A días de celebrarse la cumbre de presidentes del G20, el secretario Javier Iguacel viajó a Estados Unidos por tercera vez desde que, a mediados de junio, fue designado al frente de la cartera de Energía. Se reunió nuevamente con el secretario de Energía de ese país, de quién tomó el argumento de que Vaca Muerta es como la formación Permian de norteamérica, y buscó convencer a empresas de mediano tamaño para que inviertan en el país. La expectativa es que la inversión en hidrocarburos aumente de los USD 9.000 en este año a 13.000 en 2019.
La centralidad de ese país en la política de seducción argentina está dando resultado. Algunos datos parecen corroborar esa lectura: distintos funcionarios del gobierno estadounidense recorrieron Neuquén durante este año, Exxon compró el 21% de las acciones de Odelval (el mayor oleoducto de la cuenca neuquina) y el anuncio de Chevron sobre inversión no convencional. Según informó El Cronista, el gobierno cuenta con la confirmación de que Overseas Private Investment Corporation – agencia gubernamental para el desarrollo de inversiones en países emergentes- dispone mil millones de dólares en créditos para empresas estadounidenses que quieran invertir en la Argentina. Durante su paso, Iguacel buscó multiplicar ese monto.
Con una gestión frágil desde el comienzo, Iguacel parece haber logrado sortear el malestar generalizado por la decisión de pagar en cuotas la diferencia generada entre las transportistas y las operadoras por la devaluación. La sobreactuada despedida del buque regasificador de Ingeniero White y la apertura de las licitaciones offshore parecen haber sepultado la controversia pública. Mientras tanto, la surgencia de un pozo en las inmediaciones de Añelo puso en la agenda nacional las implicancias ambientales de la explotación del megaproyecto Vaca Muerta, que días antes había sido fuertemente cuestionado por el Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales de la ONU por el cuantioso aporte al cambio climático. Al compás de estos avatares, la provincia de Neuquén acordó con el sindicato petrolero un “blindaje” de conflictos sindicales y, al mismo tiempo, el fiscal general dejó trascender que discuten la instauración de la figura de “conflicto ilegítimo” para perseguir la conflictividad social.
Este artículo forma parte del Nª24 boletín de EJES, donde describimos proyectos y conflictos en territorios alejados de la norpatagonia y vinculados a Vaca Muerta.