Gestión de YPF medida en pozos

La cantidad de pozos perforados marca el vuelco favorable en la gestión de la empresa desde su renacionalización. Aún no se refleja en producción, pero apunta a revertir la caída.

“Todavía no se observa un incremento importante en la producción, pero el aumento en el nivel de actividad es impresionante.” Tal es la conclusión a la que arriban los expertos del sector petrolero frente a los resultados de un informe de gestión de YPF, a 14 meses de su renacionalización y cambio de conducción. El plan de acción encarado desde entonces tuvo como pilares fundamentales la recuperación de la actividad de exploración y producción de hidrocarburos en forma tradicional (métodos convencionales) y el inicio de las tareas en áreas de explotación no convencional (formación Vaca Muerta, en la cuenca neuquina), explica un balance de gestión de la compañía sobre los resultados obtenidos desde que Miguel Galuccio fue designado al frente de la compañía. Las cifras reflejan una intensa actividad de perforación de pozos exploratorios en ambos terrenos, pero demorarán entre uno y tres años en traducirse en subas sensibles de la producción. En cuanto a la Refinación y Comercialización (downstream), hasta el primer trimestre de este año se habían obtenido firmes avances en materia de reducción de los llamados “quiebres de stock” en estaciones de servicio, evolución que seguramente quedó afectada a partir de abril por el accidente (inundación e incendio) de la principal refinería de YPF, ubicada en Ensenada.

Una de las claves de la actividad exploratoria es la cantidad de equipos de perforación en operaciones. A principios de 2012, YPF (en manos de Repsol) había alcanzado uno de los niveles históricos más bajos de equipos activos: apenas 29. En septiembre, la cantidad de equipos ya se había elevado a 42, terminó el año 2012 con 45 unidades y en marzo de este año ya había 51 equipos de perforación operativos.

Como resultado de la mayor disponibilidad de equipos, la cantidad de pocos perforados será este año un 65 por ciento superior a la prevista en los planes de Repsol: 1007 pozos nuevos contra poco más de 600 previstos. En particular, en el caso de las perforaciones para extraer gas natural, luego de una inactividad casi absoluta en 2011 (se perforó un solo pozo), se ejecutaron 16 pozos en 2012 y este año está programado perforar 89.

El desarrollo de recursos no convencionales (shale oil and gas) acompaña, pero no excluye el trabajo en áreas convencionales. La ambiciosa estrategia para el shale (cuyos pozos requieren una tecnología muy especializada y altamente costosa) puesta en marcha a partir de mayo de 2012 determinó que durante 2012 se terminaran 39 pozos exploratorios y otros 15 se encontraran a fin de año en proceso de perforación y terminación. Se pusieron en producción otros 15 pozos en formaciones no convencionales, encontrándose, en consecuencia, a fin de año, 51 pozos en extracción efectiva.

En el área de Refinación y Comercialización (downstream), la estrategia apuntó a maximizar el uso de la capacidad de refinación, mejorar la disponibilidad de combustibles líquidos para reemplazar los importados y mejorar la calidad de los producidos localmente. Este propósito quedó parcialmente afectado por el accidente en YPF La Plata (planta Ensenada) con las inundaciones e incendio de abril. La menor disponibilidad de combustible de la principal refinería de YPF complicó la gestión logística de distribución, que había logrado desde la segunda mitad de 2012 reducir sensiblemente los llamados “quiebres de stock” en estaciones de servicio. Durante el año 2011, se habían verificado faltantes de combustibles en bocas de expendio de la marca en 151 mil oportunidades. Esa magnitud se redujo a 78 mil en 2012. En el primer trimestre de este año se verificaron apenas 12,207 quiebres (contra 29.065 del mismo período del año anterior).

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