FUNAM “lamentó” que la Nación y el gobierno de Gildo Insfrán “quieran imponerle a los formoseños y al Paraguay un doble riesgo sanitario y ambiental: el proyecto de reactor nuclear CAREM 150 y el traslado, desde Córdoba, de la planta de Dioxitek que fabrica dióxido de uranio”.
El Dr. Raúl Montenegro calificó de “poco seria y patética” la defensa que Julio Aráoz, funcionario del gobierno formoseño, hizo de Dioxitek.
Montenegro recalcó que la planta, aunque fuera nueva, “contamina el ambiente con uranio y sustancias químicas” y que el gobierno formoseño “oculta que el transporte por ruta de material radiactivo entre las provincias de Buenos Aires y Formosa amenazará también otras provincias”. Sostuvo asimismo que la planta “es una instalación sensible y por lo tanto, blanco potencial de organizaciones terroristas”.
Ratificó además que Dioxitek “necesita mudarse a Formosa porque la están echando de la ciudad de Córdoba y no es aceptada en otras provincias. Ya le dijeron no la provincia de Mendoza, la ciudad de La Rioja y la ciudad de Despeñaderos en Córdoba. Frustrados también los intentos de trasladarla a las localidades de Río Tercero y Embalse (en la provincia de Córdoba) solo les quedaba buscar una provincia feudal como Formosa, donde las protestas públicas son violentamente reprimidas”, agregó.
FUNAM recordó que la planta fue y sigue siendo manejada “con total irresponsabilidad por la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA)” y que “almacena, sin membrana, más de 57.000 toneladas de residuos radiactivos de baja actividad en uno de los barrios más densamente poblados de la ciudad de Córdoba. Desde hace décadas viene descargando, cada año, kilogramos de partículas de uranio al aire y centenares de kilogramos de uranio a la colectora cloacal”.
Montenegro informó que CNEA y Dioxitek “nunca remediaron 7 de las 8 minas de uranio de Argentina” y que la remediación de Malargüe en Mendoza “es tan deplorable que la CNEA fue multada por el gobierno provincial. Por eso las minas de uranio siguen contaminando el aire, el agua y el suelo en varias provincias argentinas”.
Difundió además la sugestiva frase que Dioxitek incluye entre sus condiciones de visita: “Abstenerse las mujeres embarazadas de asistir”
Córdoba (Argentina), 18 de marzo de 2014. Recién llegado desde Francia, donde fue profesor e investigador invitado de la Universidad de Franche-Comté, el Dr. Raúl Montenegro advirtió que la intención de instalar en Formosa la planta de Dioxitek, “es una insensatez”. Agregó que la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y el gobierno de Formosa “quieren transformar a la provincia en el patio de atrás del país y del Paraguay” porque al proyecto de construir la central nuclear CAREM 150 “le agregaron, con el mismo autoritarismo y la misma ilegalidad, la reinstalación de Dioxitek, una planta productora de dióxido de uranio natural y de uranio levemente enriquecido que está siendo expulsada de la Ciudad de Córdoba”.
El Dr. Raúl Montenegro calificó de “poco seria y patética” la defensa que hizo de Dioxitek Julio Aráoz, funcionario del gobierno de Gildo Insfrán. El funcionario había declarado que la planta no es una mudanza de la planta cordobesa y que no generará “residuos para el medioambiente”.
Montenegro recalcó que la planta, aunque fuera nueva, “contamina el ambiente con uranio y sustancias químicas” y que el gobierno formoseño “oculta que el transporte de material radiactivo entre las provincias de Buenos Aires y Formosa, por ruta, amenazará otras provincias”. Sostuvo asimismo que la planta “es una instalación sensible, por cuanto usa uranio concentrado al 3,4% para hacer el uranio levemente enriquecido, y es por lo tanto blanco potencial de organizaciones terroristas”.
Montenegro, que es presidente de la Fundación para la defensa del ambiente (FUNAM) y Profesor Titular de Biología Evolutiva en la Universidad Nacional de Córdoba, sostuvo que quieren llevar Dioxitek a Formosa “porque no encuentran otro lugar donde instalarla. Ya fue rechazada en la provincia de Mendoza, en la provincia de La Rioja y en Despeñaderos en Córdoba. Frustrados los intentos de trasladarla a Río Tercero y Embalse solo les quedaba buscar una provincia feudal como Formosa, donde las protestas públicas son violentamente reprimidas”, agregó
FUNAM recordó que la planta fue y sigue siendo manejada “con total irresponsabilidad por CNEA” y que “almacena, sin membrana, más de 57.000 toneladas de residuos radiactivos de baja actividad que contaminan el suelo, las aguas subterráneas y el aire de barrio Alta Córdoba. Cada año Dioxitek ha venido descargando kilogramos de partículas de uranio por sus chimeneas y centenares de kilogramos de uranio a la colectora cloacal. Además, es una planta que sufre accidentes e incendios, y libera importantes volúmenes de amoníaco, una sustancia que afecta el sistema respiratorio”.
Ante el vencimiento del plazo dado a CNEA y la inminente clausura de Dioxitek por parte de la Municipalidad de Córdoba, el Ministro Nacional de Planificación, Julio de Vido, le solicitó al intendente de Córdoba, Ramón Mestre, que permita el funcionamiento de Dioxitek por varios meses más.
Montenegro les recordó al gobernador de Formosa Gildo Insfrán y al Ministro de Planificación Julio de Vido que en Argentina “las dictaduras ya se terminaron” y que “no pueden decidir localizaciones tan peligrosas como Dioxitek y el reactor Carem 150 violando la Ley Nacional de Ambiente que exige Estudio de Impacto Ambiental y Audiencia Pública, ni ignorando la vecindad de la república del Paraguay”.
Montenegro informó que CNEA y Dioxitek “nunca remediaron 7 de las 8 minas de uranio de Argentina” y que la remediación de Malargüe en Mendoza “es tan deplorable que la CNEA fue multada por el gobierno de Mendoza. Por eso las minas de uranio siguen contaminando el aire, el agua y el suelo en varias provincias argentinas”.
Difundió además la sugestiva frase que Dioxitek incluye entre sus condiciones de visita: “Abstenerse las mujeres embarazadas de asistir”.
Los riesgos de Dioxitek, un combo de uranio natural y enriquecido
Desde FUNAM se indicó que Dioxitek “es una empresa del Estado donde la Comisión Nacional de Energía Atómica tiene el 99% de las acciones y el gobierno de Mendoza el 1%. En su planta de barrio Alta Córdoba se produce polvo de dióxido de uranio natural y uranio levemente enriquecido al 0,85%, el llamado ULE. Estos dos materiales radiactivos se envían por vía terrestre al Centro Atómico Ezeiza en Buenos Aires, donde la planta de CONUAR-FAE produce elementos combustibles para las centrales nucleares de potencia y reactores de investigación”.
“Dioxitek ha sido reiteradamente denunciada en la justicia y hasta se vio envuelta en un caso de corrupción que motivó el apartamiento de varios funcionarios de CNEA”.
“Dioxitek fabrica y manipula polvo de dióxido de uranio natural que obtiene purificando otro material radiactivo, el diuranato de amonio o torta amarilla, traído por ruta desde el puerto de Bahía Blanca. Lo que no se conoce públicamente es que Dioxitek también almacena dióxido de uranio enriquecido al 3,4% para fabricar el combustible nuclear ULE, y que este uranio es un material altamente sensible. Tanto los insumos radiactivos como los productos radiactivos se transportan mediante camiones hábilmente disimulados que al atravesar pueblos y ciudades crean riesgos adicionales para sus habitantes” [1].
Dioxitek genera residuos radiactivos y no radiactivos: los datos que ocultan CNEA y el gobierno de Formosa.
El Dr. Raúl Montenegro indicó que Dioxitek y su planta predecesora, el Complejo Fabril Córdoba, “tienen un largo historial de funcionamiento irresponsable. Además de haber generado un depósito con más de 57.000 toneladas de residuos radiactivos de baja actividad, enviaron a la mina de uranio de Sierra Pintada en San Rafael (Mendoza) más de 4.000 barriles con residuos de uranio, que fueron descargados sin método alguno en las pilas de residuos minerales. FUNAM denunció judicialmente esta transferencia de residuos, que luego se suspendió, pero hoy los barriles rotos siguen contaminando el ambiente de Sierra Pintada”.
Montenegro agregó que estudios realizados por un laboratorio del gobierno de la provincia en 1998, el Ceprocor, y que obran en la Universidad de Extremadura, en España, “detectaron altos niveles de contaminación en el depósito de residuos radiactivos de Dioxitek. En ese lugar el radio-226, un derivado del uranio, supera en 257 veces los valores normales: encontraron un máximo de 9.500 Becquerelios por kilogramo, cuando el nivel de referencia es de 37 Bq/kg. En cuanto al radón-222, otro material radiactivo derivado del uranio, está a valores 7 veces más altos que lo normal: encontraron hasta 28,9 picocuries por litro, cuando el valor de referencia para la EPA es de 4 pCi/L [2]. Existe por otra parte una cantidad extremadamente alta de plomo 210, un material radiactivo derivado del uranio que tiene una vida media de 23 años y es riesgoso por más de dos siglos”.
La Autoridad Regulatoria Nuclear ya había alertado sobre los altos niveles de contaminación en el “chichón” de Dioxitek en Córdoba
Montenegro indicó que ya en 1992 la Autoridad Regulatoria Nuclear, ARN, señaló, como parte del documento RQ-85 “la necesidad de que se limite el acceso a las zonas más contaminadas” de depósito de residuos radiactivo de Dioxitek, el “chichón”.
Tras reiterar que postergar la erradicación de esta planta en un barrio densamente poblado como Alta Córdoba “fue aberrante”, recordó que el uranio “es un material muy tóxico que afecta los sistemas renal y óseo además de otros órganos del cuerpo humano” y que además, por ser radiactivo “es cancerígeno, sobre todo cuando se lo inhala junto al radón-222. Por esta razón la enfermedad más frecuente en los trabajadores de las minas de uranio es cáncer de pulmón”.
Cualquier nivel de radiación generada por materiales radiactivos puede provocar cáncer. No hay umbral de seguridad
Desde la difusión de los criterios BEIR VII en 2005 se reconfirmó que cualquier dosis de radiación ionizante implica riesgos para las células y tejidos expuestos. “Hasta hace unas pocas décadas se creía que solo representaban riesgo las dosis altas. Esto es pasado. BEIR VII Segunda Fase reconfirmó que cualquier nivel de radiación ionizante es inseguro. Incluso las pequeñas dosis pueden provocar cáncer y otros daños biológicos importantes. Para ello se combinan el llamado efecto Petkau, y otro recientemente descubierto, el efecto Espectador. Este último deriva de la comunicación entre células dañadas por la radiación y células sanas, que adquieren la patología. Todo esto torna aún más riesgosas las bajas dosis”, indicó el Biólogo Raúl Montenegro [3].
Referencias:
[1] El diuranato de amonio en tambores es importado desde otros países porque la mina de uranio de San Rafael en Mendoza no opera por decisión judicial, dado el irresponsable manejo que hizo CNEA de sus residuos.
[2] La EPA es la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos.
[3] BEIR VII Segunda Fase, Academias Nacionales de Ciencia de Estados Unidos, 2005 (700 p).
Para mayor información contactar a:
Prof. Dr. Raúl A. Montenegro, Biólogo
Presidente de FUNAM, Premio Nóbel Alternativo 2004 (RLA, Estocolmo, Suecia) y Profesor Titular de Biología Evolutiva en la Universidad Nacional de Córdoba.
Teléfono fijo: 03543-422236
Teléfono celular: 0351-155 125 637
E-mail: biologomontenegro@gmail.com
Encargada de prensa:
Lic. Nayla Azzinnari
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