Del Giro Simbólico al Real

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El Convenio de Solución Amigable y Avenimiento de Expropiación con Repsol
Por Bruno Costas y Claudio Lozano / Marzo de 2014
A MODO DE SINTESIS
No hubo vencedores ni vencidos’, dijo Axel Kicillof en  su presentación al Senado del Acuerdo con Repsol, intentando sacar un empate de lo que ha sido una derrota en  toda la línea.
El impresentable acuerdo que se trae por exigencia de Repsol a tratamiento parlamentario tiene condiciones que lo hacen inaceptable. El Tribunal de Tasación aparece dibujado en el proceso de valuación de la empresa, quedando claro que se lo invitó a pronunciarse para validar un precio establecido en otro lado. Más allá de ese punto, de no haber tomado en cuenta ni valuado los daños ambientales, ni denunciado vía Auditoría el vaciamiento patrimonial que Repsol consumara, el acuerdo tiene algunos detalles inexplicables:
a) Se le propone al Congreso que se pronuncie sobre un acuerdo cuyo precio definitivo será establecido por el mercado. Podemos emitir desde 5.000 millones de dólares de deuda hasta 6.500 millones dólares según sean los precios de los bonos en el mercado.
b) Se formula un esquema que hace ventajoso para Repsol asociarse con una institución financiera y desprenderse de los bonos desmoronando sus precios.
c) Se establecen garantías por parte del Banco Nación.
d) Se emite un bono nuevo (el más importante) a una tasa increíble del 8,75% anual.
e) La evaluación del valor presente del flujo de fondos de la operación pactada no solo indica que se pagarán más de 11.200 millones de dólares, sino que la TIR (Tasa interna de Retorno) supera el 12% anual.
f) Es decir, estamos multiplicando por tres la tasa que hoy sería razonable establecer en línea con los estándares internacionales. Bolivia, Brasil y la propia Repsol emiten hoy deuda en los mercados mundiales a no más del 4% anual.
g) Es insólito que una empresa que ha producido vaciamiento y daño ambiental, sea premiada por nuestro país con una tasa exorbitante.
h) No se entiende si el valor era de U$ 5.000 millones porque no emitimos un bono de U$5.000 millones al 3 o 4% anual.
i) La sobretasa oculta que en la práctica equivale a emitir deuda hoy por U$ 8.500 millones a la tasa internacional.
j) Ese es el valor que estamos pagando: U$ 8.500 millones. Este precio equivale al valor promedio de la acción del año previo a la estatización.
Así que, mal que le pese al Ministro, no sólo no hubo empate, sino que nos rompieron el arco.
Estos puntos son los que se explican en el trabajo que anexamos.
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