Los vecinos patrullan la localidad en busca de sospechosos de iniciar la investigación geológica, autorizada por la Generalitat | Vic se declara también libre de fracking
Vecinos de Riudaura ante el pozo del Mas Fajula, abierto en 1965 Agustí Ensesa
Los vecinos de Riudaura (Garrotxa), a 8 km de Olot, han creado una comisión de vigilancia que recorre periódicamente el pueblo para que nadie (presumiblemente de fuera de la localidad) marque los terrenos susceptibles de ser objeto de la investigación en busca de hidrocarburos.
Desde que se supo que la Generalitat dio permiso (a la compañía británica Teredo Oil) para investigar la presencia de petróleo o gas, la población vive una permanente convulsión. Más de la mitad del pueblo (400 habitantes) se reunió en la asamblea celebrada hace unas semanas. Y desde entonces, la palabra fracking ha corrido como la pólvora, va de boca en boca. El anglicismo está omnipresente en las conversaciones, en las paredes, en pancartas. Muchos vecinos todavía recuerdan cómo en los años sesenta del siglo pasado también se hicieron prospecciones en busca de hidrocarburos, con un resultado negativo. Y aquel recuerdo ha contribuido a generar más alarma, intensificada por internet.
Buena parte de la movilización se debe a Blanca Gómez, una auxiliar de geriatría que se puso manos a la obra nada más oír la palabra maldita de labios de su vecino, el alcalde, mientras tomaba un café en su casa. Y en estas semanas no ha parado de investigar sobre los impactos del dichoso fracking. Volcó todas las informaciones en el facebook; ha confeccionado la página Riudaurajunts.cat; participó en la creación de la plataforma Riudaura, Junts Contra el Fracking, y mantiene la colaboración con la Plataforma Antifracking de Catalunya.
Ha llegado gente desconocida
La movilización ciudadana le ha llevado a buscar el asesoramiento técnico y a formar diversas comisiones de trabajo, como la de vigilancia. “Gente desconocida han hecho las marcas en algunas árboles de la zona (los posibles enclaves para la investigación geológico); y, como han entrado en una finca sin permiso, el dueño ha puesto denuncia”, dice.
Blanca Gómez está convencida de que si “se agujerean el suelo, se podría provocar un gran desastre ecológico, puesto que se contaminarían los acuíferos que abastecen el pueblo, y de esta forma también se verían afectadas las aguas que abastecen la Val d’en Bas, el río Fluvià e, incluso, la zona del Estany de Banyoles”, dice. La portavoz de la plataforma teme también que si horadan las montañas, se puede producir movimientos sísmicos, con un resultado como en que se produjo hace dos años en Lorca.
Productos químicos
El principal temor es que este paisaje de bellos prados y verdes laderas resulte desfigurado. “En cada exploración, se requería abrir un espacio tan grande como un campo de fútbol para levantar un pozo, disponer de suministro de agua y una línea de alta tensión, además de habilitar una piscina para depositar los lodos contaminantes y productos químicos”, explica Blanca Gómez.
Pero no sólo este pueble vive convulsionado por los planes de la Teredo Oil. El permiso de investigación del proyecto Ripoll afecta a 23 municipios (51.201,3 has) del Ripollès, Osona y la Garrotxa. Teredo Oil tendrá seis años para investigar en el subsuelo, mientras que su director general, Philip Morris, ha prometido que reducir el impacto ambiental al mínimo, según declaró a 8tv.
El alcalde de Ripoll y se Vic se oponen
El alcalde de Ripoll, Jordi Munell (CiU), se queja también de que los municipios de las tres comarcas afectadas no fueron informados con antelación. Se enteraron por la prensa, se lamenta. El malestar ha llevado a todos los grupos municipales a aprobar una moción contra el fracking, un acuerdo que han hecho otros municipios de las comarcas afectadas, poco satisfechos con las explicaciones de la Generalitat. Hasta Vic (CiU) es municipio declarado libre de fracking.
“Estamos hablando solo de permisos de investigación. No haremos nada que no esté bien hecho.Y, además, de aquí hasta que esto sea una realidad habrá pasado mucho tiempo y la tecnología habrá evolucionado”, dice para tranquilizar Pere Palacín Farré, director general d’Energia. “Sorprende que la licencia de Ripoll se logre tan rápido mientras las licencias para energías limpias, como la eólica, tarda años”, dice incisivo Jordi Ortega.
Facilidades del Govern
De hecho, el gobierno catalán ha decidido dar facilidades para la posible obtención de hidrocarburos. El Departament d’Empresa i Ocupació ha modificado las condiciones impuestas a la empresa Teredo Oil Limited en su permiso para investigar si existe gas no convencional o petróleo en el entorno de Ripoll. La autorización inicial –dada el pasado 2 de octubre- fijaba una fianza de 5,818 millones de euros para hacer frente a los impactos derivados de los prospecciones sísmicas y a la realización de sondeos y catas que afecten a la cubierta vegetal durante la realización de estos trabajos. Sin embargo, el día 31 de diciembre, el Diari Oficial de la Generalitat (DOG) precisó que esta fianza se hará de forma fraccionada, de manera que habrá un primer depósito de 200.000 euros y sucesivos depósitos adicionales de 3.072 euros por cada cuadrícula minera de investigación solicitada (en total, se solicitaron 1.829 cuadrículas).
No obstante, la fianza definitiva se fijará mediante informes complementarios del Departament de Territori i Sostenibilitat. El acuerdo del DOG indica que la fianza será fijará de manera fraccionada para cada una de las perforaciones o grupos de perforaciones, una vez que el promotor haya presentado un proyecto técnico específico para cada una de ellas.
Los sectores contrarios a la investigación del gas no convencional han destacado que parte de la zona de investigación del proyecto Ripoll se sitúa en áreas de territorio que están vetadas a la implantación de la energía eólica.
Desde que se supo que la Generalitat dio permiso (a la compañía británica Teredo Oil) para investigar la presencia de petróleo o gas, la población vive una permanente convulsión. Más de la mitad del pueblo (400 habitantes) se reunió en la asamblea celebrada hace unas semanas. Y desde entonces, la palabra fracking ha corrido como la pólvora, va de boca en boca. El anglicismo está omnipresente en las conversaciones, en las paredes, en pancartas. Muchos vecinos todavía recuerdan cómo en los años sesenta del siglo pasado también se hicieron prospecciones en busca de hidrocarburos, con un resultado negativo. Y aquel recuerdo ha contribuido a generar más alarma, intensificada por internet.
Buena parte de la movilización se debe a Blanca Gómez, una auxiliar de geriatría que se puso manos a la obra nada más oír la palabra maldita de labios de su vecino, el alcalde, mientras tomaba un café en su casa. Y en estas semanas no ha parado de investigar sobre los impactos del dichoso fracking. Volcó todas las informaciones en el facebook; ha confeccionado la página Riudaurajunts.cat; participó en la creación de la plataforma Riudaura, Junts Contra el Fracking, y mantiene la colaboración con la Plataforma Antifracking de Catalunya.
Ha llegado gente desconocida
La movilización ciudadana le ha llevado a buscar el asesoramiento técnico y a formar diversas comisiones de trabajo, como la de vigilancia. “Gente desconocida han hecho las marcas en algunas árboles de la zona (los posibles enclaves para la investigación geológico); y, como han entrado en una finca sin permiso, el dueño ha puesto denuncia”, dice.
Blanca Gómez está convencida de que si “se agujerean el suelo, se podría provocar un gran desastre ecológico, puesto que se contaminarían los acuíferos que abastecen el pueblo, y de esta forma también se verían afectadas las aguas que abastecen la Val d’en Bas, el río Fluvià e, incluso, la zona del Estany de Banyoles”, dice. La portavoz de la plataforma teme también que si horadan las montañas, se puede producir movimientos sísmicos, con un resultado como en que se produjo hace dos años en Lorca.
Productos químicos
El principal temor es que este paisaje de bellos prados y verdes laderas resulte desfigurado. “En cada exploración, se requería abrir un espacio tan grande como un campo de fútbol para levantar un pozo, disponer de suministro de agua y una línea de alta tensión, además de habilitar una piscina para depositar los lodos contaminantes y productos químicos”, explica Blanca Gómez.
Pero no sólo este pueble vive convulsionado por los planes de la Teredo Oil. El permiso de investigación del proyecto Ripoll afecta a 23 municipios (51.201,3 has) del Ripollès, Osona y la Garrotxa. Teredo Oil tendrá seis años para investigar en el subsuelo, mientras que su director general, Philip Morris, ha prometido que reducir el impacto ambiental al mínimo, según declaró a 8tv.
El alcalde de Ripoll y se Vic se oponen
El alcalde de Ripoll, Jordi Munell (CiU), se queja también de que los municipios de las tres comarcas afectadas no fueron informados con antelación. Se enteraron por la prensa, se lamenta. El malestar ha llevado a todos los grupos municipales a aprobar una moción contra el fracking, un acuerdo que han hecho otros municipios de las comarcas afectadas, poco satisfechos con las explicaciones de la Generalitat. Hasta Vic (CiU) es municipio declarado libre de fracking.
“Estamos hablando solo de permisos de investigación. No haremos nada que no esté bien hecho.Y, además, de aquí hasta que esto sea una realidad habrá pasado mucho tiempo y la tecnología habrá evolucionado”, dice para tranquilizar Pere Palacín Farré, director general d’Energia. “Sorprende que la licencia de Ripoll se logre tan rápido mientras las licencias para energías limpias, como la eólica, tarda años”, dice incisivo Jordi Ortega.
Facilidades del Govern
De hecho, el gobierno catalán ha decidido dar facilidades para la posible obtención de hidrocarburos. El Departament d’Empresa i Ocupació ha modificado las condiciones impuestas a la empresa Teredo Oil Limited en su permiso para investigar si existe gas no convencional o petróleo en el entorno de Ripoll. La autorización inicial –dada el pasado 2 de octubre- fijaba una fianza de 5,818 millones de euros para hacer frente a los impactos derivados de los prospecciones sísmicas y a la realización de sondeos y catas que afecten a la cubierta vegetal durante la realización de estos trabajos. Sin embargo, el día 31 de diciembre, el Diari Oficial de la Generalitat (DOG) precisó que esta fianza se hará de forma fraccionada, de manera que habrá un primer depósito de 200.000 euros y sucesivos depósitos adicionales de 3.072 euros por cada cuadrícula minera de investigación solicitada (en total, se solicitaron 1.829 cuadrículas).
No obstante, la fianza definitiva se fijará mediante informes complementarios del Departament de Territori i Sostenibilitat. El acuerdo del DOG indica que la fianza será fijará de manera fraccionada para cada una de las perforaciones o grupos de perforaciones, una vez que el promotor haya presentado un proyecto técnico específico para cada una de ellas.
Los sectores contrarios a la investigación del gas no convencional han destacado que parte de la zona de investigación del proyecto Ripoll se sitúa en áreas de territorio que están vetadas a la implantación de la energía eólica.