Por Censat Agua Viva .- El golfo de Morrosquillo, ubicado en los departamentos de Sucre y Córdoba, es un lugar atravesado por fuertes cambios paisajísticos determinados por la ocupación territorial y los proyectos extractivos en la región. Esta crónica histórica reconstruye cómo sucedieron esos cambios, rescatando las voces de testigos de esta transición que se complementan con documentos históricos que fueron tácitos relatores de una sujeción de la tierra al capital.
Mediante el trabajo investigativo desarrollado por Censat durante estos años en relación con la exploración y explotación offshore en Colombia, y gracias al intercambio con organizaciones de Brasil a través de la plataforma Oilwatch, identificamos un tema clave que no había sido tratado en el país y cuyo análisis crítico era necesario para entender los riesgos de ese tipo de extracción: la ocupación de las costas con una enorme infraestructura que presta diversos servicios para hacer posible las operaciones petroleras y cuyos impactos sobre los territorios marino-costeros (entre los cuales sobresale la frecuencia de derrames de crudo) deben ser reivindicados. Esto nos remitió de inmediato a la situación que han vivido y que continúan enfrentando las comunidades de Coveñas, Sucre, a causa de numerosas mareas negras que se han producido en sus costas a lo largo de la historia y también del desarrollo del terminal petrolero de Coveñas, en el golfo de Morrosquillo. Estas comunidades conocen y tienen mucho que decir con respecto a los impactos de la infraestructura y las actividades extractivas en sus territorios, y sus testimonios permiten entrever lo que podría venir para otras comunidades de Colombia con el avance del extractivismo offshore.
Este trabajo representa un logro importante para Censat Agua Viva y para la sociedad colombiana, ya que marca un precedente importante en la reconstrucción de memoria y en la generación de nuevo conocimiento para entender y anticipar las consecuencias de la expansión de la frontera petrolera en el mar. Por lo tanto, esperamos que su lectura, socialización y discusión impulse el desarrollo de nuevos ejercicios de investigación, diálogo, debate y resistencia frente a lo que significa que las aguas y costas de Colombia -y del mundo- se conviertan en nuevos territorios de sacrificio.