Cientos de personas y colectivos contra el “fracking” se han concentrado hoy en Santander, ante la Delegación del Gobierno en Cantabria, para protestar contra esta técnica y contra los permisos de investigación que otorgó el Gobierno central para operar en esta comunidad autónoma.
La Policía Nacional y la Local de Santander han estimado que el número de personas que han participado en esta concentración ha sido de 500, aunque los colectivos convocantes elevan esa cifra a 1.500.
Tras concentrarse ante la Delegación del Gobierno, en pleno centro de la ciudad y con la calle Calvo Sotelo cortada al tráfico – una de las vías principales-, parte de las personas que han acudido a esta convocatoria se han manifestado después hasta el Ayuntamiento de Santander.
La concentración, convocada bajo el lema “Fracking no, ni aquí ni en ningún sitio”, ha llevado además a la capital de Cantabria a varias caravanas de hasta 70 vehículos procedentes de algunos de los municipios afectados, principalmente de la zona pasiega.
Se han podido ver cárteles con eslogan como “Por un Pas sin gas”, “Fracking no, ni aquí ni en ningún lado”, “Agua sin gas” o “Protejamos toda la vida”.
El controvertido “fracking” es una técnica de extracción de hidrocarburos que consiste en inyectar agua, arena y compuestos químicos a gran presión para causar fracturas en la roca y liberar el gas que yace en ella para que fluya a la superficie.
Además, en la protesta se han hecho oír silbatos, se han cantado canciones montañesas y se ha leído un manifiesto, tras el cual han intervenido portavoces de colectivos contra el fracking de varias comarcas de Cantabria.
Un portavoz del colectivo contra esta técnica, Josué Bilbao, ha dicho en declaraciones a los periodistas que en Estados Unidos o Canadá se ha comprobado que la fractura hidráulica contamina acuíferos y aguas, y también el aire con compuestos volátiles de hidrocarburos.
Cientos de personas y colectivos contra el fracking se concentraron hoy frente a la Delegación del Gobierno en Santander para protestar contra esta técnica y contra el permiso de investigación que otorgó el Gobierno central a Repsol para operar en la zona pasiega. / EFE
Y advierte de que, con la fractura hidráulica, se corre el riesgo de transformar el territorio rural y perjudicar la ganadería, la agricultura y el turismo sostenible.
El Parlamento de Cantabria aprobó el pasado 8 de abril una ley que prohíbe el uso de la técnica de la fractura hidráulica en la región, la primera norma de estas características de España.
El País, España