Por Opinion Calificada
“El Observatorio Petrolero Sur [OPSur] nace a mediados de 2008 como apuesta y respuesta militante a las agresivas políticas de promoción de la actividad hidrocarburífera en Argentina” nos comenta Diego Di Risio, miembro del Observatorio Petrolero Sur en esta entrevista exclusiva.
La demanda energética actual
Según perspectivas energéticas en Latinoamérica, la demanda energética actual, a nivel mundial, podría dividirse de la siguiente manera: el petróleo convencional ocupa alrededor de un 35% del total de la demanda, el carbón llega a un 24% y el gas natural posee alrededor del 22%. El 19% restante, lo ocupan las energías complementarias y alternativas, como la hídrica, nuclear, solar, eólica, térmica o los biocombustibles, entre otras.
En nuestro país, desde el mes de agosto se observó una caída en la producción petrolera. Al respecto, Di Risio establece que la baja productiva se debe, entre diversos factores, a las condiciones geológicas. “Argentina ha pasado el pico de petróleo en 1998 y, en el 2004 el del gas. Es decir, hemos llegado al punto máximo de extracción en lo que son los hidrocarburos convencionales”. El entendido explica que esto quiere decir que por más que se exploten al máximo posible los yacimientos, el petróleo y el gas son recursos no renovables. “Esta situación claramente en algún momento iba a pasar. Por otro lado, también tiene que ver con una falta de incentivos en el mercado de la inversión petrolera. El Estado Nacional ha mantenido una matriz, un mercado regulatorio que no ha apuntado a que la renta petrolera se haya invertido en mejorar lo que es la eficiencia energética o en mejorar también lo que son otros tipos de energía.”
Desde el Observatorio consideran importante que, ante esta coyuntura de faltantes de hidrocarburos, se avance sobre una nueva matriz energética y no se siga apostando ciegamente a los hidrocarburos. “Ya se sabe que los hidrocarburos, por un lado son muy contaminantes en lo local y, por otro lado a nivel global, provocan un cambio climático que cada vez nos dá más señales de que es algo grave”. Considera que estas señales, dentro de los que es la caída drástica de la producción, tendrían que reorientar la política pública energética hacia una nueva transición.
Zonas de Sacrificio: impactos de la industria hidrocarburíferos en Salta y Nor-patagonia
El Observatorio presentó los impactos de la Industria Petrolera como resultado de cuatro años de estudios en el norte salteño. “El trabajo que hemos realizado en el Departamento de San Martín y Rivadavia es un relevamiento sobre cómo se encontraba en ese momento la situación frente a la apertura de nuevas aéreas hidrocarburíferas de exploración que se consiguieron a partir de 2006 2007 por parte del Gobierno salteño” comenta Di Risio. “Lo que relevamos fue cómo se estaba dando la expansión de la frontera hidrocarburifeca y cuál era la visión de los colaboradores locales a los que en ningún momento se había consultado junto con una serie de derechos ambientales, como puede ser las audiencias públicas, que no se habían dado”.
La extracción en el Norte
Di Risio define la situación petrolera de nuestra provincia como una producción que excluye y que no apunta a los pobladores de la zona. “Vemos que hoy en día, la gran mayoría de los hidrocarburos que se extraen en Salta, tienen como destino las grandes ciudades mientras que hay gente del norte salteño que no tiene acceso, por ejemplo, al gas natural. Y, al mismo tiempo, es una producción que no distribuye la riqueza”.
Luego de los análisis realizados, estiman que la riqueza queda concentrada dentro de lo que son las empresas y con muy poco aporte a lo que es el Estado salteño. “Las zonas rurales son los últimos en recibir, si es que algunas reciben, algún tipo de compensación ya sea por la distribución de riquezas o por la contaminación de las aguas y de los suelos”.
El problema ambiental
Publicaron recientemente un análisis sobre el Plan Estratégico quinquenal de YPF relacionado con el agotamiento de los recursos convencionales. “Todos los cañones apuntan hacia los yacimientos no convencionales que son formaciones de baja porosidad y permeabilidad. Esto quiere decir que hay que inducir las fracturas, los caminos para que los hidrocarburos puedan ser extraídos. Se induce especialmente las formaciones de quistes de jeil mediante la inyección de agua”. Esta técnica, consiste en una inyección a muy alta presión con químicos que por lo general son tóxicos y que representan un peligro para la contaminación de cuencas hídricas.
“En el mundo estamos viendo que en Francia se ha prohibido la técnica para extraer este tipo de hidrocarburos que se llama la fractura hidráulica. En Bulgaria también está prohibido al igual que en Nueva York y Nueva Jersey donde no se las utiliza hasta tanto se sepa efectivamente si esta técnica experimental puede o no dañar el ambiente”.
Un nuevo escenario
Dentro de este contexto, las perspectivas para el año que viene, desde el Gobierno Nacional y las provincias, será una promoción muy alta de lo que tiene que ver con este tipo de yacimientos. “Pensemos que los hidrocarburos que se extraen de los yacimientos no convencionales tienen un rendimiento energético que cae casi en un 60% y con un costo realmente alto”.
Nos comenta que en Neuquén, un pozo convencional se encuentra entre los 4 y 8 millones de dólares, mientras que un pozo no convencional experimental llegó a costar 24 millones de dólares. “Estamos viendo que tanto económicamente como ambiental y socialmente, es necesario abrir el debate de energía definitivamente hacia una transición”.
“Para nosotros es muy importante que la población sepa qué consecuencias está trayendo en el mundo y, al mismo tiempo, tener en cuenta cuáles son las consecuencias de la explotación convencional” explica Di Risio.
La función del Observatorio
“Nosotros nos dedicamos más que nada al tema de comunicación y al trabajo con las organizaciones que se encuentran resistiendo o defendiendo los derechos colectivos frente al avasallamiento de la industria o al silencio por parte de los organismos públicos”.
La demanda energética actual
Según perspectivas energéticas en Latinoamérica, la demanda energética actual, a nivel mundial, podría dividirse de la siguiente manera: el petróleo convencional ocupa alrededor de un 35% del total de la demanda, el carbón llega a un 24% y el gas natural posee alrededor del 22%. El 19% restante, lo ocupan las energías complementarias y alternativas, como la hídrica, nuclear, solar, eólica, térmica o los biocombustibles, entre otras.
En nuestro país, desde el mes de agosto se observó una caída en la producción petrolera. Al respecto, Di Risio establece que la baja productiva se debe, entre diversos factores, a las condiciones geológicas. “Argentina ha pasado el pico de petróleo en 1998 y, en el 2004 el del gas. Es decir, hemos llegado al punto máximo de extracción en lo que son los hidrocarburos convencionales”. El entendido explica que esto quiere decir que por más que se exploten al máximo posible los yacimientos, el petróleo y el gas son recursos no renovables. “Esta situación claramente en algún momento iba a pasar. Por otro lado, también tiene que ver con una falta de incentivos en el mercado de la inversión petrolera. El Estado Nacional ha mantenido una matriz, un mercado regulatorio que no ha apuntado a que la renta petrolera se haya invertido en mejorar lo que es la eficiencia energética o en mejorar también lo que son otros tipos de energía.”
Desde el Observatorio consideran importante que, ante esta coyuntura de faltantes de hidrocarburos, se avance sobre una nueva matriz energética y no se siga apostando ciegamente a los hidrocarburos. “Ya se sabe que los hidrocarburos, por un lado son muy contaminantes en lo local y, por otro lado a nivel global, provocan un cambio climático que cada vez nos dá más señales de que es algo grave”. Considera que estas señales, dentro de los que es la caída drástica de la producción, tendrían que reorientar la política pública energética hacia una nueva transición.
Zonas de Sacrificio: impactos de la industria hidrocarburíferos en Salta y Nor-patagonia
El Observatorio presentó los impactos de la Industria Petrolera como resultado de cuatro años de estudios en el norte salteño. “El trabajo que hemos realizado en el Departamento de San Martín y Rivadavia es un relevamiento sobre cómo se encontraba en ese momento la situación frente a la apertura de nuevas aéreas hidrocarburíferas de exploración que se consiguieron a partir de 2006 2007 por parte del Gobierno salteño” comenta Di Risio. “Lo que relevamos fue cómo se estaba dando la expansión de la frontera hidrocarburifeca y cuál era la visión de los colaboradores locales a los que en ningún momento se había consultado junto con una serie de derechos ambientales, como puede ser las audiencias públicas, que no se habían dado”.
La extracción en el Norte
Di Risio define la situación petrolera de nuestra provincia como una producción que excluye y que no apunta a los pobladores de la zona. “Vemos que hoy en día, la gran mayoría de los hidrocarburos que se extraen en Salta, tienen como destino las grandes ciudades mientras que hay gente del norte salteño que no tiene acceso, por ejemplo, al gas natural. Y, al mismo tiempo, es una producción que no distribuye la riqueza”.
Luego de los análisis realizados, estiman que la riqueza queda concentrada dentro de lo que son las empresas y con muy poco aporte a lo que es el Estado salteño. “Las zonas rurales son los últimos en recibir, si es que algunas reciben, algún tipo de compensación ya sea por la distribución de riquezas o por la contaminación de las aguas y de los suelos”.
El problema ambiental
Publicaron recientemente un análisis sobre el Plan Estratégico quinquenal de YPF relacionado con el agotamiento de los recursos convencionales. “Todos los cañones apuntan hacia los yacimientos no convencionales que son formaciones de baja porosidad y permeabilidad. Esto quiere decir que hay que inducir las fracturas, los caminos para que los hidrocarburos puedan ser extraídos. Se induce especialmente las formaciones de quistes de jeil mediante la inyección de agua”. Esta técnica, consiste en una inyección a muy alta presión con químicos que por lo general son tóxicos y que representan un peligro para la contaminación de cuencas hídricas.
“En el mundo estamos viendo que en Francia se ha prohibido la técnica para extraer este tipo de hidrocarburos que se llama la fractura hidráulica. En Bulgaria también está prohibido al igual que en Nueva York y Nueva Jersey donde no se las utiliza hasta tanto se sepa efectivamente si esta técnica experimental puede o no dañar el ambiente”.
Un nuevo escenario
Dentro de este contexto, las perspectivas para el año que viene, desde el Gobierno Nacional y las provincias, será una promoción muy alta de lo que tiene que ver con este tipo de yacimientos. “Pensemos que los hidrocarburos que se extraen de los yacimientos no convencionales tienen un rendimiento energético que cae casi en un 60% y con un costo realmente alto”.
Nos comenta que en Neuquén, un pozo convencional se encuentra entre los 4 y 8 millones de dólares, mientras que un pozo no convencional experimental llegó a costar 24 millones de dólares. “Estamos viendo que tanto económicamente como ambiental y socialmente, es necesario abrir el debate de energía definitivamente hacia una transición”.
“Para nosotros es muy importante que la población sepa qué consecuencias está trayendo en el mundo y, al mismo tiempo, tener en cuenta cuáles son las consecuencias de la explotación convencional” explica Di Risio.
La función del Observatorio
“Nosotros nos dedicamos más que nada al tema de comunicación y al trabajo con las organizaciones que se encuentran resistiendo o defendiendo los derechos colectivos frente al avasallamiento de la industria o al silencio por parte de los organismos públicos”.
La propuesta desde la sede se basa en un trabajo sobre la soberanía energética y una transición hacia fuentes renovables. “La idea es mirar hacia otra matriz energética ya que, en la actualidad, la gran mayoría de nuestra energía proviene de los hidrocarburos. Los escenarios que se perfilan para los próximos años desde el Gobierno Nacional, son los de seguir apuntalando esta realidad especialmente a partir de la explotación de yacimientos no convencionales”.