Según Carlos Cadena, secretario de la ASADES
Aunque considera que debe estimularse una mayor llegada de inversiones, el secretario de la Asociación Argentina de Energías Renovables y Ambiente, Carlos Cadena, celebra los avances del sector en el país, especialmente en generación eólica y de biocombustibles.
El actual escenario resulta promisorio para el aprovechamiento y la obtención de energías renovables en la Argentina, aunque no para todos los rubros por igual. Así lo cree Carlos Cadena, secretario de la Asociación Argentina de Energías Renovables y Ambiente (ASADES).
“Las perspectivas son más favorables para el sector eólico ylos biocombustibles que para la generación solar, donde todavía existe una fuerte dependencia de lo que se puede importar”, puntualiza en diálogo con Revista Petroquímica, Petróleo, Gas & Química. A su entender, hay tres aspectos clave que explican el menor desarrollo en dicho segmento dentro del país: la falta de claridad en la legislación específica, el escaso entusiasmo de los inversores extranjeros y locales, y la incomprensible inactividad en la utilización de la energía solar-térmica. “La opacidad normativa y la escasez de estímulos para la inversión podrían corregirse con decisión política, mientras que el tercer factor demandaría un ligero reordenamiento en las industrias metal-mecánica y del vidrio”, apunta el directivo, quien también se desempeña como investigador en el Instituto de Investigaciones en Energías No Convencionales (INENCO) de la Universidad Nacional de Salta (UNSa).
A su entender, teniendo en cuenta la radiación existente en una parte muy importante del territorio argentino, cualquier otra nación ya hubiera explotado comercialmente dicho mercado. “A eso debe agregarse que los equipos necesarios para el uso de la energía solar térmica, a diferencia de los fotovoltaicos, pueden fabricarse casi íntegramente aquí”, agrega.
No obstante, considera que –en líneas generales– la situación de las fuentes energéticas de origen limpio es mejor que hace algunos años. “Al menos se pasó del discurso a los hechos, lo cual –después de tanto tiempo de espera– realmente no es poca cosa”, destaca.
Lenta transferencia
A decir de Cadena, la ASADES es el reflejo principal de las actividades de los investigadores especializados en el tema. “Un conjunto grande de nosotros consigue fondos, investiga, desarrolla y dirige tesistas de posgrado en la temática, que incluso ya está incorporada a las clases de grado en algunas universidades. En la UNSa, por caso, hay grado, maestría y doctorado”, subraya.
De todos modos, advierte que la trasferencia de conocimientos al sector industrial aún resulta muy lenta. “Quizás haya defectos o falencias en ambas partes, pero lo cierto es que cuesta mucho estrechar ese vínculo. Y esta dificultad no sólo se da en el plano de las energías renovables, sino también en diversas áreas de la ciencia, pese a los múltiples esfuerzos a cargo de las instituciones y los universitarios”, admite.
Según sus palabras, de cara al futuro debe esperarse un crecimiento sostenido de la producción de fuentes energéticas verdes en la Argentina, aunque el consumo de energía también se elevará muy rápidamente. “La idea del sector es mejorar la calidad de vida de la gente, pero suelen requerirse más combustibles convencionales que renovables. Es una lástima, ya que hay muchas oportunidades de buenos negocios para todos”, señala.
En cuanto al cuidado del ambiente, asegura que el empleo de energías renovables lo promueve de manera intrínseca. “Las demás fuentes energéticas, en cambio, deben traer aparejada una vigilancia muy responsable, y aun así nunca parece ser suficiente. Resulta prácticamente inevitable que generen contaminación en una escala muy superior”, concluye.
Casi cuatro décadas
Bajo la denominación inicial de Asociación Argentina de Energía Solar, la ASADES fue creada hace casi cuatro décadas, el 3 de junio de 1974, en la ciudad de San Miguel, provincia de Buenos Aires, en ocasión de realizarse la escuela Unesco-IAU y CNEGH para jóvenes astrónomos y científicos latinoamericanos en el área de la física solar, dentro del Observatorio Solar de Física Cósmica.
El grupo fundador decidió su creación a partir del total convencimiento de que “el estudio y la aplicación de la energía solar constituyen un caso indispensable para el progreso económico y social del país”, al comprender “la necesidad de crear una entidad a nivel nacional que agrupe a todas vinculadas al campo de la enseñanza, investigación y aplicación de la energía solar”.
La Asamblea Ordinaria del 23 de mayo de 1997 amplió el campo de actuación y modificó el nombre de la entidad a su denominación actual. Desde entonces, sus principales objetivos son fomentar el estudio y el desarrollo de la ciencia y la tecnología relacionada con el ambiente y la aplicación de energías renovables; promover y estimular en todos los niveles de la enseñanza la inclusión de estos temas; propiciar las investigaciones sobre energías renovables y disciplinas conexas; apoyar la integración de los distintos grupos que trabajan en la Argentina en el rubro; contribuir al perfeccionamiento integral de los asociados mediante la coordinación de información técnica y bibliográfica; asesorar a organismos estatales, nacionales o internacionales sobre asuntos o problemas en torno a la temática; mantener relaciones epistolares con otras sociedades similares del país y del extranjero; respaldar las iniciativas de bien común promovidas por otros organismos y que se encuadren dentro de sus metas; y asumir representación y defensa de sus asociados