lobby, donde los carteles indicadores son de oro macizo. De hecho, a la espera de Cristina Fernández, operarios de mantenimiento colocaban una nueva capa de láminas de oro en las distintas megacúpulas internas de la recepción. No sólo alberga mandatarios. Este hotel es el destino elegido por celebridades y deportistas, como los pilotos de Fórmula Uno Kimi Räikkönen y Fernando Alonso, cuando se corrió el Gran Premio de Abu Dhabi. A pocos metros, el príncipe heredero Mohammed construye un palacio de similares características. Para hoy a las 11.30 (4.30 en Argentina) está previsto que Mohammed visite en el Emirates Palace a Cristina. Luego, la Presidenta se dirigirá Al Mushrif Palace para compartir un almuerzo con el príncipe Khalifa, del que se esperan algunos acuerdos.
Pese a la riqueza que muestra Abu Dhabi, sustentada en la explotación del petróleo, cuyas regalías permitieron apalancar un sistema financiero que consolidó a su vez la actividad inmobiliaria, la región evidencia un claro déficit alimentario. “Los Emiratos sólo cuentan con un veinte por ciento de tierra cultivable, y no alcanza para alimentar a la población”, señalaron a este diario fuentes de Agricultura. Esa es la expectativa de la comitiva presidencial, para lo que pueda ser el resultado del encuentro de Cristina con Khalifa.
Para hoy no está prevista otra actividad oficial, mientras que mañana la agenda de la mandataria comienza con un encuentro en el hotel con empresarios locales, tras lo cual participará de la apertura de la World Future Energy Summit (WFES 2013), que reúne a 137 países. La apertura de la cumbre energética la compartirá con su par francés François Hollande y la reina Rania de Jordania. También hablará el titular de Siemens, Chuck Grindstaff. Luego está prevista una visita al stand argentino en la cumbre sobre energías renovables. Este día coincidirá con el arribo de la comitiva empresaria que comanda la Secretaría de Comercio Interior, que se extenderá también a Indonesia y Vietnam. Hoy los empresarios argentinos se reunirán con sus pares en Dubai, destino que da inicio a esta otra misión comercial.
La Presidenta viajará pasado mañana a Yakarta, en donde se reunirá el jueves con el presidente Susilo Bambang Yudhoyono. También mantendrá encuentros con empresarios del sector textil, coincidiendo con la ronda de negocios de las secretarías Comercio Exterior e Interior. Finalmente, con una agenda similar a la que tendrá en Yakarta, Cristina Fernández viajará el viernes a la ciudad vietnamita de Ho Chi Minh y el domingo finaliza la gira con su arribo a Hanoi. En este país no está definida la agenda de los empresarios.
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Cuatro décadas a puro vértigo

El crecimiento exponencial que evidenció esta ciudad en los últimos años no encuentra correlato en ninguna parte del mundo. En poco más de cuatro décadas, las regalías petroleras transformaron un escenario de casas de adobe –para los más afortunados– en otro con increíbles rascacielos, enormes centros comerciales y financieros y una infraestructura turística casi sin parangón.

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El petróleo es la principal fuente de ingresos de Emiratos Arabes Unidos y Abu Dhabi, su capital, genera por sí sola más del 15 por ciento del PIB del país. Esta ciudad es sede de importantes instituciones financieras como el Abu Dhabi Securities Exchange, el Banco Central de los Emiratos Arabes Unidos y la sede corporativa de muchas empresas nacionales y multinacionales. El National Bank of Abu Dhabi financia la mayoría de las obras de construcción inmobiliaria de la ciudad. Basta con elevar la mirada para observar decenas de grúas llevar a cabo la construcción de nuevos rascacielos. Hay al menos un edificio por cuadra que se construye.
El financiamiento proviene de una fuente genuina aunque no inagotable: los petrodólares, que representan el 20 por ciento del PIB. En 1939 el jeque Shakbut bin Sultan al Nahyan otorgó concesiones petrolíferas, encontrándose por primera vez petróleo en 1958. Shakbut dudaba de que los nuevos derechos o regalías petrolíferas fueran a durar y ahorró los beneficios en lugar de invertirlos en desarrollo. La familia real traspasó el poder a Zayed, su hermano, quien, tras deshacerse de la influencia de los británicos, inició un proceso de desarrollo del país que heredó su hijo, Khalifa.
Abu Dhabi posee 9 por ciento de las reservas de petróleo del planeta y produce el 5 por ciento del gas natural que se consume en el mundo, lo que le otorga uno de los más altos PIB per capita del planeta. El desarrollo del sistema financiero le permitió apalancar la inversión en infraestructura, lo que inició una nueva fuente de ingreso, el turismo. A las faraónicas construcciones de los empresarios vinculados al sector petrolero se suman las obras de infraestructura vial y de servicios, en las que puede observarse la utilización de mármol hasta en los cordones de las veredas. La lucha contra la naturaleza se ve en el empecinamiento de querer hacer crecer vegetación en tierra desértica, con complejos y costosos sistemas de riego.
El gobierno emiratí busca diversificar su producción más allá del petróleo. Con este objetivo dispuso una zona franca, conocida como la Ciudad Industrial de Abu Dhabi, promueve el turismo y los sectores de bienes raíces, junto con obras de infraestructura, como la ampliación del aeropuerto y un proyecto de enlace ferroviario con Dubai. Por otra parte, el crecimiento de su población hace visible la falta de una industria alimenticia, dadas las características que evidencian su clima y su suelo. En este esquema, la Argentina se presenta como un socio estratégico, que puede beneficiarse del know how emiratí en materia energética, teniendo en cuenta la necesidad del país de mejorar el desempeño de la estatal YPF y ampliar su exportación de alimentos a este destino.