Industria y agenda bilateral

Tras haber obtenido un fuerte apoyo en materia de energía y transporte. Argentina busca consolidar el vínculo con la participación de la inversión china en el desarrollo de sectores industriales estratégicos. Los argumentos para conseguirlo.

Por Raúl Dellatorre

Tras una etapa de diez años de fuerte impulso al incremento de la relación comercial con China, el gobierno argentino se plantea el desafío de incorporar el aporte de las inversiones y los negocios con el gigante asiático a su propia estrategia de desarrollo industrial. “Eso significa dar un salto en la relación, para que lo distintivo en la nueva etapa sea la participación de capitales chinos en la industria argentina, no solamente en la explotación de recursos naturales, y más allá de lo importante que es tenerlo de socio en acuerdos financieros o de apoyo a la realización de obras de infraestructura”, sostuvo una alta fuente del Gobierno que trabajó intensamente para esta visita. “Debemos diferenciar la relación que tiene China con Argentina de la que tiene con otras naciones periféricas, por ejemplo los países de Africa, en las que la característica saliente es el vínculo con la explotación de los recursos naturales”, agregó.

Las autoridades del área económica del Gobierno –fundamentalmente, las carteras de Economía e Industria– trabajaron con gran dedicación en los últimos meses a la formulación de las propuestas que iban a recibir las autoridades visitantes, para tratar de “orientar el interés” de los inversores chinos “hacia áreas que presentan un atractivo común: para ellos como oportunidad de negocios, para nosotros como necesidad de aportes para motorizar el desarrollo”. La identificación de las seis áreas específicas que detalló la ministra de Industria, Débora Giorgi, a su par chino, el viceministro de Industria, Su Bo, en los encuentros previos a la visita del presidente Xi Jinping, estuvo precisamente apuntada a ese fin.

Los esfuerzos oficiales de acercamiento al gobierno chino durante los últimos años tuvieron su resultado: una apuesta fuerte del país asiático a sostener las inversiones en transporte y energía que las propias autoridades argentinas habían definido como prioritarias. Pero, con este encuentro bilateral, Argentina espera abrir otra etapa en esa relación.

“China venía muy enfocada a participar en acuerdos financieros, vinculados a la relación entre bancos centrales, y a participar en obras de infraestructura energética; el esfuerzo nuestro es hacerle ver que hay otras posibilidades no solamente en los recursos naturales, y que a la Argentina no le interesa únicamente venderle materias primas”, apuntó la fuente oficial consultada por este diario.

El menú que preparó el Ministerio de Industria para los potenciales inversores chinos incluye seis sectores: bienes de capital para la industria petrolera; maquinaria agrícola, autopartes, medicamentos, alimentos elaborados (lácteos, productos panificados, derivados de carne porcina, principalmente) y el desarrollo de parques industriales. “Son sectores en los que se les expuso la potencialidad que tiene cada uno de ellos, tanto en función del mercado interno como de exportación: son rubros en los que Argentina puede ser una puerta que se les abre para el resto de América latina, si aceptan la propuesta de radicar sus industrias acá.”

Los ejes del planteo, para justificar el atractivo de los sectores mencionados, pasaron por explicar el estado de desarrollo o las políticas específicas que afectan a cada uno de ellos. La industria petrolera, con la irrupción del gas y petróleo no convencional, entró en una fase de creciente demanda de equipos de perforación y otros servicios en yacimiento para la cual la oferta local es mínima. En maquinaria agrícola, si bien hay importante oferta en algunos rubros, en otros la propuesta es aprovechar la expansión esperada del sector reemplazando equipos importados, con la posibilidad incluso de desarrollar industrias que atiendan la demanda de otros países de la región. En autopartes, se describió ante los visitantes que existen acuerdos con Brasil para aumentar la integración de piezas producidas local o regionalmente. El rubro Alimentos mira al mercado externo, con una demanda insatisfecha notable. En el rubro medicamentos el interés prioritario es atender la demanda interna, en gran parte hoy dependiente del abastecimiento importado. Todo ello en el marco de una política oficial que busca alentar el crecimiento del consumo interno, favorecer la sustitución de importaciones, administrar las compras al exterior e impulsar firmemente las exportaciones.

En cuanto a parques industriales, el señalamiento fue que ha sido una fórmula de radicación de industrias muy exitosa y que se seguirá alentando, tanto en parques de gestión pública como por emprendimiento privado. Según los negociadores del lado argentino, en este rubro en particular hubo manifestaciones concretas de interés por el desarrollo de nuevos parques industriales de parte de los inversores chinos.

El cruce entre empresarios argentinos y chinos que tuvo lugar en la mañana de ayer, en el Hotel Intercontinental, es confluyente a la estrategia oficial, aunque no podrían esperarse resultados grandilocuentes en este round. “Vinieron unos doscientos empresarios, pero en su mayoría vinculados a empresas estatales; las decisiones se toman en otro nivel”, relató uno de los participantes. De todos modos, quedó más de una puerta abierta. En septiembre habrá una feria pyme en China y hay interés en que Argentina participe. Algunos de los funcionarios que formaron la comitiva visitante también pidieron información adicional a la expuesta sobre los sectores petroleros y automotor, con evidente interés de estudiar las alternativas de participación. Ya hay una “hoja de ruta” a seguir en la relación entre ministerios de ambos países y temas sobre los que, ahora, se empezará a trabajar en particular. Como bien se sabe, China proyecta sus objetivos a muy largo plazo: no se va a demorar ni preocupar por calendarios electorales, si considera que Argentina es una estación interesante en ese recorrido. El esfuerzo argentino, en tanto, será demostrar que es más que tierra fértil y subsuelo promisorio, para que los beneficios sean para ambas partes.

Página/12