Desde la Asamblea Contra la Fractura Hidráulica de Cantabria aplaudimos con cautela la Ley que regula la prohibición de dicha técnica; La cual fue aprobada ayer en el parlamento autonómico por unanimidad. Mostramos hoy nuestra contenida satisfacción por una legislación que certifica que el fracking es una técnica peligrosa, por sus inaceptables impactos sobre el territorio y las comunidades que lo habitan.
Si a alguien hay que otorgar el mérito de que se haya dado este paso, debemos dárselo a tantas personas de tantos lugares que se oponen a la implantación de estos permisos. Nuestro mayor reconocimiento es para la población de Cantabria que se empeña en:
- conservar su agua (frente al ingente consumo y grave riesgo de contaminación por productos químicos, metales pesados, metano, etc)
- evitar la brutal ocupación industrial del territorio (que arruinaría el resto de usos y actividades que cimentan la economía y cultura cántabra: el turismo, la ganadería y demás aspectos agrarios, recreativos, la fijación de la población, etc)
- preservar su salud y la de las generaciones futuras (amenazado por el envenenamiento del agua, la emisión de gases nocivos, el efecto invernadero, etc.)
Animamos a los cántabros a que se atribuyan todo el mérito, pero que eviten caer en triunfalismos y mantengan la cautela. Porque esta ley no es la garantía definitiva que todos desearíamos. Demasiados argumentos apuntan en esta dirección:
- ¿Cómo se entiende que -antes de aprobar esta ley- los propios promotores repitan hasta la saciedad que es algo temporal? El presidente, Ignacio Diego, no descarta revisarla cuando se den “las garantías suficientes”. El Consejero de Medio Ambiente, Francisco Javier Fernández, lo replantearía “cuando el marco jurídico sea más claro”. En el cuerpo de la ley aprobada también constatan su posible caducidad: “mientras sigan existiendo las dudas e incógnitas que existen en la actualidad”.
- Por otro lado, los únicos riesgos que recoge el texto se centran en “contaminación en los acuíferos subterráneos dada la inyección de productos tóxicos y contaminantes”. ¿Por qué la negativa a incluir todos los demás? Reseñar que la plataforma Shale Gas-España (que agrupa a varias empresas del sector) también se esmera por centrar el debate exclusivamente en torno a los aditivos químicos, proponiendo hacer fracking con productos “inocuos”.
- También dudamos de que la voluntad del Gobierno Cántabro sea tan firme como pregonan, pues uno de los permisos en vigor (Arquetu, zona Saja-Nansa) es competencia exclusiva de la Consejería. El ejecutivo autonómico podría anularlo en cualquier momento y, casi seis meses después de oponerse al fracking, aún no ha dado un solo paso al respecto.
- El resto de los permisos -otorgados o en fase de concesión-, son competencia del Ministerio de Industria. La confrontación de intereses en este campo entre el Gobierno Central y el Autonómico también es causa de preocupación. Pues desde Madrid, con el ministro Soria a la cabeza, se apuesta abiertamente por desarrollar la fractura hidráulica. Cabría la posibilidad de que desde Madrid se recurriera esta ley, pudiendo dejarla sin valor.
- En cualquier caso, todos estos permisos -que afectan casi a la mitad de la superficie de Cantabria- siguen su curso. Ninguno parece que vaya a ser derogado; y nuestra recién estrenada ley autonómica tampoco tiene capacidad de derogar ninguno. Con ella solo se prohíbe la etapa final, la fase de fractura. Las empresas gasistas pueden continuar sus estudios previos, incluso realizar las perforaciones kilométricas. Entendemos que nadie invierte, nadie construye los cimientos de una casa que no espera terminar.
La Asamblea Contra la Fractura Hidráulica de Cantabria reconoce el paso dado, pero desconfía que esto suponga el carpetazo final al fracking en nuestro territorio. Por ello seguiremos trabajando hasta conseguir la derogación de todos los permisos, única formula válida para zanjar el asunto definitivamente.
Exigimos que el Gobierno de Cantabria y el resto de fuerzas políticas de la comunidad trasladen al Gobierno Central y a las Ejecutivas de los partidos políticos de ámbito estatal la preocupación de la población de Cantabria. Que presionen para que se apruebe una ley en el parlamento español que prohíba la fractura hidráulica en todo el territorio del Estado y para que se deroguen todos los permisos concedidos.
Del mismo modo, animamos a la población en general a mantener la alerta. Si solo estuvieran esperando a que amaine el temporal, seremos los habitantes quienes salgamos en chaparrón, a impedir que continúen los trabajos de fractura hidráulica.
Fracking NO, ni aquí ni en ningún lugar. NI AHORA NI NUNCA.
En Santander, a 9 de abril de 2013.
Asamblea contra la fractura hidráulica