Un miembro con alguna malformación por cada 10 familias; ese es el promedio que presenta la comunidad de Campo Durán ubicada a pocos metros de la destilería de la empresa Refinor, y conformada por 140 familias de la etnia chané. Por la calle principal de la comunidad, por sobre la superficie y representando una bomba de tiempo para estos aborígenes dedicados a la fabricación de artesanías, atraviesan caños que traen gas y crudo desde territorio boliviano y que unos metros más adelante ingresan a la destilería para su refinación y la fabricación de subproductos derivados de hidrocarburos.
Por alrededor de los caños Mesías, un niño de 10 años de la comunidad, se maneja como puede sobre la silla de ruedas que le donó la municipalidad de Aguaray. “Mesi” que cursa el sexto grado en la escuela Julio Ramón Pereyra no desarrolló sus piernitas. Pero el de este nene que mantiene intactos los rasgos de sus ancestros no es el único caso. Joaquín solo tiene una manito y un bebé que murió hace algunas semanas y a poco de nacer solo desarrolló parte de su aparato digestivo.
En total los casos de malformaciones en la comunidad de Campo Durán son 14, un promedio de uno por cada 10 familias lo que tiene alarmado desde hace mucho tiempo a los dirigentes de la comunidad.
Pero -como casi siempre sucede con las familias más desprotegidas- hasta el momento no han logrado que ninguna autoridad de salud de la provincia ni de la empresa Refinor despeje las dudas que los aquejan. Principalmente sobre los efectos que podría tener en todos ellos una planta de benceno que en el año 2005 construyó Refinor a pocos metros de sus viviendas.
El venteo de diferentes productos de la destilería, sumado a la dudosa calidad del agua que consumen, son otros de los temas que preocupan.
Una lucha de varios años
Julio Palavecino y León Saravia son los dirigentes actuales de Campo Durán y desde hace 4 años pelean para que la comunidad chané de Campo Durán tenga mejores condiciones de vida.
“Por debajo de nuestras casitas pasan los productos de vienen desde Bolivia, a pocos metros está la planta de benceno, el agua que utilizamos para consumo nos genera muchas dudas y por ese motivo y viendo que cada vez nacen más chiquitos con malformaciones pedimos que se haga un ambiental en la comunidad, que se mida los niveles de contaminación en los alrededores de la destilería y que a los nenes afectados le hagan un estudio en Salta Capital. Nunca hemos logrado que nos escuchen” refieren estos dos jóvenes dirigentes.
León recuerda que “luego de muchos pedidos habíamos logrado que venga gente de Unicef pero algún pícaro cuando supo que estaban acá, los llevaron para Acambuco”.
El valle de Acambuco si bien también pertenece al municipio de Aguaray queda hacia las serranías del oeste en tanto Campo Durán.
Se ubica hacia el este al costado de la ruta provincial 54, donde la provincia debe construir con el fondo de reparación histórica, hasta el Chaco Salteño.
Julio y León sabe que la única forma en que sean escuchados en sus reclamos es que la información aparezca en El Tribuno.
“No acusamos a nadie pero la verdad es que ni Refinor tiene un programa de responsabilidad social como corresponde a cualquier empresa seria, ni las autoridades provinciales les exigen que cumplan con los protocolos ambientales o de seguridad. Cómo se entiende que vivamos arriba de estos caños y que la gente de Refinor jamás se haya interesado por esta preocupación que tenemos por los chicos que nacen con malformaciones. Lo que pedimos es que los lleven a Salta y les hagan todos los estudios, además de darle los medios para que puedan tener una mejor calidad de vida o rehabilitación en los casos que sea necesario. Somos la comunidad más antigua del departamento San Martín y todo lo que tenemos nos ha costado años de lucha; cuando distribuyeron la plata para el fondo de reparación histórica jamás se interesaron por las necesidades de las comunidades originarias al punto que en esa obra de la ruta 54 trabajan solamente 8 muchachos de Campo Durán” remarcó el dirigente.
Los únicos descendientes del pueblo chané de la Argentina residen en las comunidades Iquirá, Campo Durán y Tuyunti.
Situación de riesgo constante
La noche del 16 de junio de 2010 los pobladores de la comunidad chané de Campo Durán vivieron horas de pánico cuando en el complejo Refinor, y a raíz de una mala maniobra, se produjo una violentísima explosión seguida de un incendio. El siniestro dejó como saldo un operario y una enfermera con graves quemaduras.
Alrededor de las 9 de la noche y cuando sintieron la violentísima explosión que hizo temblar las viviendas, los pobladores de Campo Durán corrieron desesperados por la ruta provincial 54 para alejarse del complejo ubicado casi al frente, en dirección a la ruta 34.
La explosión se escuchó a varios kilómetros por lo que desde la intendencia de Aguaray partieron varios camiones para trasladar a los aterrorizados chanés.
La explosión produjo rajaduras en varias viviendas y como recuerdan Palavecino y Saravia “nunca fueron reparadas por la empresa Refinor”.
“Nunca nos hicieron conocer si tienen algún plan de contingencia que incluya a la comunidad porque estamos a metros de una refinería con todo lo que eso significa en caso de cualquier accidente. Desde hace años reclamamos el pago de las servidumbres de paso de los caños que vienen desde Bolivia pero como en este reclamo estamos solos no conseguimos que nos escuchen” explicaron los dirigentes chanés.