El martes 27 de marzo, Cristobal Wallis,integrante del equipo de la fundación Asociana que asesora a las comunidades indígenas que viven en los lotes 55 y 14 de la provincia de Salta, fue agredido por un poblador criollo de la zona con golpes de puño y patadas que la causaron lesiones en varias partes del cuerpo. El hecho se produce en el contexto de un incremento de conflictos y situaciones de tensión entre integrantes de las comunidades indígenas y un sector minoritario de la población criolla,propiciado por el grave atraso estatal en la entrega de tierras para las familias criollas y de reconocimiento y titulación del territorio indígena para las comunidades.
La Asociación de Comunidades Aborígenes Lhaka Honhat se compone de más de 40comunidades que reclaman la titulación de sus tierras de uso tradicional desde1984. Ante el desinterés del Estado provincial y nacional en la aplicación demecanismos efectivos de protección de los derechos territoriales de los pueblosindígenas, la Asociación presentó una denuncia ante la Comisión Interamericanade Derechos Humanos en 1998 con el patrocinio del Centro de Estudios Legales y Sociales(CELS) y el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL). Estecaso internacional es de suma relevancia para los pueblos y comunidadesindígenas argentinos en su lucha para ser reconocidos como los verdaderosdueños de las tierras que tradicionalmente ocupan. La decisión que se adopte enel Sistema Interamericano de Derechos Humanos servirá como antecedentefundamental para los múltiples reclamos que se desarrollan a lo largo denuestro país para lograr la implementación efectiva del derecho a la tierra yal territorio.
Los hechos de la semana pasada dan cuenta de las graves consecuencias queproduce la falta de solución del conflicto y de los efectos de un procesodemorado y dilatado de entrega de tierras encarado por el gobierno de laprovincia en el año 2007. Resulta esencial que el Estado provincial y elnacional adopten medidas urgentes para resolver la titulación de las tierraspara las familias criollas y las comunidades indígenas, no solo para prevenirepisodios de violencia, sino para que puedan desarrollarse conforme a susidentidades culturales.
Luego de treinta años de que comenzaran los reclamos por la tierra, y quince detrámite internacional, es preciso expresar una profunda preocupación y repudioa las situaciones de violencia, y destacar que, durante todo este tiempo, laAsociación se ha manifestado a favor del diálogo y participado de sucesivosespacios de trabajo con el objetivo de lograr una solución pacífica delconflicto.
CELS – Centro de Estudios Legales y Sociales