Mauro Fernándes.- Está escribiendo un libro acerca del fracking o fractura hidráulica, una de las metodologías de perforación utilizadas para la extracción de recursos no convencionales en diferentes países del mundo, entre ellos Argentina. Asegura que es una técnica en torno a la cual se desarrolla “un sistema económico de corrupción” y que al mismo tiempo “prorroga el modelo energético basado en la producción de combustibles fósiles”. Se trata de Félix Herrero, abogado y economista, especializado en energía. “La historia del fracking en el planeta no va a durar más de 30 años”, sentenció a este medio.
Estuvo al frente de Yacyretá, Salto Grande y Corpus, tres grandes emprendimientos energéticos del país, y desde el 2007 forma parte de Proyecto Sur, movimiento político liderado por Fernando “Pino” Solanas. En una extensa entrevista, señaló que “hay que reconvertir la matriz energética nacional a través de la producción de energías limpias”, para lo cual consideró como “ideal” a la Patagonia. Y criticó el acuerdo celebrado el mes pasado entre YPF y Chevron para el desarrollo de hidrocarburos no convencionales en la formación Vaca Muerta (Neuquén), que implica en una primera fase el desembolso inicial por parte de la firma estadounidense de 1.240 millones de dólares destinados al área ubicada en Loma La Lata Norte y Loma Campana, según dio a conocer YPF.
P: -¿Cuál es su evaluación sobre el acuerdo celebrado entre YPF y Chevron?
FH: -Es parte de la continuidad de una política, que abarca hasta el momento tres etapas. La primera de ellas se dio en mayo del año pasado, cuando por ley se nacionalizó el 51 por ciento de las acciones de la compañía española Repsol. Esto último no se ha llevado a cabo de forma correcta, porque en la Constitución Nacional -en su artículo 17- se determina que la expropiación de un bien, propiedad o empresa debe ser previamente indemnizada. Por otro lado, YPF necesita de capitales para explotar petróleo y gas no convencional, a través del método fracking. Para ello se relacionó e invitó a 16 empresas para que invirtieran en Vaca Muerta. Solo aceptó Chevron, que recibió algo inusitado en el país, ya que la Corte Suprema de Justicia de la Nación no tuvo en cuenta el embargo a la compañía por 19 mil millones de dólares, dispuesto por la Justicia de Ecuador. Chevron no se caracteriza por ser una empresa seria ya que tiene varios juicios en su contra: en Ecuador y algunos sitios de Europa por daños ambientales y en Estados Unidos por razones impositivas. Es una empresa problemática que recibió varios premios al ingresar a la Argentina. Lo de Ecuador es de suma gravedad porque la empresa arrojó petróleo al lago Agrio y al sistema amazónico. Al país llegan compañías de las cuales no se conocen ni sus orígenes. YPF dio a conocer que Chevron va a aportar durante la primera fase 1.240 millones de dólares. Estimo que con suerte se realizarán cerca de 25 pozos en un año, sin tener en cuenta otros gastos que se requieren para el desarrollo de la actividad.
-¿Qué implica la utilización del método fracking?
-Son varias las cuestiones que hay que tener en cuenta. La más común es el daño ambiental que se produce, como ser la afectación de aguas subterráneas y la concentración de metano en la atmósfera. Lo más grave es que prorroga el modelo energético basado en la producción de combustibles fósiles. El fracking lleva consigo la prolongación de la era petrolera. Eso es peor que los efectos de contaminación a nivel local, porque se trata de una dependencia planetaria. Ya nadie habla del famoso pico de petróleo. Además, por la utilización de la técnica se pueden inducir sismos, como sucedió en Inglaterra y Estados Unidos. En torno al fracking se da un sistema económico de corrupción, porque en esta actividad el costo es superior al beneficio. Los gastos son muy altos, lo que conlleva a un sistema de subsidios, tal como quedó corroborado en el programa impositivo de Estados Unidos que en el año 2000 incorporó al fracking, más allá que el método era conocido desde 1947. Estoy de acuerdo con el subsidio social, pero no con el empresarial. Por otro lado, un yacimiento de petróleo y gas no convencional tiene menor reserva que un convencional. Su duración es breve y por lo tanto exige de una burbuja petrolera, comparable a la económica. Esto implica que hay que buscar de forma continua nuevos yacimientos. La historia del fracking en el mundo no va a durar más de 30 años.
-¿Es una técnica a partir de la cual se están generando ciertas resistencias sociales?
-El fracking está en pleno conflicto en el mundo y debe ser prohibido en la Argentina. Dentro del Partido Socialista francés, se ha dado una disputa en torno al fracking. Hace muy poco el presidente de Francia (François Hollande) determinó que durante su gestión no se explotarán recursos a través de esa técnica. La ley francesa prohíbe el hidrofracking (fractura hidráulica). Pero, como solo se habla de ese método, se está avanzando en la búsqueda de una fractura en la que no se utilice agua ni productos químicos.
-Desde YPF, indicaron que la explotación de petróleo y gas no convencional puede cambiar el futuro energético del país.
-Es una gran mentira. No se sabe ni lo que realmente hay en Vaca Muerta. Los datos provienen de una única fuente en lo que corresponde a las reservas de gas y petróleo no convencional en el país. Se trata de una agencia de información estadística del Gobierno de Estados Unidos. El estudio integra solo a 43 países, por lo tanto es muy vulnerable. Vaca Muerta puede llegar ser una gran ilusión.
-¿Debe existir una reconversión de la matriz energética nacional?
-Por supuesto. El país tiene una de las peores matrices del mundo. La energía proviene en un 87 por ciento de recursos fósiles. Es una matriz para el calentamiento global. No se puede mantener. Se está importando el 30 por ciento del gas que se consume y el 20 por ciento de petróleo. Argentina tiene 25 cuencas sedimentarias donde puede haber petróleo. Solo explota cinco de ellas. YPF, sin socios extranjeros, debería explotar cuencas profundas, para lo cual hay que incorporar tecnología, como hizo Petrobras. En el país, se destruyeron los avances tecnológicos por la privatización y a la vez parte del recurso humano se fue a Brasil. YPF debe integrarse a las empresas estatales de América Latina para que en su conjunto formen una compañía petrolera regional. Brasil cuenta con desarrollo tecnológico para explotaciones oceánicas, y Venezuela en petróleo pesado. En ninguno de ellos –hasta el momento- se utiliza el fracking, aunque comienzan a visualizarse ciertos intentos. Hay que reconvertir la matriz energética e impulsar el desarrollo de energías alternativas. Y hay que ir realmente hacia la nacionalización del sistema petrolero y gasífero argentino.
-¿Uno de los cambios podría ser a través de las energías limpias?
-El fracking va contra las energías renovables, porque evidentemente se deja de lado el sentido de cuidado del medio ambiente. Las energías limpias tienen un problema que es que producen electricidad y no combustibles. Y a la vez son menos estables que el petróleo, por los vientos o radiaciones solares (energía eólica y solar). En Argentina, y en el resto del mundo, aún la producción de energías renovables no supera el 1 por ciento del total de generación.
-¿Qué rol puede ocupar la región patagónica?
-Es un territorio ideal para el desarrollo de energías limpias. He observado la producción del hidrógeno en Pico Truncado, Santa Cruz. Pero en ese caso por ejemplo el interés petrolero no facilita que se avance en la materia. Eso sucede en todo el mundo. En la región patagónica, sin quemar gas, se podría obtener energía eólica, y a partir de la aplicación de agua, energía de hidrógeno.
-¿Qué ocurre con el desarrollo de la energía nuclear?
-En Argentina hay dos nucleares, en México tres y Brasil tres. Un total de ocho en América Latina. Se habla mucho del peligro nuclear. En mi caso no me opongo a este tipo de desarrollo. Lo que sí no que hay que hacer, como sucede con las hidroeléctricas, son mega centrales nucleares. En países desarrollados, se estima que el problema energético se va a resolver desde lo nuclear. Hay que pensar en dos aspectos: el desarrollo de energías de gran potencia y de menor tamaño. Las energías renovables no son de gran potencia, pero tienen la ventaja de ser limpias y humanas. Esto último quiere decir que están controladas por quienes las usan. La energía solar es utilizada en un establecimiento o en un pueblo, acorde a las necesidades de los usuarios. No forman parte de una empresa multinacional. Hay especialistas que aseguran que la producción de energías de gran potencia debería provenir de la fisión nuclear, el hidrógeno como combustible o los biocombustibles. No estoy de acuerdo con el desarrollo de biocombustibles porque para ello se utilizan alimentos. Es decir, se le quita un grano de trigo o maíz a un poblador para que un Mercedes-Benz funcione en Nueva York.
-¿Qué papel cumpliría el sistema ferroviario?
-Es fundamental. El ferrocarril sustituye la quema de petróleo. El sector petrolero y fabricante de camiones y automóviles, las empresas transportistas y las que tienen el control de los peajes en las rutas, han eliminado el ferrocarril para hacer negocios propios. Se trata de un grupo patronal y sindical. Mientras el sistema ferroviario crece en el mundo, en la Argentina se lo castiga. Junto con el transporte fluvial, es lo más económico que hay. El ferrocarril integra a un país. Argentina está desintegrada porque lo han eliminado, destruyendo a poblaciones enteras. En la década de los 90, se privatizó el sistema, y desde allí no se ha podido terminar con el actual cúmulo de corrupción. Ricardo Jaime (exsecretario de Transporte de la Nación) es la expresión más pura de los negociados realizados. La corrupción le ganó al ferrocarril.