Aun con estímulo oficial, sigue cayendo la oferta de petróleo

Pese a la buena performance de YPF, la producción de crudo y gas bajó casi 1% en seis meses

Por Pablo Fernández Blanco.- La estatización de YPF, los subsidios a la producción de gas, el aumento del precio interno del petróleo, la flexibilización de las restricciones al giro de divisas para las empresas que aumenten sus inversiones y la luz verde que prometió dar el Gobierno a los importadores de equipamiento. Nada de eso parece alcanzar para torcer la tendencia a la caída de la producción doméstica de hidrocarburos, que se instaló durante el kirchnerismo y se convirtió, a partir de 2010, en el principal motivo por el que salen dólares del país (destinados a pagar importaciones de energía), que llevaron a Cristina Kirchner aestablecer el cepo cambiario.

Las últimas cifras oficiales así lo explican. En los primeros seis meses del año la producción de petróleo cayó casi 1%, hasta los 15,27 millones de metros cúbicos (m3). Mientras que la extracción de gas tropezó en un nivel similar, hasta los 20.443 millones de metros cúbicos.

Esas cifras, además, encierran una trampa: la oferta local de hidrocarburos cayó en el semestre pese al fuerte incremento en la producción que mostró YPF, la mayor petrolera del país, responsable del 40% de la producción de crudo y de casi el 28% de la de gas.

En el primer semestre, la petrolera que conduce Miguel Galuccio aumentó 8,5% la oferta de crudo y 10% en el caso del gas.

En otros términos: sin los números positivos de la empresa nacionalizada en abril de 2012, la caída en la oferta interna de hidrocarburos hubiese sido mucho más importante, de 6,5% y de 4,6 en cada caso.

Entre las principales petroleras privadas figuran Pan American Energy (PAE, de los hermanos Bulgheroni, la china Cnooc y la británica BP); la norteamericana Chevron; la china Sinopec; Tecpetrol, de Techint, y la brasileña Petrobras, por nombrar algunos ejemplos.

La buena performance de YPF en comparación con el resto de las empresas llevó, meses atrás, a que algunos sectores del Gobierno analizaran la conveniencia de avanzar con la ola estatizadora en el petróleo, algo que no prosperó.

Algunos analistas habitualmente críticos de la gestión oficial en el área energética tienen ideas distintas. Para el ex secretario de Energía Emilio Apud, por caso, hay que preguntarse por qué YPF es la excepción en la industria petrolera. “A mi criterio se debe a que el Gobierno no repara en rentabilidad ni riesgos y sostiene la gestión de la empresa en la que tiene el 51% de las acciones para reducir las importaciones de combustibles mediante aportes de fondos, facilidades para conseguir dólares para importar equipos y otras ayudas domésticas que le otorga la presencia en el directorio del ministro de Economía, Axel Kicillof.”

De todas formas, según los balances de YPF, su utilidad tiene buena salud. En el primer trimestre ganó 2787 millones de pesos, 128% más que en el mismo período del año pasado. La empresa presentará mañana sus balances del segundo trimestre.

El resto de las compañías, a criterio de Apud, están afectadas por las variables de siempre. “Hay falta de inversión por varios motivos: control de precios, intervencionismo, restricciones al comercio exterior (tipos de cambio, problemas de importación y salida de divisas), ausencia de reglas de juego claras y estables”, explicó.

Galuccio notó la diferencia de performances. Es uno de los motivos por los que promueve una nueva ley de hidrocarburos más amistosa con la inversión, pero también más restrictiva con el poder de las provincias sobre el manejo de la actividad.

Por su parte, Daniel Montamat, también ex secretario de Energía y ex presidente de la petrolera estatal, hace una cuenta con matices. “YPF tiene más de la mitad de los equipos perforadores en uso (68), pero su producción en promedio representa 35% del total. Los otros operadores explotan yacimientos con pozos con productividad declinante y la política energética no los estimula a asumir mayor riesgo exploratorio ni a hacer más inversiones para aumentar la recuperación en los yacimientos. Así, sobreexplotan lo que está en producción y por eso su aporte a la oferta sigue cayendo”, sostuvo.

En cambio, la empresa estatal “invierte a pesar de la política energética porque la impronta del Gobierno es mostrar resultados productivos sin reparar mucho en los costos y otorgar a la empresa un trato especial respecto del resto, por ejemplo, en financiamiento”, completó.

“La caída de la producción sigue siendo generalizada. Producimos menos crudo y menos gas que en 2013 y mucho menos que en 2012. En el mismo tiempo, la demanda creció”, lamentó, por parte, Jorge Lapeña, ex secretario de Energía.

DIEZ AÑOS DE CAÍDA EN LA PRODUCCIÓN

Cada vez menos

Primero el petróleo y luego el gas, la producción de ambos hidrocarburos entró en un proceso de caída permanente durante el kirchnerismo.

Compras al exterior

Sin mostrar signos de preocupación de manera pública, el Gobierno optó por reemplazar la menor producción doméstica por productos importados, que se pagan en dólares y cuyos precios siguen el comportamiento de los valores internacionales.

Más demanda

En paralelo, el consumo local de gas y crudo (es el principal insumo de la producción de combustibles) fue en aumento durante la última década debido, en parte, al retraso en los precios, que estimularon la demanda.

Problema nacional

En 2012 el Gobierno estatizó YPF, alarmado por la constante caída en la producción de hidrocarburos y el aumento de las importaciones. Desde que tomó la compañía, la producción de la empresa fue en aumento. Sin embargo, no alcanza hasta ahora para revertir la tendencia general a la caída en la oferta.

La Nación