Aguas negras: incertidumbre en una localidad rionegrina

El agua sale negra, con un aceite negro oloroso y la población de Paso Córdoba está alarmada. La situación comenzó en enero y se agravó en las últimas semanas. Para las y los vecinos, se trata de agua contaminada con hidrocarburos. El gobierno provincial insiste en que el agua es potable, aunque no ha realizado análisis específicos.

Por Martín Álvarez Mullally / OPSur .- Paso Córdoba es un barrio de la ciudad rionegrina de General Roca. Ubicado en ambas márgenes del río Negro es, además, una Área Natural Protegida municipal que alberga un importante reservorio de biodiversidad regional. Sin embargo, desde comienzos de año, la tranquilidad de la zona se vio abruptamente interrumpida: el agua de red comenzó a salir negra, aceitosa y con olor. Una situación que empeoró en las últimas semanas. Desde fines de enero, el suministro es inutilizable para cualquier actividad doméstica. Las y los habitantes del lugar temen incluso ducharse; tampoco pueden lavar vajilla, usar lavarropas ni regar. Los inodoros, duchas y tanques de agua presentan una costra y dar agua a los animales se ha vuelto imposible. A falta de un abastecimiento gubernamental, cada familia debe arreglárselas como puede. Las imágenes de la cuenta de Instagram que abrieron las vecinas son impactantes.

No obstante, para la empresa estatal Aguas Rionegrinas (ARSA) y el Departamento Provincial de Aguas (DPA) el suministro es apto para el consumo humano y cumple con los parámetros establecidos. Los funcionarios rionegrinos que respondieron sobre este asunto explicaron que el agua contiene manganeso que al mezclarse con el cloro provoca el resultado oleoso. Las vecinas, por su parte, reclaman que se realicen análisis y se evalúe la presencia de hidrocarburos. Sus sospechas se basan en que 10 kilómetros río arriba se encuentran los primeros pozos del área Estación Fernández Oro. Más cerca, incluso, existen viejos pozos exploratorios que pueden haber sufrido algún tipo de rotura o pérdida, algo que está sucediendo en la vecina provincia de Neuquén. Recientemente también río arriba se instaló una minera, Minera del Mojotoro SA, cuya actividad es la extracción de arena de sílice para el fracking. Otra hipótesis es que otras actividades productivas, entre ellas una granja de cría de cerdos, puedan estar afectando por el agua.

El viernes 17 de octubre, una delegación del barrio se movilizó hasta las oficinas del DPA para exigir respuestas. El escrito indica que el agua contiene derivados de hidrocarburos y señala que la comunidad “sufre consecuencias directas en la salud, como gastroenteritis, dolores estomacales y alergias cutáneas y capilares”. La nota subraya que las infancias y las y los adultos mayores son los más vulnerables. Además, reclama por el alto costo de la compra de bidones de agua mientras se paga por el servicio de agua de red que no se puede utilizar.

El escrito enumera una serie de necesidades y reclamos:

  1. Provisión Inmediata de agua segura para todo el barrio
  2. Análisis con transparencia y se busque origen de la contaminación
  3. Limpieza y saneamiento de infraestructura de abastecimiento de agua
  4. Control de tanques y perforaciones de los hogares
  5. Transparencia de las obras que van a realizar
  6. Saneamiento ambiental, estudios de napas
  7. Que el DPA asuma su responsabilidad Ambiental 
  8. Relevamiento sanitario de los hogares del barrio

El gerente de Aguas Rionegrinas, Javier Iud, publicó –en colaboración con la concejal oficialista Belén Bavastri– en su cuenta de Instagram los trabajos que se están realizando en el barrio: la instalación de una cisterna de decantación para el drenaje del manganeso y la limpieza de las cañerías. Una respuesta más cercana a un acto de campaña que a un compromiso con el servicio público. 

Por su parte, el subgerente de Aguas Rionegrinas, Cesar del Valle, sostuvo que el problema se origina tras un robo de cables que frenó la actividad de las bombas de captación. Cuando arrancaron nuevamente, explica el funcionario, el manganeso que está presente en la captación se mezcla con el cloro potabilizador y por eso el agua tiene esa consistencia, ese color y ese olor particular. Esa hipótesis descarta otros posibles orígenes aún no estudiados, como es la presencia de hidrocarburos. 

Claudia Roldán es una de las vecinas preocupadas por la situación. Junto a otras vecinas y algunos vecinos, desde comienzos de año viene realizando gestiones para entender la situación y poder solucionarla. Además de los reclamos a la empresa provincial, de la que obtuvo respuestas vagas, en febrero asistió a la Defensoría del Pueblo provincial a cargo de Adriana Santagati quien infructuosamente pidió que el gobierno garantice el abastecimiento de agua. 

Hace dos semanas un grupo del barrio decidió manifestarse en el puente de la ruta provincial 6. A unos pocos metros, en la sede de la Sociedad Rural del Alto Valle, el gobernador Alberto Weretilneck realizaba un acto. Una delegación pidió dialogar con el mandatario. La conservación quedó registrada, Weretilneck prometió que con las nuevas obras, en 45 días, el tema estaría solucionado y aseguró que realizarán los análisis de agua que el grupo reclamaba.  

Mateo Olivero es técnico en Seguridad e Higiene y vecino del barrio. Su casa también está afectada: el filtro de agua dura uno o dos días y el costo de cada uno es muy alto. Olivero es parte del grupo que reclama bajo la consigna “queremos agua no petróleo”. Ese colectivo demanda los estudios de hidrocarburos ya que, según explica Olivero, los resultados de manganeso y hierro son indicativos de que puede haber crudo en el agua. Olivero pide que las respuestas sean urgentes porque hay situaciones delicadas como la de las personas mayores y las de quienes no pueden costear la compra de agua para consumo humano y para los animales, que la mayoría cría.