Por MACH
En la primera cabalgata realizada en marzo de 2011 constatamos la escasez de agua en los campos que rodean al proyecto navidad y la desidia de una corporación minera que derrochaba con impunidad el bien común más importante de la árida estepa. Los testimonios eran elocuente prueba y el material fílmico registraba imágenes de la manguera que derramaba agua pura desde largo tiempo en el medio del yacimiento. Las denuncias realizadas en aquella oportunidad en la comisaría de Gastre y en los organismos correspondientes no tuvieron mayores consecuencias para PAS, pero sirvieron para despertar la indignación de los pobladores que comprobaban con sus propios ojos el irracional desperdicio de agua.
Tres años después la situación empeoró. Aunque 2013 fue un año lluvioso que mejoró las pasturas de la meseta, los pobladores vieron bajar los pozos y secarse las aguadas y mallines. ¿Cuál es la razón para que en el lugar donde existe el mayor acuífero subterráneo de la región falte el agua? Reflexionar sobre las respuestas a este interrogante duele. Las denuncias públicas de aquellos años de sequía y escasez de agua llevaron al gobierno a anunciar un ambicioso plan de perforación. Se realizaron alrededor de 45 pozos de los 70 anunciados, pero no funcionan. “Al que no le falta la bomba, tiene rajado el tanque australiano o no pusieron las mangueras para que las comunidades puedan utilizar el agua sin tener que desplazarse miles de metros”, nos explicaba un poblador que sufre en carne propia la falta del esencial elemento para la vida. Las perforaciones terminaron en escándalo cuando la propia titular de Corfo de entonces Ana Amato reconoció que los trabajos se encontraban suspendidos por una deuda millonaria del Estado con las empresas contratadas. La legislatura que había aprobado por ley una partida de 6 millones de pesos para este fin realizó pedidos de informes que no recibieron respuesta. Mientras tanto el sufrimiento de los pobladores no acaba. Un vecino colindante con proyecto navidad nos relataba como bajó el nivel de la aguada luego de que PAS realizara perforaciones con maquinara pesada durante los trabajos de exploración en su campo. Testimonios como estos se multiplican en los alrededores de proyecto navidad. Pudimos corroborar que los 7 pozos de Taquetren no funcionan. Está claro que la única beneficiada de toda esta situación es la minera Pan American Silver que ofrece el “oro y el moro” para que los pobladores se vayan o se sometan a sus deseos. Insistimos que en esa zona no falta agua, falta acceso a la misma. Lo primero que hizo la transnacional minera antes de pensar en explotar el yacimiento fue comprobar que hubiera un caudal suficiente para poder llevar adelante el enorme proyecto – probablemente el más grande del mundo sin desarrollar-. Una explotación de esa magnitud requeriría no menos de 1000 lts/s de agua constante durante más de una década. Y como sabemos: en la megaminería sin agua y químicos no hay minerales. El 22 de marzo fue creado por Naciones Unidas para “llamar la atención sobre la importancia del agua dulce y la defensa de la gestión sostenible de los recursos de agua dulce” Este día poco recordado por los gobiernos esta pensado también para reflexionar sobre qué actividades productivas deben realizarse que no destruyan y contaminen las escasas fuentes de agua. Para muchos pobladores de la meseta ese futuro de escasez que nos anuncia la ONU ya llegó, y al gobierno parece no interesarle.
Divide y reinarás
Los días previos a la cabalgata circularon todo tipo de versiones entre la población de Gan Gan que buscaban desmovilizar a los jinetes. Lo cierto es que en esta oportunidad nos aguardaba a la entrada del yacimiento una poco amistosa “comitiva” de bienvenida. Un centenar de personas uniformadas con las camperas mineras -entre empleados y gente pagada para la ocasión- esperaban detrás del alambrado que separaría a los manifestantes. Patrulleros, policías e infantería custodiaban a la minera. El organizado contra-acto de la corporación Pan American Silver parecía querer calcar el formato de las manifestaciones contra la megaminería. La música a todo volumen intentaba tapar las sentidas palabras que venían de los “lonkos” (jefes) y de pobladores que expresaban la lucha por el derecho a vivir en un ambiente sano, por la defensa de los territorios amenazados y la falta de agua recurrente que padecen. Pudimos constatar la división que producen las grandes mineras en las comunidades. Teníamos en nuestra memoria los ejemplos frescos del accionar cobarde de las transnacionales en Famatina, Andalgalá y en Esquel, pero aun así nos fue imposible disimular el dolor de saber que del otro lado del alambrado había hermanos, primos y tíos de quienes acompañábamos. Los pueblos empobrecidos son presa fácil para transformar la necesidad laboral en extorsión, y esta no era una excepción. Así todo el “newen” (la fuerza en Mapuche) nos acompañó y la dignidad de quienes no se venden “por dos pesos” fue mayor que el poder de la codicia que busca la división entre familias. “No pelearemos con nuestros hermanos”, decían. “Que vengan los directivos de la minera que acá no hay ninguno” El cierre de nuestra manifestación fue sorpresiva y movilizadora. Espontáneamente los jinetes dieron dos vueltas al galope pasando cerca del alambrado que separaba a los dos grupos. Para este humilde citadino que escribe, el grito tradicional Mapuche de los jinetes al galope sonó como un grito de guerra en la estepa Patagónica, un grito de dignidad y de valor que reafirma la lucha de las comunidades en el día internacional del agua.
Puerta E