“En otros lugares, por caso, Bahía Blanca, Campo Durán y Plaza Huincul ya hubieran cerrado por su baja capacidad de conversión de crudo”, dijo Daniel Redondo, director de International Oil Consultants. Hay refinerías cuya producción no acompaña el consumo de naftas.
Para Daniel Redondo, director de International Oil Consultants, Argentina tiene pocas chances de incrementar sensiblemente su capacidad de refino en el corto plazo. Es que las inversiones en el sector son insuficientes para elevar la oferta, pese a que la demanda de combustibles ha crecido en los últimos años.
En una entrevista con la revista especializada Petroquímica, el miembro del IAPG (Instituto Argentino del Petróleo y del Gas) y profesor de posgrado del ITBA (Instituto Tecnológico de Buenos Aires) brindó un panorama del segmento refinador. Hay refinerías cuya producción no acompaña el consumo de naftas.
“Es cierto que hay otras refinerías en marcha y en carpeta, pero éstas poseen una ínfima incidencia”, aclara el especialista, quien a fines de setiembre dictó el seminario “La Refinación en la Argentina en el año 2020” en la sede del Instituto Petroquímico Argentino (IPA).
“Vale destacar que un 60% de la capacidad total (que promedia los 650.000 bpd) se localiza cerca del mercado metropolitano y de vías marítimas”, resalta. “En otros lugares, por caso, Bahía Blanca, Campo Durán, Plaza Huincul ya hubieran cerrado por su baja capacidad de conversión de crudo”, añadió.
“Quedarían cuatro en pie, de las cuales tres están bien (La Plata, Dock Sud y Campana) y una con algunos problemas (Luján de Cuyo, que debe derivar casi toda su producción a otros puntos del país, además de que su abastecimiento petrolero es difícil)”, puntualiza el experto.
Redondo cree que se registra una demanda selectiva y combustibles alternativos. “Del desarrollo de procesos y catalizadoras, el foco se corrió a la mejora y disponibilidad de tecnologías diferentes. Además, por estos días ninguna empresa está ajena al tema ambiental, hay severas restricciones sobre la operación y la calidad de los productos”, comentó a Petroquímica.
A escala regional, para los próximos años proyecta nuevas inversiones, ya que la oferta en Latinoamérica aún es escasa. “También se prevé un rol cada vez más activo de las empresas nacionales o estatales, que poseen el monopolio de las nuevas concesiones exploratorias y de producción, y que vienen teniendo bastante éxito en el ámbito refinador (un claro ejemplo de ello es Petrobras)”, añade.
“En cambio, se vislumbra una suba de la demanda de combustibles para el transporte en los países en vías de desarrollo (particularmente en China, India y algunos países de Latinoamérica y Africa)”, vaticinó el director de International Oil Consultants en la entrevista con la revista especializada.
Para 2020 espera una menor demanda de motorfuels en los países desarrollados (con caídas previstas en el orden de entre un 20% y un 30%) debido al menor crecimiento de la economía de las potencias, la mayor eficiencia en los automotores y el mayor protagonismo de los biocombustibles y otras fuentes de energía.
Según Redondo, la demanda de naftas viene recuperándose sorprendentemente (se duplicó desde el año 2000), con un aumento sostenido del parque automotor y una caída en las conversiones de gas natural comprimido (GNC). El gasoil también se elevó, pero no tanto (alrededor de un 30%).
“Se trata de buenas noticias para el sector refinador, aunque las refinerías parecen no haberlo notado, ya que su capacidad de procesamiento no creció demasiado o incluso bajó. Tenemos por delante el desafío de mejorar la operatividad”, advirtió.
Existen unas 650 refinerías de petróleo en todo el mundo, aunque cada año desaparecen entre 5 y 10. La capacidad total es de 91,8 millones de bpd, con una demanda de 86 millones.
De las ocho refinerías locales, YPF maneja tres: la de La Plata, en Buenos Aires (que procesa 198.000 barriles por día –bpd–); la de Luján de Cuyo, en Mendoza (126.000 bpd); y la de Plaza Huincul, en Neuquén (26.000 bpd).
Las restantes están a cargo de Shell (en Dock Sud, Buenos Aires, con 110.000 bpd), Axion Energy –ex Esso– (en Campana, Buenos Aires, con 90.000 bpd), Oil (en San Lorenzo, Santa Fe, con 38.000 bpd), Petrobras (en Bahía Blanca, Buenos Aires, con 32.000 bpd) y Refinor (en Campo Durán, Salta, con 30.000 bpd).
El Patagonico