Si bien las marcas son las mismas y la calidad del producto debería ser también la misma en todo el país, llenar un tanque de nafta puede costar casi hasta un 90% más, según la zona en donde se cargue el combustible.
Ocurre que el precio de las naftas no es uniforme, y existen variaciones que oscilan entre el 60% para la súper y el 86% para la premium, de acuerdo a la zona geográfica de la Argentina en donde se encuentren ubicadas las estaciones de servicio.
Teniendo en cuenta datos que publica la Secretaría de Energía de la Nación en su página web, las naftas más baratas se encuentran en Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego. Allí, desde 1991 rige un descuento del 50% sobre todos los combustibles y se puede comprar súper a $ 4,40 por litro y, premium a $ 5,38.
Valores lejanos a los de Capital Federal, donde la súper oscila entre $ 6,34 y $ 7,29, según la marca. Lo mismo ocurre con la premium, que va desde $ 6,98 de YPF a $ 7,34 de Shell. Pero, si bien los costos para los porteños han registrado subas de 25%, aun siguen siendo económicos con respecto a las provincias más caras. Los casos más emblemáticos son los de Catamarca, Chaco y Corrientes, donde la súper supera los $ 8,19 por litro, y la premium, $ 8,60. En concreto, la súper más cara se vende en Corrientes a $ 8,19 por litro y es de Shell. También la premium de la petrolera extranjera es la más onerosa de la Argentina. También se vende en Corrientes, a $ 8,60 por cada litro.
De hecho, un informe publicado por el sitio especializado Surtidores.com revela que cargar la misma nafta en distintas provincias puede acumular diferencias de hasta $ 3.000 por año. El trabajo también señala que en Capital Federal se puede ahorrar hasta un 20% en comparación con otras localidades del interior. Según los datos de Energía, el litro de súper en una estación de servicio YPF ubicada dentro de los límites de la General Paz vale $ 6,34 mientras que en Resistencia, por el mismo producto se paga $ 7,28 en Chaco o Corrientes. Si se debe cargar Premium y dejando de lado las provincias del sur beneficiadas por los subsidios a los combustibles, la más barata se obtiene en Capital Federal donde YPF la vende a $ 6,98. Y la más onerosa se paga en Chaco, donde Shell la comercializa a $ 8,60 por litro. Según detalla Surtidores.com, las petroleras argumentan que las razones de esta disparidad de valores se vinculan con los gastos de logística que deben afrontar por el traslado de los combustibles desde las refinerías a las estaciones de servicio.
Sin embargo, referentes del sector petrolero explican que, salvo en Mendoza, en otras provincias con refinerías como Neuquén, los valores de pizarra son más altos que los de Capital Federal.
De hecho, en el Congreso hay varios proyectos de ley presentados para unificar el valor de los combustibles a nivel nacional. Algunos pretenden modificar la Ley 23.966 en lo que respecta a las alícuotas y los montos mínimos pagados por Impuesto a las Transferencias de Combustibles líquidos (ITC), según el lugar dónde se consuma el producto final. Otros buscan directamente asegurar la uniformidad del precio al consumidor final. Sin embargo, varios gobiernos provinciales pretendieron establecer una tasa sobre el valor de los combustibles para financiar obras u otros servicios en sus jurisdicciones.
Un ejemplo es el de Mauricio Macri, que quiso aplicar una alícuota sobre las naftas para subsidiar el precio del boleto del subte, pero no tuvo suerte.
Tampoco la tuvo el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, con una propuesta similar. Hasta ahora, sólo José Manuel de la Sota logró en Córdoba aplicar una tasa sobre el precio de combustibles para mejorar la infraestructura vial.
Region Norte Grande
Teniendo en cuenta datos que publica la Secretaría de Energía de la Nación en su página web, las naftas más baratas se encuentran en Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego. Allí, desde 1991 rige un descuento del 50% sobre todos los combustibles y se puede comprar súper a $ 4,40 por litro y, premium a $ 5,38.
Valores lejanos a los de Capital Federal, donde la súper oscila entre $ 6,34 y $ 7,29, según la marca. Lo mismo ocurre con la premium, que va desde $ 6,98 de YPF a $ 7,34 de Shell. Pero, si bien los costos para los porteños han registrado subas de 25%, aun siguen siendo económicos con respecto a las provincias más caras. Los casos más emblemáticos son los de Catamarca, Chaco y Corrientes, donde la súper supera los $ 8,19 por litro, y la premium, $ 8,60. En concreto, la súper más cara se vende en Corrientes a $ 8,19 por litro y es de Shell. También la premium de la petrolera extranjera es la más onerosa de la Argentina. También se vende en Corrientes, a $ 8,60 por cada litro.
De hecho, un informe publicado por el sitio especializado Surtidores.com revela que cargar la misma nafta en distintas provincias puede acumular diferencias de hasta $ 3.000 por año. El trabajo también señala que en Capital Federal se puede ahorrar hasta un 20% en comparación con otras localidades del interior. Según los datos de Energía, el litro de súper en una estación de servicio YPF ubicada dentro de los límites de la General Paz vale $ 6,34 mientras que en Resistencia, por el mismo producto se paga $ 7,28 en Chaco o Corrientes. Si se debe cargar Premium y dejando de lado las provincias del sur beneficiadas por los subsidios a los combustibles, la más barata se obtiene en Capital Federal donde YPF la vende a $ 6,98. Y la más onerosa se paga en Chaco, donde Shell la comercializa a $ 8,60 por litro. Según detalla Surtidores.com, las petroleras argumentan que las razones de esta disparidad de valores se vinculan con los gastos de logística que deben afrontar por el traslado de los combustibles desde las refinerías a las estaciones de servicio.
Sin embargo, referentes del sector petrolero explican que, salvo en Mendoza, en otras provincias con refinerías como Neuquén, los valores de pizarra son más altos que los de Capital Federal.
De hecho, en el Congreso hay varios proyectos de ley presentados para unificar el valor de los combustibles a nivel nacional. Algunos pretenden modificar la Ley 23.966 en lo que respecta a las alícuotas y los montos mínimos pagados por Impuesto a las Transferencias de Combustibles líquidos (ITC), según el lugar dónde se consuma el producto final. Otros buscan directamente asegurar la uniformidad del precio al consumidor final. Sin embargo, varios gobiernos provinciales pretendieron establecer una tasa sobre el valor de los combustibles para financiar obras u otros servicios en sus jurisdicciones.
Un ejemplo es el de Mauricio Macri, que quiso aplicar una alícuota sobre las naftas para subsidiar el precio del boleto del subte, pero no tuvo suerte.
Tampoco la tuvo el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, con una propuesta similar. Hasta ahora, sólo José Manuel de la Sota logró en Córdoba aplicar una tasa sobre el precio de combustibles para mejorar la infraestructura vial.
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