El fracking y la devastación de los ambientes naturales y las comunidades

Desde hace unos años, Argentina ha entrado en emergencia energética. De ser un país que exportaba petróleo y gas natural en la década del 90 ha pasado a ser un importador neto de hidrocarburos. Para pagar estas importaciones (unos 10 mil millones de dólares por año)  se destinan la mayor parte de lo obtenido por las retenciones a las exportaciones de granos transgénicos (soja, maíz y trigo, entre otros) con la consiguiente afectación sobre la balanza de pagos.

Este es un problema que se origina por la aplicación de políticas “neoliberales” en la década de los 90, que incluyeron marcos regulatorios muy permisivos para las empresas mineras y la privatización de la empresa estatal YPF incluyendo las reservas de hidrocarburos que dicha empresa había ya determinado y cuyo destino era el de asegurar el abastecimiento de la demanda interna por un período razonable de tiempo. En lugar de ello, la empresa Repsol, que hubo adquirido a precio de liquidación la empresa estatal, se dedicó a sobreexplotar dichas reservas y casi eliminó nuevas inversiones para reponer lo que se gastaba, en un claro y contundente proceso de vaciamiento y que en muy pocos años ha llevado a la situación actual.

Con reservas tanto energéticas como de divisas disminuidas en forma considerable, con problemas de balanza de pagos que obligó al gobierno nacional a establecer restricciones en la disposición  de  divisas por parte de empresas y particulares, más la presión financiera internacional que intenta forzar una devaluación de la moneda, el gobierno nacional finalmente (en una decisión muy tardía) decidió expropiar al 51% de las acciones de YPF bajo control de Repsol y recuperar la gestión de la empresa, ahora nuevamente estatal.

Este acto de reafirmación de soberanía, si bien tiene un alto contenido simbólico, no soluciona el problema de fondo (al menos en el corto plazo) ya que el vaciamiento de la empresa YPF requerirá de ingentes sumas de divisas y de muchos años para ser revertido. Un hecho a destacar es la solidaridad de Venezuela que aporta con barcos “metaneros” una parte importante de las necesidades de combustibles que el país requiere y se ha comprometido a abastecer y cubrir todos los “baches” que se produzcan en el suministro interno.

El problema inmediato que se intenta resolver es obtener la financiación necesaria para reactivar YPF y cuyos montos no pueden ser cubiertos por las disponibilidades ni el ahorro nacional (salvo en una proporción menor) y adoptar las tecnologías que posibiliten acelerar los procesos y los tiempos. En ello se depende en gran medida de los condicionamientos externos tanto tecnológicos como financieros.  Es evidente que la soberanía recuperada con la expropiación parcial de las acciones de YPF en manos de Repsol se puede volver a perder nuevamente en esta etapa. De allí la importancia de que la población conozca en detalle la política que se  implementará.

De lo ya resuelto surge una primera decisión de aplicar tecnología “fracking” en los yacimientos probables de Vaca Muerta en la Provincia de Neuquén y de asociarse en una  primera etapa exploratoria con la empresa Chevrón (controlante de Texaco) de origen estadounidense. Ninguna de las dos decisiones parecen muy acertadas y se vislumbra tras ellas mas la intención política de neutralizar una reacción desfavorable de los EEUU que la de atenerse a las mejores opciones para el país.

El denominado “fracking” es una tecnología de explotación de petróleo y gas que se aplica en los yacimientos pequeños y diseminados denominados “shale oil” y “shale gas” y a pesar de que se la muestra como una tecnología novedosa para yacimientos “alternativos”, en los EEUU se la viene aplicando desde mas de 20 años (se estima se han realizado 500 mil pozos con esta técnica) con resultados desastrosos para el ambiente y las comunidades. No obstante ello, los EEUU promocionan vigorosamente esta técnica en otros países porque son norteamericanas las empresas importantes que la dominan. En un video que mostramos a continuación, podemos ver en qué consiste esta tecnología y en sus riesgos derivados.

Por su parte Texaco (controlada por Chevrón)  está siendo sometida en Ecuador al juicio por contaminación y genocidio mas importante en la historia de ese país y la justicia argentina ha respondido favorablemente al pedido de la justicia ecuatoriana de embargar bienes en Argentina de dicha empresa por valores no inferiores a los 20 mil millones de dólares. De eso también se habla en una nota a continuación.

Ver Video “La Sombra del Fracking”

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