Por Marco Kofman.- El nuevo gobierno promete encarar severas transformaciones respecto del rol que el Estado cumple en la economía. Esto no sólo implica cambios en las formas del gasto y la recaudación, sino también -principalmente- en la regulación de los mercados, el papel de las empresas públicas, el comercio exterior y la política monetaria. Ya comenzaron a sentirse los primeros movimientos de los precios relativos de la economía. Dólares, salarios, tarifas, importaciones, alimentos pintan un nuevo mapa de ganadores y perdedores de fuerte sesgo regresivo.
El sector energético es uno de los escenarios en el que tienen lugar estos cambios, con una nueva dirección en YPF, la liberalización de precios de combustibles, la desregulación del comercio exterior y un grave incremento en las tarifas que pagan los hogares.
Desde EJES venimos estudiando el problema energético de la Argentina desde hace varios años y queremos invitarlas e invitarlos a recorrer nuestros trabajos del año 2023, que pintan el panorama de uno de los sectores económicos de mayor transformación en la última década.
Vaca Muerta: récords productivos, pero dólares que no alcanzan
El crudo lidera la dinámica del sector hidrocarburífero. Concentra dos tercios de los nuevos pozos, recibe las mayores inversiones y la extracción creció 29%, contra el 9% que creció la de gas, que ahora toma un nuevo impulso con la inauguración del gasoducto Presidente Néstor Kirchner.
Las exportaciones de petróleo llegaron a 122.000 barriles diarios luego de alcanzar un mínimo de 37.000 barriles diarios cinco años atrás.
El déficit cambiario de la actividad se redujo: en los primeros ocho meses de 2022 el sector perdió U$S 7.201 millones. Un año después, la pérdida, aún importante, fue U$S 2.762 millones, con el componente financiero como principal causa: salen dólares por pagos de deuda de las empresas del sector.
La orientación exportadora podrá mejorar los resultados cambiarios, pero la dependencia de una variable como el precio internacional del crudo volatiliza los niveles internos de la actividad y el empleo, los ingresos de divisas y los ingresos fiscales de la provincia.
Al mismo tiempo, el mercado de exportación está privatizado y extranjerizado: el capital extranjero concentra las exportaciones.
Tercero, la internacionalización de los precios tendrá efectos sobre las tarifas y el precio de combustibles.
Por último, el problema externo no está dado sólo por un faltante de dólares sino, principalmente, por la matriz distributiva cuya configuración cambió radicalmente desde 2016. No hay, ni habrá, divisas suficientes para el actual nivel de excedentes apropiados por las empresas privadas de la economía: si la sequía costó U$S 16.000 millones y generó los inconvenientes que generó, debemos tener en cuenta que, en los últimos 8 años, el sector privado dolarizó excedentes por un equivalente a casi 8 sequías.
Los subsidios energéticos en discusión: lo que oculta la visión liberal
El debate sobre los subsidios energéticos presenta múltiples aristas. La visión liberal, victoriosa electoralmente en 2023 y ampliamente difundida desde medios masivos de comunicación y usinas liberales de pensamiento económico, plantea que los precios de todos los bienes y servicios deben resolverse en el mercado. La opción de política económica derivada de esta lectura es una fuerte reducción de los subsidios y un incremento de las tarifas.
Sin embargo, el retraso tarifario no es la principal causa del incremento de los subsidios en los últimos años, así como su parcial actualización mediante la política de segmentación tarifaria, no es la razón que explica la caída de los subsidios en 2023.
Los subsidios energéticos en la Argentina no derivan de un problema de demanda, sino de oferta. Las tarifas inciden en el monto de los subsidios, pero más lo han hecho, en los últimos años, la variabilidad de las cantidades de energía que tuvimos que importar y el precio que pagamos por esas importaciones.
Toda intervención del Estado entraña un conflicto distributivo. Los subsidios energéticos no son la excepción. Por eso es importante entender de dónde provienen, qué determina su monto, qué efecto tienen sobre el proceso económico y que efectos tienen las diferentes alternativas de política económica que pueden llegar a reducirlos.
El mandato de achicar el gasto y los subsidios para que el precio retome a su lugar “natural” es una farsa. Oculta el interés distributivo de sectores económicos que pretenden mejorar sus ingresos a costa de otros sectores.
Foto: Martín Álvarez Mullally