APUNTABA A $ 2.000 MILLONES Y RECAUDÓ $ 1.700 MILLONES.
Ayudaron las aseguradoras, pero se quedó corta en el tramo de bonos atados al dólar.
Fondos sobran en el mercado. Pero aún así YPF tuvo que conformarse con recolectar menos pesos de los que esperaba.
Apuntaba a los $ 2.000 millones pero tuvo que plantarse en $ 1.713 millones.
La emisión de deuda fue en dos partes. Por un bono emitido en moneda nacional se llevó $ 500 millones y pagará una tasa de 2,79% por encima de la tasa Badlar de referencia (ayer en 14,6%). En este tramo no tuvo problemas. Los papeles fueron mayoritariamente a manos de las aseguradoras, obligadas a invertir en este tipo de activos –identificados como inciso “k” – para cumplir con las nuevas reglas del mercado asegurador.
En donde las cosas no salieron tan bien como se esperaba fue en la emisión de un nuevo bono “dollar-linked”. Buscaba obtener el equivalente a 300 millones de dólares pero logró 229 millones.
Según el mercado, dos razones influyeron en esa performance por debajo de lo esperado. Primero, que no era un bono “inciso k”, con lo cual le restó la demanda de las aseguradoras. Segundo, no estaba especificado en el pliego de emisión qué tipo de cambio se tomaría en cuenta ante la eventualidad de un desdoblamiento oficial del mercado de divisas.
Cuando ese mercado existió oficialmente en la Argentina, había al menos dos dólares: e l comercial que regía el comercio exterior, y el financiero.
El primero era bastante más bajo que el segundo.
En las últimas semanas arreciaron los rumores sobre el desdoblamiento cambiario. Y si bien no hay nada oficial, algunas empresas empiezan a contemplar que ello puede ocurrir.
Días atrás la empresa Molinos emitió un bono “dollar-linked” donde especificaba que calcularía los pagos a los inversores en función del tipo de cambio que recibiera por sus exportaciones.
Por el contrario, la semillera Don Mario hizo lo mismo pero destacó que aplicaría el tipo de cambio Banco Nación (se supone que el financiero).
Otras empresas evalúan en futuros pliegos aplicar el tipo de cambio que surge del Emerging Markets Trade Association (EMTA), que se fija en Wall Street pero está en línea con el dólar financiero.
En cualquier caso, los inversores prefieren una cláusula específica a la indefinición que significa no mencionar el tema en el pliego de emisión. Y eso es lo que pueden haberle cuestionado a YPF.
Más allá de eso, el mercado de los bonos atados al dólar sigue captando la atención de los inversores, que apuestan a ganar unos puntos sobre la tasa devaluación del cambio oficial. Y la liquidez está, pese a que en la emisión de ayer no se hizo presente un actor importante de los últimos días.
La ANSES no puso un solo peso para comprar esta última horneada de bonos de YPF. Tampoco bancos oficiales salieron a apoyar la movida de la petrolera, que se ha convertido en la principal aspiradora de fondos del mercado local.
iEco