Félix Herrero.- Las frackineras están preocupadas. Por eso gastaron millones de pesos en una solicitada del Instituto Argentino del Petróleo y Gas (IAPG), que funciona como una cámara empresaria de debate y de elaboración de silogismos petroleros, pero que también se dedica a ser generosa, no solo en su pensamiento sino también en argumentaciones técnicas. Debe recordarse que son socias del IAPG las compañías Chevron, Apache, YPF, Repsol, y Schlumberger.
La publicación aparecida en los más importantes órganos de prensa en función del tiraje del país, (algunos consideran que sobrepasan en número de 35 publicaciones) de una solicitud a doble página (1 y 2 de setiembre), y acompañada por otra de una página de YPF, la “nunca terminada por nacionalizar”, muestra que el desarrollo del pensamiento nacional es indetenible en la opinión de la gente.
Las petroleras frackineras centran sus argumentaciones en dos grandes falsedades que como dioses falsos intentan imponer en el mundo petrogasífero actual:
a) La riqueza en Vaca Muerta es infinita, y si no se extrae el gas y el petróleo se renuncia a grandes ganancias que podrían dar fin a la falta de escuelas, hospitales, clubes, etc. que todo el país sufre.
b) Los efectos de Vaca Muerta son remediables, como lo serían en todas las cuencas shales de Estados Unidos si se dispusieran alrededor de 30.000 millones de dólares para la remediación.
Ambas novelas son “sostenidas” por apreciaciones sin ninguna base ética ni estadística. Se trata de confundirrecursos con reservas, lo que es una falacia pocas veces vistas. La conversión de recurso en reserva (ya sean probadas, probables o posibles) exige dos condiciones que no existen en Vaca Muerta. i) la medición de los recursos (cuantificar en derecho minero), ii) medir de tal modo que sean se trate de bienes comerciables (valorizarlos) teniendo en cuenta el precio de venta, los costos de extracción y comercialización, y la ganancia obtenible). Nada de esto existe en Vaca Muerta.
Un economista petrolero adscripto al Centro de Economía Energética del la Fundación Bariloche calcula que solamente el 1‰ (uno por mil) de Vaca Muerta está cuantificado y valorado en este sentido. ¡En base a esto se construye la novela! O sea, se quiere crear una gran ilusión, mientras las multinacionales angloamericanas harán de Vaca Muerta una retención o depósito para los inciertos futuros petroleros que se esperan en el mundo.
Respecto a la segunda mentira se quiere ignorar que la generación de sismos y la infección de las aguas subterráneas que con las superficiales constituyen un sistema inseparable, y no se dice que la roca contenedora aflora en Loma de la Lata (o sea, en Vaca Muerta).
El exembajador Estrada Oyuela en un diario porteño (17 de septiembre) enfáticamente niega el doradismo que afirman algunos artículos que responden a los frackineros, y el mismo día, el Financial Times de Londres nos dice que el fracking no constituyo un El Dorado, y puede quebrar en su columna vertebral el negocio por no ser lucrativo (obviamente si no se otorgan ultramillonarios subsidios).
La batalla del fracking está perdida fuera de Estados Unidos. En un escrito más largo que el presente afirmo que seis obras cambiaron y seguirán cambiando el pensamiento popular sobre esta técnica diabólica: tres son estudios publicados por la prensa, y otros tres son películas documentales. Los editoriales del The New York Times aparecidos en 2009 y 2011, y el artículo sobre la estafa del esquisto de Le Monde Diplomatique publicado en el presente año. Los documentales de Fox Josh –Gasland Part One (2010) que tiene varios años– y su Part Two recientemente inaugurada, como el de Pino Solanas, La Guerra Del Fracking, próximo a estrenarse, influyeron e influirán fuertemente en la opinión nacional.
La guerra de opinión del fracking ha sido ganada por los numerosos argentinos que han marchado, firmado solicitudes, parado, baleados, y enseñado que si el fracking fuera oro es apenas para hoy, pero seguro hambre para nuestros hijos y nietos.