Por Comisión Intereclesial de Justicia y Paz
El 7 de abril fueron las exequias de Faustino Acevedo, un reconocido líder campesino de la región del Morro, en el departamento del Casanare, quien fue asesinado el pasado 6 de abril, al parecer tras recibir tres impactos de bala en la cabeza.
El grave acontecimiento se une a las repetidas amenazas de las que fueron objeto Faustino y otros líderes del Morro y Tauramena, en virtud de sus labores como líderes comunales desde ASOJUNTAS y desde donde venían proyectando un trabajo coordinado con la Unión Sindical Obrera, USO.
Dichas amenazas se pusieron en conocimiento del gobierno y las autoridades desde el 2012, tanto las instauradas por estos líderes, así como las que hizo la USO ante las autoridades de policía y al ejecutivo nacional en las mesas de concertación del 2012.
Según la Unión Sindical Obrera, USO, Faustino Acevedo se destacó por la defensa de los derechos de sus comunidades y los obreros. En el 2012, ante el manejo que se venía dando al asunto laboral, junto con otros compañeros del Morro, decidieron asumir la defensa de los intereses de los trabajadores, lo que les generó muchos inconvenientes con algunos sectores interesados en continuar monopolizando el manejo de cupos laborales, pero sin las condiciones y conocimiento de la legislación laboral.
Este crimen tiene como antecedente el hecho de que en el 2012 Faustino fue víctima de seguimientos e intento de asesinato; similar a como ha venido sucediéndole a otros líderes comunales. El reciente paro que lideró Faustino contra la empresa ISMOCOL, para exigir mejoras en las condiciones para los obreros, le implicó graves amenazas contra su vida.
Es de destacar, como lo evidencia la USO, que la dirigencia del Morro no ha sido ajena a la violencia contra sus dirigentes; la organización social ACDAINSO, creada en 1995 como una forma organizativa de las comunidades, para responder por la dinámica implementada por los grupos criminales, al servicio de las empresas petroleras, que dejaron como saldo el exterminio de la Asociación Departamental de Usuarios Campesinos ADUC de Casanare y otras forma asociativas, fue sometida al asesinato de dirigentes campesinos como Carlos Arrigí, Gabriel Ascencio, Javier Vargas, Oswaldo Vargas, Parmenio Parra y una persona que estaba con él.
Ayer las autoridades estaban ofreciendo por este asesinato cinco millones de pesos, lo que causó indignación en la comunidad, la cual, como forma de expresar su inconformidad, dijo que ofrecería 50 millones de pesos por estos hechos.
El Comité de Solidaridad con los Presos Político se une a las voces de repudio en relación con este asesinato, extendiendo nuestras más sinceras condolencias y solidaridad con los familiares, amigos y compañeros.
Así mismo, hacemos un llamado urgente para que se garanticen las condiciones de protección integral a favor de los demás líderes comunales que, como Faustino, han recibido en repetidas ocasiones amenazas e intimidaciones por su labor de defensa de los derechos de los trabajadores y habitantes de la región de Morro y Tauramena.
—
¿Se puede asesinar el mandato popular?
Por Liria Manrique, abogada Defensora de DDHH
El sábado 6 de abril al caer la tarde fue ultimado con cuatro disparos el líder comunal y recién electo presidente de ASOCOMUNAL, organización que reúne las 18 Juntas de Acción Comunal del Corregimiento del Morro, jurisdicción del Municipio de Yopal – Casanare.
Una tarde con los amigos, disfrutando la compañía de su compañera sentimental, mientras sonreía al trago de una cerveza y un buen pedazo de carne asada, Didier Faustino Acevedo Gaitán, se encontró con la muerte que le llegó por la espalda con los disparos que un hombre desconocido le internó en su rostro arrancándole la vida de manera fugaz.
El dolor consume a la comunidad. El contexto es aterrador: Faustino es el quinto miembro de la asociación de juntas que es asesinado sin siquiera posesionarse en el cargo. Oswaldo Vargas asesinado el 2 de septiembre del 2004, Parmenio Parra asesinado el 10 de mayo del 2005, tres días después de ser electo, Cenin Cruz y Javier Silva, desaparecido 15 días después de ser elegido como presidente de ASOCUMUNAL precedían esta aterradora cifra; el último de ellos desaparecido hace dos años, previa amenaza de muerte que miembros de EQUION – antigua BP, habían hecho públicamente contra Javier. Dos años después, no sólo no existe avance sustancial de la investigación, sino que además no se contempla la posibilidad de investigar nexos entre la Petrolera y los homicidios.
La maldición del oro negro abrazó nuevamente el corregimiento El Morro. Hoy el miedo embarga a los líderes; no sólo sienten la muerte de un dirigente comunal, también se fue un amigo, padre de tres hijos menores de edad y, sobre todo, un referente de amor por el trabajo y por su comunidad.
Podría pensar el victimario que logró su cometido, sin que esto se acerque a la verdad. El pueblo sabe porque eligió a Faustino, conoce la difícil situación laboral y la ardua lucha que había emprendido en nombre de las comunidades que se ven reducidas ante la arremetida de las grandes empresas petroleras; saben también que la lucha es larga y dolorosa, pero sobre todo saben y recuerdan el por qué vale la pena seguir luchando y darle valor a la muerte de sus compañeros.
La respuesta no puede ser otra que la investigación, la cual deberá arrojar resultados inmediatos en cuanto al autor material y los autores intelectuales de lo que sucede en el Morro; son ya más de 10 años desde la primera muerte y la cual se encuentra en completa impunidad; las víctimas necesitan justicia y están dispuestas a buscarla. El Morro ahora sabe que puede pasar y está dispuesto a luchar bajo una única opción posible LA VERDAD.
PaCoCol