Este miércoles en el marco de la Segunda Jornada Nacional contra el Fracking, se llevará a cabo el “Foro Internacional El Fracking en las Américas y Colombia. Luchas y Resistencias”, en el que participaran organizaciones internacionales como el Observatorio Petrolero del Sur y Alianza Latinoamericana frente al Fracking, que presentará un informe regional con el que pretende llamar la atención sobre los impactos socioambientales de la aplicación de la técnica en distintas naciones latinoamericanas.
De acuerdo con el investigador Hernan Scandizzo, en América Latina se han generado cambios en los marcos regulatorios para promover la explotación de gas y petróleo con técnicas no convencionales como el fracking; se han flexibilizado las normas ambientales para hacer posibles estos proyectos; no ha habido consulta previa a las comunidades; no se ha aplicado el principio de precaución; ni se ha brindado información pública veraz y completa, acerca de las implicaciones de la fractura hidráulica para que la población pueda tomar posición acertada.
“Vemos que las empresas controladas por los Estados nacionales son las que tienen un protagonismo particular en la aplicación del fracking”, asegura el investigador y agrega que la mayoría de proyectos se han concentrado en Argentina, en dónde la estatal YPF, junto a Chevron y Petronas ha llegado a perforar por lo menos mil pozos para extraer gas y crudo; mientras que en Chile es la Empresa Nacional de Petróleo quien lidera la aplicación de la técnica, y en México lo hace la empresa Petróleos Mexicanos.
El investigador insiste en que naciones como Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, México y Chile, han tenido “una experiencia muy traumática con la explotación de yacimientos comunes, altos niveles de contaminación, desplazamiento de pueblos y violación de derechos” que se cree aumentarán con la explotación no convencional, pese a que haya sido presentada por Gobiernos y empresas como una técnica segura y viable para el autoabastecimiento y la exportación.
“En los países en los que hay una fuerte apuesta por los yacimientos no convencionales hay un discurso muy blindado, desde las empresas y las autoridades, diciendo que el fracking es algo seguro, que es la posibilidad del autoabastecimiento y del desarrollo de nuestros pueblos, mientras que en los países donde está ocupando un papel secundario en la agenda, se sincera el discurso y desde el mismo Estado se reconocen los perjuicios que pueden ocasionar este tipo de explotaciones“, agrega el experto.
A nivel global han habido prohibiciones frente al fracking, por sus nocivos impactos al medio ambiente y a la salud pública, por lo que se insiste en la necesidad de repensar los modelos de desarrollo vigentes actualmente en América Latina, en que sean concertados con las comunidades, pues si bien en la mayoría de casos hay determinaciones nacionales, desde los pueblos se deben gestar estrategias de resistencia y defensa del territorio para lograr hacer frente.