El acuerdo firmado entre la estatal YPF y la multinacional Chevron incluye, entre otras, una cláusula secreta que establece la creación de una cuenta en el exterior (escrow account) bajo custodia de terceros.
En esta cuenta, ubicada en el exterior y bloqueada, la petrolera argentina se obligaría a depositar dólares que quedarían en “garantía” y que sólo Chevron podrá retirar. Así lo revela una reciente publicación de La política on-line (LPO) en donde se publican detalles del acuerdo y se señala que la creación de una “escrow account” se trata de un formidable “seguro” ofrendado a la petrolera norteamericana, contra la posibilidad de algún inconveniente futuro a la hora de girar al exterior los dividendos que genere la explotación de Vaca Muerta.
“Una excepcionalidad, un privilegio, una discrecionalidad que ensambla de manera perfecta con el decreto 929 que firmó la presidenta a medida de Chevron y que le permite libre giro de divisas al exterior y cero retenciones”, confía el artículo.
El hermetismo sobre lo que verdaderamente se firmó entre las partes es tal que ni la propia Legislatura de Neuquén pudo acceder a los términos del entendimiento, pese a que es ese cuerpo el que debe aprobar la extracción de los recursos ubicados en un sector del yacimiento de shale oil de Vaca Muerta, que desde la reforma constitucional de 1994 es de dominio originario de las provincias. El diputado provincial del Movimiento Popular Neuquino (MPN), Luis Sapag, primo del gobernador, admitió que en el acuerdo entre YPF y Chevron “puede haber cláusulas secretas”. Pero se cuidó de aclarar que el convenio entre las petroleras es “un contrato privado” y en ese acuerdo el gobierno neuquino “no puede intervenir”.
YPF ensayó una torpe acción de prensa filtrando un extenso y aburrido estudio geológico de la zona, como si fuera “el contrato”. Nada más lejos de la realidad.
El documento filtrado no contiene ni una coma sobre los términos del joint venture entre la petrolera que nacionalizó Cristina y el coloso norteamericano.
Enterados de la desesperada necesidad de la presidenta por mostrar alguna inversión que empiece a despertar a Vaca Muerta, Chevron presionó sin piedad y consiguió todo lo que pretendía. Y un poco más.
La presidenta tuvo una capitulación sin antecedentes en su prédica anti imperialista. Tan brutal fue el giro que el prestigioso economista de Flacso, Daniel Basualdo, que había accedido al directorio de la mano de Axel Kicillof, presentó su renuncia espantado apenas entrevió los términos de lo que se estaba negociando. Con esta cuenta Chevron podrá servirse a gusto dólares generados en la Argentina aun en posibles escenarios futuros de graves restricciones de divisas.
Tener que depositarle dólares en una cuenta off shore a una compañía para que invierta en el país, es una novedad que prácticamente no registra antecedentes en el mundo. Pero quizás lo más grave es que Chevron no haya considerado garantía suficiente el decreto ad hoc firmado por la presidenta. (Fuente: LPO)