Tantas empresas han ingresado al negocio de la fracturación hidráulica que el precio de esta técnica crítica para la perforación de petróleo y gas de esquisto se ha precipitado en los últimos años, obligando a las pioneras del fracking a crear nuevas tecnologías para sobresalir.
Schlumberger Ltd., Halliburton Co. y BJ Services, una empresa que ahora es subsidiaria de Baker Hughes Inc., antes se encargaban de casi toda la fracturación hidráulica que se hacía en Estados Unidos. Su ayuda a las energéticas para liberar petróleo y gas natural de formaciones de esquisto, otrora inalcanzables, provocó un boom de producción en el país.
Pero sus ganancias atrajeron a la competencia y provocaron la creación de nuevas unidades de fracturación por empresas independientes. Ahora su participación en el mercado de la inyección a presión —la fase principal en el proceso de fracking, en el que se bombea una mezcla de agua y otros materiales en un pozo para fragmentar las formaciones rocosas y liberar el gas o petróleo— ha disminuido, a medida que competidores más pequeños y baratos han demostrado que pueden ofrecer un servicio similar.
Halliburton, responsable de la mayor actividad de bombeo a presión que cualquier otra empresa de servicios petroleros, sufrió en 2012 una caída en sus márgenes de ganancia en América del Norte a 18,4%, frente a 27,5% en 2011.
La cuota de las tres empresas en el mercado de inyección a presión en América del Norte descendió de 85% hace 10 años a 63% en 2012, según Barclays.
“Lo que realmente detestamos como empresa es entrar a una licitación y tener a otras 20 haciendo ofertas en contra nuestra”, señaló Mario Ruscev, director de tecnología de Baker Hughes. “No es un buen modelo de negocios”.
Las empresas de servicios dieron muestras de un optimismo cauteloso al final del primer trimestre, cuando juzgaron que los precios de la inyección a presión habían tocado fondo y empezarían a repuntar en algún momento este año, conforme la mayor producción petrolera se traduce en más trabajo para los equipos de fracturación que habían quedado ociosos. Si los precios del gas natural suben, podría significar que las empresas energéticas que pisaron el freno a la perforación de gas durante la saturación reanudarían sus operaciones, en teoría impulsando así los márgenes de las empresas de servicios petroleros. Pero pocos prevén un retorno a los primeros días del boom del esquisto, cuando la demanda por los servicios de fracking superaba la oferta de equipos disponibles.
Empresas más pequeñas de servicios en campos petroleros, como Nabors Industries Inc., Basic Energy Services Inc. y Patterson-UTI Energy Inc. han adquirido empresas de bombeo a presión para expandir su presencia en el sector. Nuevas startups han demostrado que las barreras a la industria del gas de esquisto, como el costo de los equipos y la alta especialización técnica, no son insuperables.
Las grandes compañías de servicios petroleros que cotizan en bolsa intentan contrarrestar la competencia recurriendo a sus mayores presupuestos para construir equipos más poderosos y eficientes. También esperan sobresalir con sus esfuerzos por ofrecer a los clientes una información más precisa sobre lo que está ocurriendo en el subsuelo.
En los inicios del auge del fracking, las energéticas se concentraron en adquirir terrenos y apresurarse a perforar, pero Ruscev indica que ahora son más receptivas a la asesoría técnica.
“Todo es una cuestión de riesgo. Si nos acercamos a las empresas y demostramos que podemos reducir el riesgo de una forma significativa, obviamente pagarán por esa (asesoría)”, afirmó.
La nueva preferencia de las empresas exploradoras y productoras de petróleo por las reservas de esquisto ricas en petróleo, en lugar del gas natural, favorece a las grandes empresas de servicios, ya que esas áreas requieren químicos y otras tecnologías más especializadas. En cambio, el gas natural de esquisto puede desarrollarse con “fuerza bruta” por competidores más pequeños, explica James West, analista de Barclays.
Sin embargo, los métodos de alta tecnología no siempre rinden frutos. El presidente ejecutivo de Schlumberger, Paal Kibsgaard, dijo a analistas en abril que los clientes de EE.UU. no han mostrado mucho entusiasmo por los esfuerzos de la empresa por hacer que las operaciones de perforación de esquisto sean más eficientes, ni por sus inversiones en tecnologías para el esquisto. Schlumberger gasta más en investigación y desarrollo que Hallibuton y Baker Hughes juntas.
The Wall Street Journal Americas