Chile, ¿nuevo proveedor energético?

A LA CENTRAL SALTA, DE LA LOCALIDAD COBOS DE ESA PROVINCIA, LLEGA UNA LÍNEA QUE HOY ESTÁ OCIOSA Y QUE PODRÍA SER VEHÍCULO PARA TRAER ENERGÍA.

Tras la guerra fría que vivieron Argentina y Chile cuando se cerró el grifo de las exportaciones de gas, podría seguirle una “pax energética”. Es que avanza en el país trasandino un proyecto de la firma estadounidense AES Corp para vender su electricidad ociosa al mercado local, sediento de combustibles pero también de dólares. Y allí, en el dinero, residiría la primera clave de este negocio: según creen en el sector, la Argentina podría conseguir en Chile un megawatt hora a un costo menor del que representa generarlo en las centrales térmicas propias con gasoil importado. Atenta a esta coyuntura, AES, la segunda mayorista eléctrica de Chile, analiza reactivar una línea de transmisión ubicada al norte del país, por la que antiguamente recibía electricidad desde la Argentina. Se trata, curiosamente, de una línea que se creó con el único fin de conectar a la Central Salta, ubicada en Cobos, (Salta) con el sistema cerrado que tiene el país vecino en su extremo norte. La misma está en desuso hace al menos cinco años, cuando Cammesa ordenó a la usina volcar toda la energía producida al Sistema Argentino de Interconexión (SADI). Ahora, como una cruel paradoja, la firma chilena busca reactivar esa línea para aprovechar el excedente de generación que tiene el país y poder vender electricidad a Argentina. En realidad, el proyecto no es nuevo, pero su aplicación avanza de forma constante en el CDEC-Sing, organismo rector en Chile, informó el diario “La Tercera”.

Las principales trabas que evitaron que prosperara son más técnicas y políticas que económicas. En principio, aún se estudia cómo hacer compatibles ambos sistemas y qué capacidad real de transporte tiene la línea. Pero el principal escollo es la delicada relación que tienen ambos países en materia energética.

Desde que la Argentina dejó de venderle gas a Chile, el tema se convirtió en una piedra caliente de cada reunión bilateral. Inclusive, llegó a ser tratado a nivel presidencial. Pero la electricidad no sería lo único que se busca exportar. Algunas empresas del país vecino también quieren utilizar la infraestructura ociosa de gasoductos trasandinos para revender el gas que importan de otros países. La ventaja que tiene Chile, a diferencia de Argentina, es que al no poseer el recurso tuvo que montar una infraestructura de regasificación de gas licuado (GNL), lo que le permitió reducir costos. A su vez, su dependencia externa la obligó a firmar contratos de largo plazo, a un precio lógicamente menor a los que se pagan en Argentina. De hecho, una de las joyas del gobierno de la Concertación fue la planta de Quintero, emplazada en las cercanías de Valparaíso. Su capacidad de procesamiento le permitiría, en determinadas épocas del año, contar con un excedente para comercializar vía gasoductos a la Argentina. Aquí, el negocio sería utilizar ese gas con contratos fijos para abastecer a las usinas que hoy utilizan gasoil.

Río Negro