El show del fracking debe continuar. Con el blindaje de la represión a cargo de camiones hidrantes, balas de goma y de plomo, la mayoría de la Legislatura de Neuquén aprobó el acuerdo de YPF con Chevron para desarrollar la fractura hidráulica en Vaca Muerta. El debate “democrático” adentro fue posible con la represión afuera, como una parábola de la forma que avanza el extractivismo en los territorios, sin consulta a la población directamente afectada.
“No a la hidro fractura”. Foto: Pablo Gregorio – Asoc. Conservación Patagónica |
La periodista que se convertiría en una de las voces emblemáticas en la denuncia de la violencia policial, unas horas antes no podía imaginarlo: “No creo que repriman a un mes de las elecciones”, escribía. El registro de su envío informativo en las redes sociales testimonia primero el preparativo del día anterior: “el festival fue tranquilo”. Luego, la convocatoria para la marcha a las diez de la mañana. Y lo siguiente es la noticia que nadie quería dar: “Represión en Neuquén para custodiar el pacto de saqueo”. La sentencia pudo ser titular principal de cualquier agencia de noticias, pero no lo comunicó así ni Telam (gobierno nacional) ni DyN (Grupo Clarín), que coincidieron en hablar de “incidentes”. Así, la cooperativa 8300 de Neuquén, que integra Soledad Arrieta, fue fundamental para romper el silencio o el ocultamiento de los medios masivos. Y en la situación preocupante, la precisión necesaria. Ya pasado el mediodía se sabía lo peor: “Confirmado, un herido con bala de plomo. Y llegaron hidrantes”.
Desde el martes, la ciudad de Neuquén tenía suspendido el tránsito en los alrededores de la Legislatura y dos barrios linderos fueron vallados. Un operativo de seguridad sólo permitía ingresar a la zona a aquellas personas identificadas. Algunos legisladores presentaron un amparo, pero fue rechazado. Ayer la movilización llegó a aglomerar cinco mil personas en la capital neuquina. La respuesta estatal también estuvo planificada. La represión duró unas siete horas, desde la mañana hasta la tarde. Y la mayoría de los legisladores, convencidos en votar por Chevron, decidió seguir adelante. Ya se sabía entonces que había al menos 20 heridos. También hubo cuatro detenidos, entre ellos un periodista de 8300. Entre los heridos, dos recibieron bala de plomo. Uno fue Rodrigo Barreiro, hijo del decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Comahue. En la Legislatura, la ex-rectora de la UNComa Ana Pechén, presidió la sesión como vice-gobernadora y felicitó el exitoso operativo de seguridad.
Imagen de la situación antes de los “incidentes”. Foto: Publicada por 8300. |
“Este acuerdo de matriz ecocida y anticostitucional esta defendido por las fuerzas policiales de Neuquén, históricamente responsables del asesinato de Carlos Fuentealba que afirman que están `defendiendo la democracia´”, repudió todo lo ocurrido la Asamblea Permanente del Comahue por el Agua. “Quieren abrir las puertas para que Neuquén sea un laboratorio para el fracking”, denunció Martín Maliqueo de la comunidad Mapuche “Lonko Purran”, durante la presentación del Seminario “Desde el Extractivismo a la reconstrucción de alternativas”, que se realiza en Buenos Aires. En la misma ciudad hubo una protesta frente a la Casa de Neuquén: “El pueblo mapuche ya no cree en las promesas de las petroleras”, expresó Calfu Antiñir, también pertenece a la Confederación Mapuche de Neuquén, en diálogo con ComAmbiental. Allí también el Encuentro por la Soberanía Energética pidió “que se vayan todas” en referencia a las trasnacionales petroleras que operan en el país.
También las organizaciones ambientalistas manifestaron su solidaridad. Desde la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), se insistió en “la necesidad de promover un amplio debate democrático” para lo que se necesita “un marco de pleno cumplimiento y respeto por las garantías constitucionales”. Así remarcaron: “los hechos de violencia ponen en evidencia, una vez más, la creciente conflictividad que produce este tipo de proyectos que pretende ser desarrollado ignorando y reprimiendo la opinión y expresión de las comunidades”. Por su parte, Greenpeace recordó su cuestionamiento al fracking pues “esta ampliación de la frontera fósil agudiza el cambio climático global, retrasa la inversión en energías renovables y agrava la amenaza de contaminación hidrocarburífera”. Y agregaron: “La sociedad debe ser parte activa en las políticas públicas de trascendencia. El plan energético está siendo implementado a espaldas de la población, con impacto directo en las comunidades y ecosistemas locales”.
El diputado del Frente de Izquierda por los Trabajadores deja la bandera de EEUU. |