A pocos minutos de cumplirse las 10 de la mañana, la concurrida reunión con un centenar de directivos de empresas petroleras convocada ayer por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, estaba por llegar a su fin. En el encuentro, que amenaza con convertirse en un habitué para los representantes del sector, el funcionario les había pedido a los empresarios que se plieguen al blanqueo de capitales que el Gobierno espera aprobar esta semana en el Congreso. Y como es costumbre, pidió a las productoras de hidrocarburos que ahonden esfuerzos para reemplazar importaciones de insumos y servicios que le cuestan dólares al país.
Para el cierre, Moreno habilitó una ronda de preguntas para que los directivos aborden temas de su interés. Algunos proveedores se quejaron de lo complicado que les resulta venderle a YPF. Otros indagaron sobre la política económica del país. Pero fue la intervención de Miguel Schvartzbaum, presidente de Petrolera Argentina, la que más llamó la atención del secretario.
El ejecutivo cuestionó la creación de un cupo para importar naftas sin pagar impuestos, tal como prevé la última Ley de Presupuesto, que permitió traer del exterior 240.000 metros cúbicos (m3) de gasolinas sin abonar el correspondiente Impuesto a los Combustibles (ITC) y otros tributos. “Las refinadoras importaron ese cupo durante el primer cuatrimestre y mi empresa se quedó sin mercado”, cuestionó.
Petrolera Argentina posee una pequeña refinería en Neuquén, denominada Renesa, que según lo denunciado por Schvartzbaum, hoy está parada por falta de compradores.
El directivo se mostró preocupado por la decisión de la Secretaría de Energía de autorizar una ampliación del cupo de importación sin impuesto. La cartera que dirige Daniel Cameron trabaja en el borrador de un proyecto de ley que, con el argumento de garantizar el abastecimiento del mercado, incrementa la cuota de naftas que pueden comprar en el exterior las refinadoras sin afrontar la correspondiente carga impositiva. La iniciativa sería tratada en el Congreso en los próximos meses.
“Si ese proyecto se convierte en ley, mi refinería no tendrá posibilidades de competir porque será más barato importar que comprar naftas en el mercado interno”, explicó Schvartzbaum, según pudo reconstruir El Inversor Online en base a testimonios de los asistentes al edificio de Diagonal Sur.
Moreno lo escuchó atentamente. Y respondió, lacónico. “Ninguna empresa con capacidad instalada disponible para producir puede estar parada por una situación de este tipo. Voy a revisar los beneficios que reciben los importadores de naftas”, prometió el secretario, que ya chocó en varias ocasiones con Cameron y con el ministro de Planificación, Julio De Vido, por el manejo del área energética.
Las refinadoras –con YPF, Shell, Esso y Petrobras a la cabeza- se fueron preocupadas. El pasado inmediato –a partir del establecimiento de precios tope a los combustibles sin previo aviso- marca que no es sencillo anticipar los movimientos de uno de los funcionarios con más llegada a la presidenta Cristina Kirchner.