Los movimientos sociales advierten que la fractura hidraulica también puede generar terremotos
Los más de 300 terremotos padecidos en el norte de Castellón en el último mes, provocados por la actividad del Castor, el almacén subterráneo de gas natural situado a 22 kilómetros de la costa de Vinaròs, han encendido las luces de alarma contra otros de los proyectos industriales que la iniciativa privada impulsa en el norte de la Comunidad Valenciana: el fracking.
El fracking o fractura hidraúlica es una técnica que intenta extraer hidrocarburos (básicamente, gas y petróleo) del subsuelo inyectando en la roca grandes cantidades de agua mezcladas con sustancias químicas. Este sistema, intensamente utilizado en Estados Unidos o, en menor medida, en el Reino Unido, levanta discrepancias.
Por ejemplo, Cantabria ha prohibido el fracking en su territorio y, en general, su implantación está siendo lenta en Europa. Gran parte de la comunidad científica y la opinión pública advierten de los riesgos que para el medio ambiente implica una tecnica tan agresiva.
Pese a todo ello, Montero Energy, filial de la multinacional canadiense R2 Energy, ha solicitado permisos para estudiar la existencia de hidrocarburos y las condiciones necesarias para su extracción. La zona de actuación de este estudio comprende 200.000 hectáreas y a 41 municipios del Maestrat, en el norte de Castelllón.
La oposición vecinal ha sido total desde el principio. También la de parte de las fuerzas políticas. PSOE y Compromís han mostrado su rechazo al fracking desde el principio y, el PP de Castellón, tras su ambigüedad inicial, se ha posicionado contra el proyecto del fracking, seguramente empujado por el rechazo de muchos de sus alcaldes. La Diputación, de hecho, ha avalado el informe realizado por un grupo de expertos contra el proyecto.
Sin embargo, la Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente, la instancia que debe decidir sobre los permisos, no se ha pronunciado. Guarda un incómodo silencio, alentada por la posición del Ministerio de Industria, en principio favorable. Mientras en Valencia no se mueve ficha, la plataforma Anti-fracking de Castellón lo tiene claro.
“Los terremotos del Castor son un juego de niños en comparación con lo que puede llegar a ser el fracking”, dice en un comunicado. Es más, “autorizar el fracking podría suponer el fin de la vida en la zona tal y como la conocemos”. La patronal del fracking, sin embargo, opina lo contrario.
“Los trabajos de exploración o desarrollo de gas no convencional mediante fracturación hidráulica no están relacionados con los trabajos realizados en el marco del proyecto Castor”, afirma Shale Gas España. “Por tanto, no deben confundirse”, señala.
Fabra: “Sin seguridad no hay reapertura”
Mientras, el presidente de la Generalitat Valenciana, Alberto Fabra, se ha desplazado hasta el Ministerio de Industria para tratar la crisis del Castor. “O se tiene la absoluta seguridad de que no se van a generar movimientos sísmicos y alarma entre la población o si no esa planta no se puede abrir”, aseguró.
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