Primer día del juicio a Relmu Ñamku, la mujer mapuche que enfrenta un pedido de quince años de cárcel por defender el territorio.
Alegatos de apertura, Fiscalía dudando de la acusación que impulsó (“intento de homicidio”), defensores, policías y el hijo del auxiliar judicial fueron las voces de la primera audiencia (realizada el lunes) en el juicio que se desarrolla en Zapala a los mapuches Relmu Ñamku, Martín Maliqueo y Mauricio Rain.
A Relmu se la acusa de “intento de homicidio”, con pena de quince años de cárcel. Ninguno de los testigos que declaró ayer pudo confirmar que Ñamku arrojó la piedra que golpeó a Verónica Pelayes (la denunciante). Uno de los policías afirmó que el abogado de la petrolera presionaba a Pelayes para avanzar sobre los alambrados comunitarios. La Confederación Mapuche de Neuquén repudió el juicio.
A las 6 de la mañana, en la plaza de Zapala, el Pueblo Mapuche realizó una ceremonia encabezada por las “pillancushe” (mujeres sabias) y donde concurrieron muchos no indígenas que respaldan a la comunidad Winkul Newen.
A las 8 hubo una audiencia privada entre los abogados de las partes, la fiscal acusadora Sandra González Taboada y el juez Raúl Aufranc para ajustar detalles del juicio. A las 10 comenzó el juicio, ya con todas las partes y el jurado intercultural atento (la mitad son mapuches). Es la primera vez de un jurado de este tipo en América latina.
La fiscal González Taboada realizó su presentación y relativizó implícitamente la carátula que ella misma pidió (intento de homicidio). Señaló que se trataba de una “acusación provisoria”.
El abogado defensor de la comunidad mapuche, Darío Kosovsky, la cuestionó duramente por la irresponsabilidad de fijar una acusación que los llevó hasta esa instancia (si hubiera dejado“daños”, como era inicialmente, se hubiera podido resolver sin juicio con jurados). El abogado también recordó las denuncias de la comunidad Winkul Newen contra la petrolera, que habían sido desestimadas por la misma fiscal que ahora los acusa.
El primero de los testigos fue el joven David Pelayes (hijo de la denunciante). Su relato tuvo momentos de confusión, señaló que la comunidad arrojó piedras sobre los autos (de la auxiliar de justicia y de la empresa) y en ningún momento vio a Relmu Ñamku arrojar la piedra que hirió a su madre. Sí relató que, ya en la camioneta y con su madre lastimada, la escuchó hablar por teléfono y acusar a Ñamku.
Declararon también tres policías. Dos que estuvieron el día del intento de desalojo (Gonzalo Salinas y Santiago Coria) y uno que trabajó en la instrucción de la causa (Oscar Castillo).
Salinas y Coria tuvieron contradicciones. Uno dijo que todos los mapuches tiraron piedras, el otro señaló que algunos. Sí coincidieron que el reclamo era “váyanse de nuestra tierra”. Incluso uno de los policías fue muy gráfico al recordar a una nena mapuche con una piedra en la mano que se le acercó y le dijo “andate de mi tierra”.
También reconocieron que la auxiliar del poder judicial (que tenía que notificar a la comunidad del ingreso de la petrolera Apache Corporation) era presionada por sus superiores vía teléfono y al mismo tiempo por el abogado de la empresa (que estaba en el lugar y reclamaba que una retroexcavadora arranque un alambrado y pasen las cuadrillas petroleras). Ambos reconocieron que las piedras fueron hacia los vehículos y no a las personas (hechos que la defensa destaca como muestra de que no se trató de un intento de homicidio).
La fiscal Taboada intentó confundir a los jurados al decirles que el juicio no se trataba de derechos indígenas ni de conflictos territoriales, sino de una agresión a una auxiliar del Poder Judicial (en la misma sintonía con la denunciante).
El abogado de los mapuches alertó al jurado que la estrategia de la Fiscalía y de Pelayes intentaba ponerles anteojeras para acotar un hecho que tiene explicación en todo un contexto. Y comenzó a detallar la historia de explotación y violencia de las petroleras sobre la comunidad. “La Fiscal solo les quiere mostrar una foto, nosotros vamos a dar cuenta de la película completa, de todos los hechos que confluyeron en el 28 de diciembre de 2012”, afirmó.
La fiscal Taboada se quejó y reclamó que sólo se refieran al hecho de diciembre de 2012. El juez Raúl Aufranc hizo lugar al pedido de la fiscal. Kosovsky denunció que “a las anteojeras que se le quiere poner al jurado se suma un bozal legal que intentan poner sobre nosotros (abogados de la comunidad)”.
Kosovsky remarcó que sus defendidos son inocentes, que en ningún momento quisieron asesinar a la auxiliar de justicia y reconoció que sí fue herida yeso requiere una compensación. Recordó que Pelayes ya inició ese camino, en la que demandó por 6,5 millones de pesos al Estado y a la petrolera.
La Confederación Mapuche de Neuquén (CMN) repudió el juicio a la comunidad Winkul Newen. “Mientras el fracking arrasa vida, culturas y ambiente, la Justicia arma carpas de escarmiento”, es el título del comunicado. “El pedido de pena de quince años de prisión contra Relmu Ñamku confirma la idea de una Justicia al servicio del extractivismo e instala una idea alarmante: el extractivismo se aplicará aunque se deba violar todo derecho, ética o formas. Quién se oponga tendrá toda la fuerza de la ley en su cabeza”, denuncia el comunicado. Consideró “repudiable y vergonzante” el accionar del Poder Judicial y alertó: “Una condena a mapuches en estas circunstancias tendrá consecuencias graves y significará un agravamiento del avasallamiento de derechos que se viene ejerciendo desde el Gobierno”.
Hoy, segundo día, declaran once testigos solicitados por la Fiscalía y por Pelayes. Se trata de empleados de la petrolera YPF (que en 2014 adquirió los activos de Apache Corporation).
Tomado del Diario del Juicio. Más información en http://amnistia.org.ar/relmu