Ese es el mayor recorte que la firma está obligada a aplicar por la medida oficial
Por Natalia Muscatelli
A partir de hoy rige la resolución 295/2010 de la secretaría de Comercio, según la cual los precios de las naftas y el gasoil deben retrotraerse al 31 de julio pasado . Sin embargo, como la norma no fija ningún plazo a la vigencia de la medida, las petroleras y los expendedores ven con preocupación la posibilidad de que el Gobierno esté implementando un congelamiento de precios encubierto .
“Estamos analizando detenidamente la resolución pero, en principio, la gran incertidumbre que tenemos es hasta cuándo rige la medida”, señaló Tomás Hess, directivo de Esso.
En tanto, el presidente de Shell, Juan José Aranguren optó ayer por hacer declaraciones radiales en las que justificó las subas de precios para “cubrir el incremento de costos en materias primas”.
“No se puede estar reaccionando con medidas intempestivas . Si alguien se hubiese preocupado por saber por qué la compañía aumentó o nos hubieran pedido información para ver cómo cambiaron nuestros costos, bienvenido sea’’, se quejó el directivo.
Sin embargo, el Gobierno decidió directamente publicar la medida, ayer en el Boletín Oficial. La resolución se basa en la Ley de Abastecimiento y permite regular los precios. Por eso, genera preocupación y malestar en el sector en el mediano y largo plazo. Pero, en concreto, afecta básicamente a la petrolera angloholandesa Shell debido a que aplicó ajustes de sus tarifas en agosto. Con todo, se trata de un retroceso menor . De los 72 centavos que aumentó la nafta súper de Shell en lo que va del año, los surtidores sólo deberán rebajar 7 . En el caso del gasoil, la rebaja será de sólo 6 centavos sobre los 75 que aumentó en 2010. Y en el caso de la nafta premium, el “ahorro” para el consumidor todavía es menor: de los 106 centavos que subió en siete meses la petrolera, debería bajar sólo 1 centavo .
Según un relevamiento de precios que dio a conocer ayer la Asociación Dirigentes de Empresas (ADE), en la primera quincena de agosto, la nafta súper -en todo el mercado- se apreció 1%; la premium 0,2% y el diésel 0,4% respecto de la quincena anterior. En cambio, se acumulan subas del 28 al 40 por ciento en el último año. Aunque el blanco oficial ahora apunta a Shell -que mantiene una tensa relación con el Gobierno desde que Néstor Kirchner era presidente y llamó a un boicot contra la petrolera que había anunciado aumentos de precios- la obligación de retrotraer los valores está vigente para “todos los integrantes de la cadena de comercialización, intermediación, distribución y producción”, según detalla la resolución.
Por eso, fuentes vinculadas a las petroleras encargadas de producir, refinar y comercializar, -YPF y Petrobras- también deslizaron “el gran enigma” que encierra para ellas, la nuevas resolución de la Secretaría de Comercio.
Clarín
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Pelota en campo de Shell
El Gobierno oficializó ayer, mediante una resolución publicada en el Boletín Oficial, que los precios de los combustibles en todos los eslabones de la cadena de producción deben retrotraerse al 31 de julio, medida que, por ahora, impacta únicamente en la firma Shell. La Secretaría de Comercio Interior echó mano a la Ley de Abastecimiento, que faculta al Estado a establecer precios máximos. En Shell prefirieron no volver a hablar sobre la decisión oficial, mientras que desde Esso indicaron a Página/12 que “lo central será ver cuál es la duración de la resolución”. En tanto, Rosario Sica, titular de una de las cámaras que agrupan a los estacioneros, aseguró que “por ahora se seguirá vendiendo según los últimos aumentos”.
La medida se aplica en lo formal sobre todas las empresas, aunque de las cuatro principales operadoras (YPF, Petrobras, Esso y Shell), sólo la última ajustó sus precios en agosto, por lo que la norma alcanza en los hechos a la angloholandesa. Esta compañía realizó subas el 2 de agosto para todas las estaciones de la marca, incluidas las tercerizadas. En el caso de las ubicadas en Capital Federal, el alza fue de 4 centavos para la nafta super, un centavo en la Premium y el diesel VPower y 4 centavos en gasoil común. Porteriormente, el jueves 12, Shell aumentó el precio en el surtidor de las estaciones de servicio que son operadas por la propia compañía, a razón de 3 centavos por litro en la nafta súper y 2 centavos en el gasoil común.
Al 31 de julio –momento en el que ahora se congelaron los precios–, la nafta súper en la ciudad de Buenos Aires era vendida a 3,899 pesos por Shell; 3,811 en Esso, 3,799 por Petrobras y 3,745 pesos en YPF. Según estos valores, la angloholandesa seguiría manteniendo los precios más altos, habiendo reducido el aumento anual en la nafta súper de 0,72 a 0,65 centavos. La medida deja afuera, por muy poco, a Esso, que ajustó sus valores por última vez el 30 de julio. Petrobras lo hizo el 19 de junio e YPF el 12 de junio.
Esto es tomado por el sector como una provocación a Shell, en el marco de una disputa “bilateral” con el Gobierno. De hecho, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, le abrió a la angloholandesa 117 expedientes por desabastecimiento de combustible. De ese total, 45 llegaron a la Justicia, que se expidió en 31 casos y condenó a la firma a pagar multas en ocho. Moreno invocó en esas oportunidades la Ley de Abastecimiento, en base a la ratificación de la vigencia de la norma que en 2007 hizo el entonces procurador del Tesoro, Osvaldo Guglielmino.
“Hay que estudiar la medida. La pregunta central es saber cuál es su duración”, manifestó a Página/12 Thomas Hess, director de Esso, preocupado por la posibilidad de que la norma llegue a frenar nuevos aumentos. Subrayó que el alza en los precios finales está ligada con la evolución del crudo. Por su parte, Rosario Sica, titular de la cámara que reúne a estaciones de Capital y parte del Gran Buenos Aires, aseguró a este diario que “los inspectores (de Comercio Interior) no han salido a la calle” y que “por ahora se seguirá vendiendo según los últimos aumentos”.
La resolución también estableció que “las empresas deberán cubrir de forma razonablemente justificada, con los precios establecidos, el total de la demanda de combustibles líquidos”, respetando “como mínimo los volúmenes abastecidos en igual mes del año inmediato anterior”, con una corrección según el aumento en el nivel de actividad económica. La medida afecta a “cada uno de los integrantes de la cadena de comercialización, intermediación, distribución y producción”, de forma que si algún eslabón no la acata, en perjuicio de otro, éste último podrá hacer la denuncia pertinente ante Comercio Interior.
Página/12
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Petroleras protestan por el freno a las naftas
“En la guerra entre los medios y el gobierno, nosotros quedamos en el medio”, se quejó ayer el directivo de una empresa petrolera que le vende la producción a una refinadora. El aumento de los precios de las naftas le había permitido a esta compañía ir mejorando sus ingresos mediante un valor interno del crudo en crecimiento.
En los gobiernos provinciales, la noticia de que la secretaría de Comercio aplicaría la ley de Abastecimiento para frenar la suba de los combustibles también cayó muy mal, aunque en los hechos sólo afecte a Shell porque desde la vigencia de la orden (retroactiva al 31 de julio) fue la única que tocó los valores en los surtidores, según recordó ayer el diario La Nación.
“Si suben las naftas y mejoran los precios del crudo, se fomentan las inversiones e ingresan mayores fondos por regalías”, es el razonamiento de las provincias productoras de hidrocarburos, expresada ayer por un funcionario.
De las cuatro principales operadoras, YPF, Petrobras, Esso y Shell, sólo esta última ajustó sus precios en agosto.
Lo hizo el día 2 para todas las estaciones de la marca y en el caso de las ubicadas en Capital el alza fue de 4 centavos para la nafta súper, 1 centavo en la Premium y el diesel VPower, y 4 centavos en gasoil común.
Los precios del petróleo en el mercado están signados por políticas regulatorias que lo mantienen muy por debajo del valor internacional de referencia, que llegó en su momento a niveles cercanos a los 150 dólares por barril.
Cuando ese precio internacional bajó, el mercado interno se fue acomodando. Primero el gobierno nacional permitió que los 42 dólares por barril se tomaran para la calidad de crudo Escalante y que el Medanito (correspondiente a la cuenca Neuquina) se liquidara a 47 dólares.
En petroleras integradas como YPF (que maneja la producción, la refinación y la comercialización con red propia) la incidencia del precio interno es relativa, pero para los que no refinan, como Pluspetrol o Chevron, es un valor real que pactan con quienes les compran, que son refinadoras sin producción, como Esso o Shell.
De esta manera, el precio del crudo fue subiendo de a centavos de dólar, acompañado por un proceso similar en los surtidores, de manera que los mayores valores finales financien lo que se paga el crudo.
“Hay aumentos en la telefonía celular y en la televisión por cable, pero eso parece que no mete ruido”, dijo ayer un actor del sector petrolero.
En materia gasífera, hay expectativas de inversiones de la mano de las mejores remuneraciones para las producciones no convencionales (tight o shale), pero en petróleo los desarrollos dependen en gran medida del precio con el que se comercializa el crudo.
Para Neuquén, cada centavo que sube el precio con el que se comercializa el petróleo, es clave para mejorar sus ingresos por regalías. Lo mismo sucede en Río Negro, aunque para el gobierno de Jorge Sapag se trata de un recurso de mucho peso dentro del presupuesto.
Río Negro