Unas 200 mil personas mueren por intoxicaciones agudas, mientras que los niños y niñas son el sector más vulnerable frente a la contaminación, asegura.
Asunción, 16 de marzo de 2017 (BASE IS) La relatora especial sobre el derecho a la alimentación para las Naciones Unidas, Hilal Elver, entregó recientemente un informe que analiza la colisión entre los derechos humanos y el uso de plaguicidas en todo el mundo.
Este material es insumo de debate del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que está de sesión desde el 27 de enero al 24 de marzo próximo.
En su introducción, el informe explica que se hizo con colaboración de la relatoría especial sobre las implicaciones para los derechos humanos de la gestión y eliminación ecológicamente racionales de las sustancias y los desechos peligrosos.
Reconoce como innovación tecnológica en agricultura el uso de plaguicidas, pero afirma que los avances que pudo tener en agricultura, se han logrado “a costa de la salud humana y el medio ambiente…” .(página 3)
De acuerdo al documento anualmente 200 mil personas mueren por intoxicación aguda a causa de los plaguicidas, y que por intoxicaciones crónicas es difícil tener una cifra, debido a la cantidad de sustancias químicas a la que están expuestas las personas diariamente, lo que dificulta definir un vínculo causal directo con los plaguicidas. (páginas 3 y 5)
En su parte inicial, el informe afirma que es posible producir alimentos más saludables y ricos en nutrientes “sin utilizar químicos tóxicos o utilizando un mínimo de ellos”. Y propone que la agricultura apueste la eliminación progresiva de los plaguicidas peligrosos y legislaciones eficaces basadas en los derechos humanos.
“La exposición a plaguicidas puede tener repercusiones graves en el disfrute de los derechos humanos, en particular el derecho a una alimentación adecuada y derecho a la salud”, dice. Y asegura que son los Estados quienes están obligados a hacer que se garanticen estos derechos y asegurar que los alimentos estén libres de plaguicidas…(página 4).
Daños a la salud humana
El informe se divide en varios apartados, pero a la hora de las repercusiones, lo hace en aquellos efectos sobre la salud humana y efectos sobre el medio ambiente. A continuación solamente resumiremos lo que dice sobre los efectos sobre la salud de las personas y en los próximos días analizaremos los demás apartados.
“Hay pocas personas que no estén expuestas a los plaguicidas. La exposición puede producirse a través de alimentos,el agua, el aire o el contacto directo con los plaguicidas o con sus residuos”, empieza diciendo. (página 4)
Entre los efectos crónicos, analiza que existen estudios y experiencias que vinculan a la exposición de plaguicidas enfermedades como el cáncer, Alzheimer, Parkinson trastornos hormonales, de esterilidad y desarrollo, efectos neurológicos, asmas, alergias e hipersensibilidad. (página 5)
Afirma que los efectos en la salud de los plaguicidas no se estudian ampliamente antes de que salgan al mercado, por sobre todo sus principios “inactivos” que se añaden a su principio activo. “Tampoco se ha estudiado debidamente la combinación de efectos resultante de estar expuesto a múltiples plaguicidas a través de los alimentos, el agua, el suelo y el aire”, explica. (páginas 5 y 6)
Señala que entre los grupos humanos con mayor riesgo están agricultores y agricultoras por estar en contacto directo con estas sustancias; las comunidades campesinas e indígenas cercanas a las zonas de aplicación de las mismas (en muchas comunidades agrícolas se encontraron residuos de plaguicidas que no se usaban más hace 20 años; y en muchas comunidades indígenas se constató la contaminación de sus alimentos tradicionales y de los cuerpos de las personas de estas comunidades); y consumidores, en cuyos alimentos de origen vegetal o animal permanentes estudios encuentran residuos de plaguicidas, que en la mayoría de los casos no se degradan al lavar o cocinar dichos alimentos. (páginas 4, 5, 6 y 7)
Pero el sector más vulnerable y expuesto, explica el documento, es el conformado por las mujeres embarazadas y niños y niñas, éstos últimos por no estar completamente desarrollados y por su menor tamaño en relación con las dosis. (página 8)
En la infancia los efectos relacionados a la exposición a plaguicidas señalados son alteraciones de su desarrollo mental y fisiológico “y provocando, posiblemente, una vida de enfermedades y trastornos”. (página 8).
Contra la salud materna y la gestación de bebés, el material menciona abortos espontáneos, partos prematuros y malformaciones.
Varios estudios encontraron residuos de los plaguicidas en el cordón umbilical y en las primeras heces o materia fecal de los recién nacidos, lo que prueba una exposición prenatal, dice. (página 8)
Esta exposición, inclusive, puede trasmitirse a través del padre o la madre, hasta tres meses antes de la concepción del nuevo ser, explica. (página 8)
Y sigue citando otras afecciones vinculadas, como leucemias, cáncer, autismo, problemas respiratorios, alteraciones en el sistema nervioso y el sistema inmunológico.
Por último, asegura que los plaguicidas también pueden llegar al bebé a través de la leche materna “lo cual resulta particularmente preocupante, dado que la leche materna es la única fuente de alimentos de muchos bebés y el metabolismo de estos no está lo suficientemente desarrollado como para poder combatir productos químicos peligrosos”. (página 8).
Otros estudios, también, detectaron residuos de plaguicidas en sucedáneos de la leche materna, asegura.