Carlos Alberto Dagna.- La distribución de fuentes de energía primaria en Argentina, se compone de un espectro similar al de 1970. Hace 44 años, teníamos una dependencia del 89% de las energías fósiles (Petróleo y gas) mientras que actualmente, se invirtieron los porcentajes pero los combustibles fósiles representan un 87% de la matriz energética. La energía hidroeléctrica (4,7%) y la nuclear (2,8%) cubren menos del 8% y el resto (5%) la sumatoria de energía eólica y solar. (Figura Nº1)
Este 87% de energía proveniente de combustibles fósiles se genera mediante recursos no renovables, por lo que a medida que se van consumiendo disminuyen sus reservas sin reposición e inexorablemente en algún momento se produce una crisis de disponibilidad. Ante el agotamiento de los yacimientos primarios convencionales y la ausencia de inversiones en exploración intentando su reemplazo, las opciones de sustitución se concentraron en la importación de enormes volúmenes de combustibles y desde el 2012 en la exploración y desarrollo de recursos No Convencionales. El 56% de esa actividad exploratoria está en manos de YPF. Desde su recuperación por parte del estado, la petrolera argentina incrementó su actividad exploratoria un 95 por ciento entre 2012 y 2014, según el Observatorio de la Energía, la Tecnología y la Infraestructura de Desarrollo (Oetec). Sin embargo, hay una caída constante en la producción de crudo y de gas. Hasta agosto, la extracción de crudo bajó 1,2 %, pese a que YPF aumentó 10,4% su oferta en el mismo período.
Las fuentes de energía primarias (energía hidráulica, eólica, solar, hidrocarburos, carbón mineral, etc.) son de directa aplicación y su aprovechamiento depende fundamentalmente de la complejidad de abastecimiento de los hidrocarburos. Las energías secundarias (electricidad y combustibles) resultan de un proceso de transformación por medio de la aplicación de alguna tecnología sobre las primarias. Con las energías primarias se construye la Matriz Energética que representa en forma cuantitativa toda la energía disponible para ser utilizada en los diversos procesos productivos.
La Matriz Energética responde a conceptos tales como disponibilidad, costos, estrategia política, demanda, contaminación ambiental, sustentabilidad y accesibilidad social. Una matriz del tipo integral, con amplia diversidad dispone de tantas alternativas como componentes cuando alguno de ellos no cubre en costo o disponibilidad a su demanda.
En la figura Nº2 se observa la directa proporcionalidad entre caída de reservas de combustible fósil y aumento de las importaciones para sostener la demanda. En el 2013 el monto por adquisición de combustibles, (u$s 11.415 millones) representó el 15% del total de los valores importados.
En el 2014 se redujo el monto por importación de combustibles, pero no por reemplazo propio, ya que las reservas de hidrocarburos continúan descendiendo, sino porque disminuyó la demanda y desde junio se registra un histórico descenso de los precios del barril. Se trata de una reducción circunstancial y no estructural.
Una Matriz Energética dependiente en casi un 90% de combustibles fósiles, sin autoabastecimiento, está condicionada por los valores del WTI, dificultando todo pronóstico presupuestario y generando incertidumbre en la factibilidad de proyectos a mediano y largo plazo.
En la figura 3 se observa la variación del WTI entre los años 2005 y diciembre 2014. En Junio del 2008 el WTI tuvo un pico de USD 140 y en enero del 2009 una caída hasta USD 41.7. Actualmente cotiza en el umbral de USD 68 pero el dumping de algunos integrantes de la OPEP puede llevar este valor aún por debajo y sostenerlo. Desde el convenio de Badgad en 1960, las políticas de la OPEP han intentado sostener el precio del barril y controlar la competitividad del mercado.
Con un barril a USD 70 o menos, los proyectos de shale están en crisis y profundiza la incertidumbre del play de Vaca Muerta en la Cuenca Neuquina.
Dentro de este marco las propuestas a modificaciones en la matriz energética colisionan con la realidad de importar energía a bajo costo. La comodidad del sistema sostenido por hidrocarburos conspira contra el desafío de desarrollar energías sustentables y limpias. Sin embargo, este contexto confirma la vulnerabilidad de una matriz energética no diversificada y cautiva. La inestabilidad de los recursos fósiles debería impulsar la investigación y el eventual desarrollo de energías sostenibles intentando disponer un horizonte de abastecimiento confiable. En el 2013 se creó YPF Tecnología S.A. (Y-TEC), una sociedad conformada por YPF S.A. (51%) y el CONICET (49%), cuya misión es brindar soluciones tecnológicas al sector energético, en particular a la actividad Hidrocarburífera. Los escasos informes que pueden ser obtenidos en la red, divulgan el trabajo de Y-TEC exclusivamente concentrado en el upstream.
¿Dónde estamos?
En el 2030 la demanda mundial de energía crecerá un 58%. La declinación de los recursos no renovables es inevitable y la dependencia de los mismos el desafío a superar. Según un informe respaldado por Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), en el año 2013 los recursos renovables suministraron el 16 % del consumo de energía mundial y cerca del 20 % de la electricidad global, En ese informe, también se detalla que la inversión en energías renovables alcanzó un récord de 211.000 millones de dólares, aproximadamente una tercera parte más de lo invertido en el 2009 y más de cinco veces la cantidad invertida en el 2004.
En el último G20 llevado a cabo en Australia en octubre, los líderes de los 28 países de la Unión reunidos en el Consejo Europeo aprobaron el Marco 2030 de Política para Clima y Energía en el que se comprometen a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 40% para 2030 con respecto a los niveles de 1990. Además, establecen el objetivo para 2030 con un 27% de la energía consumida en la Unión Europea provenga de fuentes renovables.
En el año 2006, Argentina creó el marco regulatorio para el desarrollo de energías renovables con la sanción de la ley 26.190/06. Esta última otorgó a las energías renovables el carácter de interés nacional, dejando asentado que para el año 2016, la Argentina deberá asegurarse que hasta un ocho por ciento de la generación de energía eléctrica provenga de fuentes renovables. Se analizó el potencial de energías renovables y en el año 2009 se reglamentó la ley por decreto presidencial. ENARSA , la empresa pública de energía, lanzó el programa GENREN , que ofrecía comprar 1000 MW de energías renovables mediante contratos fijos a 15 años. A principios de 2010, ENARSA – que depende del Ministerio de Planificación de Julio De Vido – había aprobado 32 iniciativas para instalar casi 900 MW de generación “verde y renovable” que iban a disparar inversiones privadas por US$ 2.000 millones. El 85% de los proyectos correspondieron a energía eólica que deberían generar 765 MW, mientras que el resto eran emprendimientos solares, térmicos con biocombustibles y pequeñas hidroeléctricas. Los oferentes fijaron los precios en dólares que querían cobrar y el Estado les garantizó la compra de la energía por 15 años.
A pocos meses de que se cumplan cinco años de las adjudicaciones, en la WEB oficial de ENARSA se informa la situación del proyecto GENREN.
Se construyeron 3 Centrales Solares, una Central Hidroeléctrica y tres parques eólicos, emplazados en las provincias de Chubut, San Juan, Mendoza, Santa Cruz, Jujuy y Catamarca. De las mismas, a la fecha, han sido habilitadas comercialmente por CAMMESA para operar las siguientes:
Parque Eólico Rawson I (50MW): con fecha 01/01/2012.
Parque Eólico Rawson II (30MW): con fecha 20/01/2012.
Central Solar Fotovoltaica Cañada Honda I (2MW): con fecha 01/06/2012.
Central Solar Fotovoltaica Cañada Honda II (3MW): con fecha 01/06/2012.
Central Solar Fotovoltaica Chimbera I (2MW): con fecha 06/03/2013.
Central Hidroeléctrica Luján de Cuyo (1MW): con fecha 01/06/2013.
Central Eólico Loma Blanca IV (50MW): con fecha 15/08/2013.
Subtotales por sistema desarrollado por GENREN
Energía Eólica: 130 MW
Energía Solar Fotovoltaica: 7 MW
Hidroeléctrica: 1 MW
Total: 138 MW
Esta generación permite proveer electricidad a una ciudad de aproximadamente 60000 habitantes.
Ante el evidente fracaso, el senador chubutense Marcelo Guinle presentó en el segundo semestre de 2013, un proyecto de reforma a la ley 26.190/06 y ha recorrido en los últimos meses un camino de búsqueda de consensos en los distintos sectores involucrados. Finalmente, el pasado 3 de diciembre, el Senado de la Nación aprobó el Proyecto de Ley (media sanción) que busca dar impulso prácticamente los mismos objetivos incumplidos del año 2006.
¿Qué debemos hacer?
Diversificar la matriz energética e ir gradualmente reemplazando los combustibles fósiles y la energía nuclear por energías renovables y limpias.
Parte de las pérdidas en el proyecto Vaca Muerta y todos los play no convencionales que el estado subsidia sin conocer el horizonte temporal, destinarlas a inversiones en el desarrollo de recursos renovables. El autoabastecimiento de combustibles fósiles a 10 años es anacrónico y tan cuestionable como difícil.
Un ejemplo de lo posible, lo vemos en Europa y particularmente en Alemania. En energía eólica dispone de 33.730 MW instalados a principios de 2014, y representa un tercio de la energía eólica del mundo. Europa aporta el 75% de la energía eólica mundial, con Alemania y España como países líderes. El mercado eólico ha ayudado a generar en la Unión Europea (UE) más de 50.000 puestos de trabajo. Alemania iguala en energía eólica a toda la energía eléctrica convencional generada en Argentina. También es uno de los líderes mundiales en la instalación de energía solar fotovoltaica, con una potencia instalada a principios de 2014 superior a los 35 gigavatios (GW). Sólo en 2011, Alemania instaló cerca de 7,5 GW y la fotovoltaica produjo 18 TW·h de electricidad, el 3% del total consumido en el país.
Fuera de Europa, podemos observar el admirable combo energético que logró Brasil con el 42% de recursos renovables (biomasa 16,2% – Hidráulica 13.5% – Carbón vegetal 8.3% – Eólica 4.2%)
Los beneficios de una energía limpia se traducen en la reducción de las emisiones de partículas contaminantes y la sustentabilidad de la economía. Brasil con su matriz emite 1,4 toneladas de dióxido de carbono (tCO2) por tonelada de petróleo equivalente (tep) mientras el promedio mundial es de 2,4 tCO2 / tep.
Los beneficios de las energías renovables superan a los perjuicios y son el camino inexorable al que finalmente llegaremos con el agotamiento de los recursos no renovables y sus graves consecuencias ambientales. Demorar su desarrollo es postergar un beneficio que todos merecemos. Aún considerando solamente el aspecto económico (y dejando de lado el aspecto ambiental), la estructura actual de la matriz energética argentina potencia la dependencia del bienestar del país a los precios de los commodities y exige una serie de inversiones que tarde o temprano deberá ser desechada.
*Geólogo – Universidad Nacional de Córdoba. Master en Auditorías Ambientales – INIEC, España.