El ingreso del país bolivariano al bloque traerá alivio para las elevadas importaciones argentinas de combustible, que restan cada vez más dólares
Por Natalia Donato | Cronista.com
La decisión de la Argentina, Brasil e Uruguay de aprovechar la suspensión de Paraguay del Mercosur para incorporar a Venezuela al bloque quedará oficializada el 31 de julio, en una reunión de los jefes de Estado en Río de Janeiro, tal como fue anunciado al cierre de la 43º Cumbre realizada la semana pasada en Mendoza. Y aunque el proceso de adaptación arancelaria llevará su tiempo, el dato clave para la Argentina es que a mediano plazo no sólo podrá exportar bienes industriales y agroalimenticios con 0% de arancel al país bolivariano, sino que podrá comprar combustible a un precio mucho más bajo que el actual.
El impacto económico del ingreso del país bolivariano en las economías argentina, brasileña y uruguaya recién llegará hacia fin de año o tal vez más adelante, ya que luego de avanzar en el paso formal, deberá arrancar una larga discusión entre los equipos técnicos del bloque y de Venezuela para coordinar cómo y en qué plazos se llega al arancel cero con el flamante socio. Así como también de qué forma se adapta el país bolivariano a las negociaciones que ya tiene en marcha el Mercosur y a los acuerdos de libre comercio que tiene firmados. Esta adaptación nunca se da de un día para el otro; lleva de dos a cuatro años, dependiendo del país y de los productos.
La posibilidad de importar petróleo venezolano es crucial para la Argentina, dado el crecimiento (en cantidad y costo) de este tipo de compras del exterior, que restan cada vez más dólares al país. El comercio entre la Argentina y Venezuela creció fuerte en los últimos años, mayoritariamente por las exportaciones locales al país que gobierna Hugo Chávez. El intercambio se multiplicó por 11 entre 2003, cuando llegó Néstor Kirchner al poder, y 2011, al pasar de u$s 149 millones a casi u$s 1.800 millones.
El resultado de la balanza comercial bilateral es superavitario para la Argentina. El gobierno de Cristina Fernández importa de Venezuela básicamente combustibles, y las exportaciones a ese país se concentran en alimentos, maquinaria y tecnología.
La producción de crudo de Venezuela ronda los 2,6 millones de barriles diarios, de los cuales el 80% se exporta. Es el sexto productor mundial de petróleo, por detrás de los países de Medio Oriente. El arancel externo común del Mercosur para importar combustibles actualmente es del 2,6%, pero en el caso de Venezuela en el futuro ese gravamen desaparecerá.
El trabajo técnico de coordinar el plan de adaptación arancelaria para el ingreso de Venezuela al Mercosur pudo haberse completado en los últimos años, a partir de que el país que gobierna Chávez suscribiera, en 2006, el Protocolo de Adhesión al bloque y se convirtiera, así, en Estado parte pero sin voz ni voto. La incorporación plena se daría cuando los Congresos de los cuatro países miembros del bloque aprobaran esta incorporación. Este ingreso no avanzó en el Parlamento paraguayo, por lo que el proceso quedó en stand by. Hasta el viernes, que la Argentina, Brasil y Uruguay suspendieron a Paraguay del Mercosur y ello les permitió sumar a Venezuela.
Lo cierto es que esta negociación quedó estancada. ¿Qué ocurrió? Venezuela era miembro de la Comunidad Andina (CAN), por lo que gozaba de las rebajas arancelarias con los países miembros Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, pero a su vez el Mercosur tiene un acuerdo de libre comercio con ese grupo de países. Entonces, cuando en 2006 los técnicos de Venezuela y del Mercosur intentaron negociar las rebajas de aranceles graduales, el gobierno de Chávez pretendía arrancar de los aranceles que tenía con el bloque previos a los acordados en el TLC con la CAN, es decir, desde un piso más alto. El objetivo de Venezuela era defender sus sectores industriales, recordó el economista de abeceb.com, Dante Sica. Las comisiones técnicas nunca se pusieron de acuerdo, por lo que ahora deberán reunirse cuanto antes a definir cómo será la adaptación de la estructura arancelaria, precisó Sica.
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