El fracaso de las amenazas y represalias desplegadas por las autoridades de España y los medios de ese país apaciguó los ánimos de confrontación de las declaraciones de los funcionarios del gobierno de Mariano Rajoy y redujo el caudal de artículos de opinión que reclamaban medidas contra Argentina. Por su parte, las empresas españolas que poseen activos en el país comenzaron a diferenciarse del comportamiento exhibido por Repsol. Ayer, el director general de Telefónica en Cataluña, Kim Faura, consideró que si bien “siempre puedes tener algunas sorpresas”, la compañía “no espera sorpresas” en su filial local.
Tras firmar un convenio de colaboración con el Ayuntamiento de Barcelona, Faura aseguró que el comportamiento de la compañía en Argentina es “indiscutible” y consideró que “se han cumplido todos los compromisos que se adquirieron”. Recientemente, la firma fue sancionada por el Gobierno por la caída de su servicio de telefonía móvil durante casi 24 horas que afectó a 16 millones de usuarios. Más allá de los cruces con el gobierno argentino por los problemas de Movistar, la empresa “no espera sorpresas”. Sin embargo, algunos sectores empresarios continúan exhibiendo una posición beligerante. El vicepresidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales, Arturo Fernández, describió la expropiación de YPF como “una tomadura de pelo” y se lamentó porque España “invirtió mucho dinero en la región para ahora ser tratado así”. Por eso, el representante empresario reclamó a Rajoy “un toque de atención” para Argentina.
Página/12