La economía extractiva en el mensaje navideño. El documento contiene una fuerte crítica social. Leé el mensaje de navidad de los obispos de la región.
En el mensaje de Navidad, los obispos de la Patagonia sobrevolaron el debate sobre la distribución de la riqueza del petróleo. Lo hicieron a través de una pregunta: “¿Cómo estar alegres si las grandes explotaciones (frutícolas, mineras y petroleras) benefician a unos pocos y postergan a muchos?”, dijeron en el mensaje que lleva por título “Estén siempre alegres”.
En el documento señalan desigualdades sociales pero auguran “un camino nuevo de esperanza y alegría.”
El pronunciamiento comienza con una larga lista de preguntas entre las que se destacan: “¿cómo vivir alegres si tantos niños, adolescentes, y jóvenes, padres, autoridades públicas y… tantos adultos son atrapados por el mundo de la droga?, ¿cómo estar alegres si la subsistencia de cada día depende de “una changa” que no siempre se encuentra, de un sueldo tan alejado del costo de vida, o de una vida subsidiada que empobrece la dignidad?, ¿cómo estar alegres si las noticias de cada día, y los medios de comunicación masivos ponen de relieve insistentemente hechos de violencia y de muerte?, ¿cómo estar alegres si las grandes explotaciones (frutícolas, mineras y petroleras) benefician a unos pocos y postergan a muchos?”.
A continuación los referentes de la Iglesia Católica plantean: “No desconocemos esta cruda realidad, la sufrimos y sabemos las consecuencias dolorosas en la vida de muchos. Pero la historia no queda cerrada en este triste horizonte. Felizmente, con muchos hombres y mujeres de ayer y de hoy, descubrimos que “la noche” de la Navidad, hace sentir el anhelo de un camino nuevo de esperanza y alegría.”
Los obispos sostienen que “en esa oscuridad, el Evangelio trae una noticia sorprendente: les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo (Lc. 2,10). ¿Y cuál es esa Buena Noticia llena de esperanza y alegría? Un Salvador nos ha sido nacido”.
Los obispos concluyen: “Cada Navidad nos propone entonces como camino seguro de alegría el vivir en familia, el vivir en comunión con los demás en el barrio, en el trabajo, en una comunidad cristiana, en un pueblo y en un país, ‘dándonos, ofreciéndonos para hacernos el Bien’. Vivir en comunión entrelazando nuestras vidas para construir una historia de paz y dejar esta tierra -don de Dios- mejor de lo que la encontramos, más parecida al ‘cielo nuevo y la tierra nueva’ que esperamos.” Firman, entre otros, los obispos de Neuquén (Virginio Bressanelli), Comodoro Rivadavia (Joaquín Gimeno Lahoz), Alto Valle de Río Negro (Marcelo Cuenca), Bariloche (Juan José Chaparro), Río Gallegos (Miguel Ángel D’Annibale) y los eméritos Miguel Hesayne (Viedma) y Marcelo Melani (Neuquén).