Son los planes que maneja YPF luego del acuerdo con Repsol. Preocupa el tipo de cambio.
Por Marcelo Canton.-Después del cierre del acuerdo con Repsol por la expropiación, YPF se lanza a una batería de operaciones para ampliar y diversificar sus negocios. En la agenda de corto plazo entran el desembarco de la empresa en México, de la mano de Pemex; la compra de Apache Argentina, y la adquisición de una parte de la filial local de Petrobras. Eso implica nuevas colocaciones de deuda a nivel internacional, pero también un foco puesto en una mayor devaluación del peso.
En la torre de Puerto Madero no pueden disimular su satisfacción por el acuerdo cerrado entre Argentina, España y México por la expropiación de las acciones de Repsol, que fue aprobado el miércoles por el directorio de esa compañía, aunque aún debe definirse la letra chica de los pagos. El presidente de la empresa, Miguel Galuccio, se involucró personalmente en las negociaciones, manteniendo un fluido diálogo con el gobierno español y con Pemex. El miércoles, incluso, cruzó mensajes con el jefe de gobierno de España, Mariano Rajoy, y con su ministro de Industria, José Manuel Soria.
“Ahora, con la agenda más despejada, Galuccio podrá dedicar más tiempo a apurar los negocios que ya se estaban delineando”, dicen en el entorno del ejecutivo. Galuccio voló anoche a Londres, a visitar a su hijo, quien vive en esa ciudad. Pero se llevó una cartera de millonarios contratos en discusión para seguir debatiendo.
Gran parte del acuerdo con Repsol se explica por la intervención de Pemex. Galuccio trabajó en ese país cuatro años, logró que la petrolera estatal mexicana fuera el principal cliente de la que entonces era su empresa, Schlumberger. Allí ató una buena relación con los funcionarios de Pemex, incluyendo al director Emilio Lozoya. Sobre esa misma base apura acuerdos con los mexicanos.
“En México está pasando lo más importante que sucede hoy en el negocio petrolero, la apertura del mercado de ese país”, dice Galuccio a sus allegados. Y allí apunta. Está pensando en un acuerdo de intercambio de activos: que Pemex ceda campos petroleros mexicanos a YPF, a cambio de otros similares aquí, más precisamente en Vaca Muerta.
“Es que nosotros tenemos mucha experiencia en áreas maduras, podemos rascar mejor el fondo de la olla de los campos petroleros mexicanos más viejos, y ellos quieren hacer experiencia en hidrocarburos no convencionales”, justifican en YPF. Pemex ya declaró su interés en desembarco en la Argentina (ver Pemex …).
En la empresa tienen otros acuerdos de asociación por Vaca Muerta pendientes de firma (Exxon, por ejemplo). Son en la misma línea que el de Chevron, empresa que ya desembolsó una parte del dinero (US$ 250 millones fueron a la caja de YPF) y que podría ingresar un monto similar en las próximas semanas. Ahí, dicen los ejecutivos de YPF, “el escollo sigue siendo el tipo de cambio”. O sea: cómo convencer a un inversor a traer dólares y venderlos en el mercado oficial, a poco mas de $ 6. No creen en cambios diferenciados.
“Hay que hacer cosas simples, sincerar el tipo de cambio -insisten-. No es $ 10, pero tampoco $ 6”.
Pero fuera de los convenios, piensan en adquisiciones. Analizan dos de magnitud. Una, de la que ya informó Clarín, es la compra de activos de Petrobras en el país. No serán todos, porque los brasileños ahora quieren quedarse con su parte de Vaca Muerta. La adquisición que piensan, entonces, sería de los campos de gas en la Cuenca Austral y un área de petróleo liviano en Neuquén.
La otra compra, más grande, es la de los activos de la norteamericana Apache, que tiene campos de gas que producen 7 millones de m3 diario. “YPF es una empresa sobre todo petrolera, sólo tenemos el 24% de la producción de gas del país y el 20% de las reservas; hace sentido comprar los activos de Apache”, dicen en la empresa.
En los dos casos, Petrobras y Apache, el cierre de las adquisiciones está previsto para principios de 2014. ¿Cómo se financiarán? La compañía ya tiene prearmada una colocación en el exterior “grande”, dicen fuentes financieras. En YPF no quieren dar precisiones, aunque señalan que apuntan a una tasa que ronde 7%, plazos de 7 a 10 años, y un monto “que aún tenemos que definir”.
“Los últimos 18 meses fueron muy importantes -dijo Galuccio ayer a un colaborador-. Pero Repsol termina de cumplir un ciclo ”.
Clarín
En la torre de Puerto Madero no pueden disimular su satisfacción por el acuerdo cerrado entre Argentina, España y México por la expropiación de las acciones de Repsol, que fue aprobado el miércoles por el directorio de esa compañía, aunque aún debe definirse la letra chica de los pagos. El presidente de la empresa, Miguel Galuccio, se involucró personalmente en las negociaciones, manteniendo un fluido diálogo con el gobierno español y con Pemex. El miércoles, incluso, cruzó mensajes con el jefe de gobierno de España, Mariano Rajoy, y con su ministro de Industria, José Manuel Soria.
“Ahora, con la agenda más despejada, Galuccio podrá dedicar más tiempo a apurar los negocios que ya se estaban delineando”, dicen en el entorno del ejecutivo. Galuccio voló anoche a Londres, a visitar a su hijo, quien vive en esa ciudad. Pero se llevó una cartera de millonarios contratos en discusión para seguir debatiendo.
Gran parte del acuerdo con Repsol se explica por la intervención de Pemex. Galuccio trabajó en ese país cuatro años, logró que la petrolera estatal mexicana fuera el principal cliente de la que entonces era su empresa, Schlumberger. Allí ató una buena relación con los funcionarios de Pemex, incluyendo al director Emilio Lozoya. Sobre esa misma base apura acuerdos con los mexicanos.
“En México está pasando lo más importante que sucede hoy en el negocio petrolero, la apertura del mercado de ese país”, dice Galuccio a sus allegados. Y allí apunta. Está pensando en un acuerdo de intercambio de activos: que Pemex ceda campos petroleros mexicanos a YPF, a cambio de otros similares aquí, más precisamente en Vaca Muerta.
“Es que nosotros tenemos mucha experiencia en áreas maduras, podemos rascar mejor el fondo de la olla de los campos petroleros mexicanos más viejos, y ellos quieren hacer experiencia en hidrocarburos no convencionales”, justifican en YPF. Pemex ya declaró su interés en desembarco en la Argentina (ver Pemex …).
En la empresa tienen otros acuerdos de asociación por Vaca Muerta pendientes de firma (Exxon, por ejemplo). Son en la misma línea que el de Chevron, empresa que ya desembolsó una parte del dinero (US$ 250 millones fueron a la caja de YPF) y que podría ingresar un monto similar en las próximas semanas. Ahí, dicen los ejecutivos de YPF, “el escollo sigue siendo el tipo de cambio”. O sea: cómo convencer a un inversor a traer dólares y venderlos en el mercado oficial, a poco mas de $ 6. No creen en cambios diferenciados.
“Hay que hacer cosas simples, sincerar el tipo de cambio -insisten-. No es $ 10, pero tampoco $ 6”.
Pero fuera de los convenios, piensan en adquisiciones. Analizan dos de magnitud. Una, de la que ya informó Clarín, es la compra de activos de Petrobras en el país. No serán todos, porque los brasileños ahora quieren quedarse con su parte de Vaca Muerta. La adquisición que piensan, entonces, sería de los campos de gas en la Cuenca Austral y un área de petróleo liviano en Neuquén.
La otra compra, más grande, es la de los activos de la norteamericana Apache, que tiene campos de gas que producen 7 millones de m3 diario. “YPF es una empresa sobre todo petrolera, sólo tenemos el 24% de la producción de gas del país y el 20% de las reservas; hace sentido comprar los activos de Apache”, dicen en la empresa.
En los dos casos, Petrobras y Apache, el cierre de las adquisiciones está previsto para principios de 2014. ¿Cómo se financiarán? La compañía ya tiene prearmada una colocación en el exterior “grande”, dicen fuentes financieras. En YPF no quieren dar precisiones, aunque señalan que apuntan a una tasa que ronde 7%, plazos de 7 a 10 años, y un monto “que aún tenemos que definir”.
“Los últimos 18 meses fueron muy importantes -dijo Galuccio ayer a un colaborador-. Pero Repsol termina de cumplir un ciclo ”.
Clarín