Por Francisco Olivera | LA NACION
Los primeros aires fríos del año llegaron con cortes de gas. Volvieron a sufrirlos más de 200 empresas del área metropolitana y de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y La Pampa, reconocieron a LA NACION en las distribuidoras. La orden del racionamiento vino del comité de emergencia conformado con técnicos del Gobierno, el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) y concesionarias del sector.
Aunque involucró a muchos grandes usuarios, la medida tiene todavía un alcance parcial. Afectó el suministro que reciben todas las compañías con servicio interrumpible, es decir, las que pagan una tarifa menor y se exponen a cortes cuando escasea el fluido, y a parte del volumen de las de contrato firme, segmento que fue obligado a utilizar sólo la capacidad de reserva diaria. En Metrogas, por ejemplo, consignaron unos 80 clientes de la compañía damnificados total o parcialmente.
En el área de Camuzzi, concesionaria del sur de la provincia de Buenos Aires y de La Pampa, admitieron también interrupciones, pero sólo para los servicios interrumpibles. Según constató este diario, son más de 50 clientes. Sólo Gas Natural Fenosa, proveedora de la Capital Federal y el conurbano bonaerense, dijo no haber tenido que aplicar medidas de este tipo. “No hasta ahora”, contestaron voceros de la empresa. Donde en cambio no respondieron fue, pese a los llamados y mensajes, en el Ministerio de Planificación.
La falta de gas se percibió también claramente en Santa Fe, donde la padecieron unas 60 empresas. “Se privilegiará el servicio en los hogares y que los usuarios domiciliarios no tengan inconvenientes con el suministro en la temporada invernal”, dijo a LA NACION José María Rodríguez, jefe de Relaciones Institucionales de Litoral Gas, distribuidora del área. “Hoy [por ayer] las interrupciones se intensificaron. La evaluación de nuestros equipos técnicos indican que el 60 por ciento de las empresas con contratos interrumpibles está comenzando a recibir estos cortes”, agregó, y se mostró confiado en que los problemas no se extiendan al sector residencial.
Aunque la escasez se ha vuelto un escenario habitual cada vez que hace frío, la novedad de ayer fue la razón de los cortes. Históricamente se producían en la Argentina por falta de la capacidad de transporte en los gasoductos y en momentos en que subía la demanda de gas en los hogares. Se aplicaban, entonces, sólo durante un lapso de entre 5 y 30 días en los inviernos. Así fue hasta 2004. Esta vez, en cambio, el motivo fue la falta de inyección desde los yacimientos, una situación derivada de la escasa inversión en hidrocarburos. En pocas palabras, no hay gas.
En realidad, la Argentina viene superando varios récords de este tipo en los últimos tiempos. Por ejemplo, la aplicación de los cortes durante el verano, como ocurrió en febrero.
De todos modos, la frecuencia de las restricciones les ha permitido a las industrias afrontarlas mejor preparadas. Hace años que cumplen la orden de dejar de consumir e, incluso, reemplazan el gas por combustibles líquidos como gasoil o fueloil. Ayer, por caso, el tema directamente ni se mencionó durante la reunión de comité directivo de la Unión Industrial Argentina (UIA), donde sí se comentó el encuentro que, por la mañana, había tenido el presidente de la entidad, José Ignacio de Mendiguren, con los líderes del cuerpo de intervención gubernamental en YPF: Axel Kicillof, secretario de Política Económica, y Julio De Vido, ministro de Planificación Federal.
Kicillof le prometió a Mendiguren lo que casi toda la UIA está esperando desde que se anunció el avance sobre YPF: la petrolera pretende desarrollar una red de proveedores nacionales. Se organizará entonces, en los próximos días, una gran convocatoria con todos los empresarios que tengan intenciones de participar.
Con la colaboración de José E. Bordón, desde Santa Fe.
La Nación