Ríos bañados de petróleo: se multiplican los desastres ambientales y dejan al desnudo la "peor cara" de YPF

La petrolera viene protagonizando innumerables derrames que inundaron de crudo ríos de gran importancia. Afecta a varias provincias y localidades. Expertos del sector califican lo que sucede como muy preocupante, por las consecuencias que acarrea. Conozca los hechos de contaminación más dramáticos

A escasas semanas de ocurrida la estatización de la petrolera YPF, en mayo de 2012, el viceministro de Economía Axel Kicillof no dudó en plantarse frente a los micrófonos para detallar los aspectos de un argumento que -a ojos del Gobierno- fue otro de los grandes motivos que aceleró la ruptura con Repsol: el daño ambiental.

Secundado por Julio de Vido, ministro de Planificación, denunció más de 600 episodios de contaminación, protagonizados por YPF bajo la gestión de Repsol y del grupo local Petersen, controlado por la familia Eskenazi.
El objetivo de la exposición de Kicillof no fue otro que sumar justificativos que, a partir de ese momento, le permitiesen al Gobiernobajar a cero la indemnización que desde abril del año pasado la firma española reclamaba por la nacionalización de la petrolera.
Lo que en ningún momento reveló el tándem de ministros es cómo la flamante YPF kirchnerista iba a llevar adelante su política ambiental.

Por supuesto, todo daba a entender que, también en ese ítem, la vuelta del Estado mejoraríasustancialmente todos los procesos.
Sin embargo, la realidad es que, a más de un año de las acusaciones oficiales contra Repsol y sus socios locales, el accionar de la petrolera en lo que hace a protección natural bordea eldesastre.
Una prueba de esto lo da lo sucedido días atrás en Neuquén, en el yacimiento de Chihuido, con el derrame de más de 70.000 litros de petróleo que contaminaron un espacio -con sus fuentes acuíferas incluidas- de alrededor de 4.600 metros cuadrados.

Esto es, un terreno con una superficie similar al predio que ocupa todo el Buenos Aires LawnTennis Club.
El vertido fue de tal magnitud que la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sostenible neuquina ordenó la clausura total del yacimiento Chihuido de la Sierra Neuquén, que incluye a 230 pozos petroleros, nueve baterías y al oleoducto troncal sur de YPF.
La decisión de clausura de dicho oleoducto troncal sur y de la planta de tratamiento se tomó luego de una inspección conjunta realizada por el organismo ambiental neuquino y el Comité Interjurisdiccional del Río Colorado Coirco -organismo que vela por la calidad del agua del Colorado- con el objeto de “resguardar” la zona donde se produjo el derrame y para evitar la ocurrencia de nuevos incidentes.
La medida se mantendrá hasta tanto YPF brinde las condiciones que “garanticen la seguridad y confiabilidad de las instalaciones”.
El derrame se produjo por la rotura de un ducto troncal que se encuentra en muy mal estadopor efecto -según confiaron fuentes del sector a iProfesional- del escaso nivel de inversión en infraestructura que viene llevando a cabo la petrolera estatal.
Ahora la provincia quiere tener la seguridad de que no habrá nuevos incidentes. Es que en los últimos tiempos hubo una impresionante serie de hechos en pozos y yacimientos ahora en manos de la firma nacionalizada.
“Colapsó una cañería que no resistió la presión debido al avanzado estado de corrosión del metal y eso derivó en un río de crudo de casi 3 kilómetros”, detalló a iProfesional un vocero de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Neuquén.
Si bien desde el organismo trataron de relativizar el impacto del derrame, representantes de la oposición política y del sector petrolero indicaron a este medio que YPF no está realizando inversiones básicas, como es el reemplazo y la sustitución de los oleoductos más viejos.
Otro derrame y van…
Lo sucedido ahora en Neuquén se encadena con la multiplicidad de incidentes ambientales que viene protagonizando YPF prácticamente desde su estatización.
Sólo este año, y a lo largo del mes de enero, la petrolera fue partícipe junto con Petrobras decuatro derrames en apenas once días.

En dos de esas ocasiones, el petróleo llegó hasta la cuenca del río Colorado, cuyo caudal es compartido por cinco provincias.
El río Colorado atraviesa Mendoza, Neuquén, Río Negro, La Pampa y Buenos Aires y está bajo el monitoreo del Coirco (Comité Interjurisdiccional), compuesto por las cinco provincias y la Nación.

El presidente ejecutivo, Miguel Boyero, confirmó que “el derrame afectó el río”.
En enero, otros 15.000 litros de hidrocarburos habían caído en el Colorado, luego de que se rompiera una pileta de almacenamiento de YPF en Rincón de los Sauces, Neuquén.

Por aquellos días, el subsecretario de Ambiente de esa provincia, Ricardo Esquivel, solicitó a los municipios de aguas abajo (Catriel en Río Negro y 25 de Mayo en La Pampa) que tomen rápidamente “medidas preventivas en el uso de agua”.
En tanto, el Departamento Provincial de Aguas de Río Negro (DPA) tuvo que cerrar el ingreso del caudal proveniente del río Colorado a sus sistemas de riego. En un comunicado oficial, el DPA confirmó que el cauce tenía “presencia de hidrocarburos”.
Otro derrame se produjo el jueves 24 de enero en el yacimiento Las Lomitas, también de YPF, a 40 kilómetros de Rincón de los Sauces. Esta vez fueron 2.800 litros de petróleo.
Ya en el mes de abril ocurrió uno de los peores incidentes de YPF: el incendio de la refinería de la firma en Ensenada-Berisso. El siniestro, según un informe de GreenPeace al que accedió este medio, derivó también en el vertido de hidrocarburos a los cursos de agua cercanos a laciudad de La Plata.
Este evento, de acuerdo con la organización ambientalista, puso “de manifiesto la incapacidad de la empresa y de los organismos del Estado para hacer frente a este tipo de incidentes y la increíble descoordinación de las distintas áreas que deberían dar respuesta a la población”.
Peligro cerca de La Plata
Poco tiempo después, a principios de junio, YPF protagonizó un nuevo derrame de hidrocarburos en el canal Este de Berisso, lindero al predio industrial donde ocurrió el incendio de abril.
En ese momento, desde la ONG Nuevo Ambiente denunciaron la presencia de peligrosas sustancias, a la altura del Tiro Federal de esa localidad, “por lo que se sigue confirmando que laempresa vuelca producto al mencionado canal”.
Los ambientalistas han asegurado que dichos “hechos confirmaron una vez más que la destilería no posee su infraestructura como corresponde y que las plantas de tratamiento de efluentes no trabajan bien y no cumplen las funciones que corresponden”.
A pesar del paso del tiempo, desde la organización mencionada insisten con la falta de medidas de seguridad e inversión en las instalaciones con la que opera YPF en cercanías de La Plata.
“Si se registra un temporal, similar al 2 de abril, puede haber serios trastornos nuevamente. Sabemos que los piletones de la refinería no dan abasto, por lo que una precipitación de magnitud haría que queden desbordados, con el gran riesgo que eso implica”, sostuvo Marcelo Martínez, titular de Nuevo Ambiente.
“Las condiciones de seguridad que dicen tener en YPF nos generan muchas dudas. Los derrames hacen que los hidrocarburos terminen en el Río Santiago y en el Río de la Plata“, completó.
Martínez remarcó que “tanto YPF como el resto de las empresas del polo petroquímico se autocontrolan, ellas mismas hacen las mediciones de las emanaciones. Esto ya no se puede tolerar, es indispensable que haya una auditoría ambiental independiente”.
“La presencia de hidrocarburos en el canal Este es un hecho semanal y continuo. No se entiende cómo las principales autoridades municipales de Berisso y las ambientales de la Provincia no hicieron ni hacen nada para advertir esta situación”, enfatizó Martínez, en declaraciones a un diario platense.
“Están rozando el incumplimiento de sus deberes como funcionarios públicos establecidos en el código Penal”, añadió.
En julio, autoridades de Río Negro detectaron un derrame de petróleo en una de las baterías del yacimiento Señal Picada que YPF opera muy cerca de la localidad de Catriel.
El vertido afectó un área de 1.200 metros cuadrados y tuvo su origen en un problema en uno de los tanques de almacenamiento de la petrolera que, por un corte en el suministro eléctrico, culminó por rebalsarse.
Falta de “caja”
“Esta cadena de sucesos no es más que la consecuencia de la falta de inversiones de YPF en el mantenimiento de los oleoductos y tendido de caños. Hay un grave déficit producto de la falta de capital y del desconocimiento de la misma infraestructura de la empresa”, sostuvo aiProfesional Manuel García, titular de AESI, una de las entidades que nuclea a los empresarios del combustible local.
El directivo señaló que hay irregularidades que se repiten, pero como en este momento la petrolera está en manos del Gobierno, entonces el nivel de reclamos tiende a minimizarse.

“En términos de control del impacto ambiental, la situación se agravó con la estatización. Muchos profesionales que sí sabían y se ocupaban de este tema se fueron con la salida de Repsol. Y esos lugares quedaron en manos de gente que todavía no probó ser la más idónea”, disparó García.
Desde Ambiente y Desarrollo Sostenible de Neuquén, epicentro del último derrame de YPF, aportaron a iProfesional una visión similar.
“El año pasado se anunció que se haría un monitoreo de lo que está operativo a nivel extracción, pero eso casi no se hizo. Todavía estamos a la espera de desembolsos y de rutinas técnicas de control que nunca llegan”, comentó un vocero de la dependencia.
Y concluyó: “Con la estatización se hicieron muchas promesas, pero en la práctica la operatoriano cambió demasiado”.

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