A contramano de lo que pasa en el mundo, YPF espera que el precio se sostenga. Lo dice el texto del proyecto que realizará con la malasia Petronas. Se prevé que estará pagado para 2028.
En Argentina podría obrar un milagro: mientras que en todo el mundo el precio del crudo baja, aquí se espera que su precio se mantenga. El CEO de YPF, Miguel Galuccio, calcula que petróleo interno cotizará a 84 dólares el año que viene, un valor similar al promedio de venta actual en el país. Así consta en el detalle del proyecto que la empresa nacional realizará con Petronas en La Amarga Chica y al que accedió “Río Negro”.
En la presentación con el detalle del plan se espera un sendero de precios en alza del crudo interno. De 84 dólares en 2015, creen que pasará a 86,2 en 2016, 97,5 en 2017 y por arriba de los 102 a partir de 2018, cuando arranque la etapa intensiva.
Son todos valores muy distintos a los internacionales: el barril WTI cerró el viernes 57,8 dólares, su precio más bajo en cinco años. Se trata del crudo producido en Texas, que se toma como referencia en Argentina.
Sin embargo aquí, gracias a una política que impuso el entonces secretario de Comercio Guillermo Moreno, el precio del petróleo está disociado del internacional. Siempre se pensó a modo de efecto colchón, para evitar que los altos valores en el exterior dispararan en el país los derivados del oro negro -sobre todo los combustibles-. Pero nunca nadie imaginó que la situación iba a revertirse y Argentina terminaría pagando el barril un 40% más caro que el resto del mundo.
En la práctica, esto significa que ni la nafta, ni el diésel, ni ninguno de los derivados del crudo que se fabrican a nivel local bajarán de precio en el país, como sí ocurre en el resto del mundo. Es la estrategia que parece haber trazado la Nación con la anuencia de los gobernadores petroleros -entre ellos el neuquino Jorge Sapag y el rionegrino Alberto Weretilneck- para sostener los proyectos internos. Sobre todo el de Vaca Muerta, que por estas horas motoriza al sector y es una de las pocas puertas de entrada para dólares frescos a un país que los necesita de modo casi patológico.
Con un barril a 84 dólares y con la expectativa de que los pozos verticales y horizontales devuelvan una producción similar a la de Loma Campana, el yacimiento estrella sobre Vaca Muerta, YPF cree que obtendrá una tasa interna de retorno del 12,1%, más baja que la del proyecto vecino pero aún interesante para un negocio en dólares.
Sin embargo, por la menor cantidad de pozos planteados en la etapa piloto y fundamentalmente por la baja de costos en la perforación, el flujo de caja del proyecto se tornará positivo mucho antes: en el séptimo año, habrán recuperado 200 millones de dólares. Para el 2028 el proyecto estará pagado.
> Con la mira en Rusia e Italia
Además del proyecto con Petronas en La Amarga Chica, Galuccio busca cerrar por estas horas otro acuerdo para el bloque Bajada de Añelo, pegado a Loma Campana y de buena perspectiva en petróleo y gas húmedo.
La empresa ya presentó un plan de inversiones para el área donde Vaca Muerta es el horizonte. Aspira a obtener allí una concesión shale por 35 años -algo que conseguirá-y para ello promete invertir casi 450 millones de dólares en un piloto de 31 pozos durante los primeros tres años. El desarrollo completo exigirá un desembolso de 10.000 millones de dólares, una cifra astronómica.
La pregunta es: ¿de dónde saldrá el dinero? Por sí sola, YPF no tiene fondos para encarar el proyecto completo. En el sector creen que podrían venir de Rusia o Italia.
Miguel Galuccio visitó meses atrás a directivos de Gazprom, la gigantesca petrolera con sede en Moscú. El gobierno de Cristina Kirchner es el más interesado en la relación con Rusia, no sólo por el financiamiento que puede otorgar para proyectos locales, sino desde el punto de vista político.
La petrolera italiana ENI, bajo control estatal, es otra de las que recibió en sus oficinas a Galuccio. Muchos especulan que parte del dinero para este proyecto podría venir desde Roma.