Relatos ilegales

“Clandestino en tu propia tierra,
Extranjero en tu propio origen,
Es nacer y ya estar condenado,
existir pero ser invisible…”
Puelkona

Por OPSur.- Hace más de 30 años Nora del Carmen Gómez dejó el paraje Rincón de las Cenizas, donde había vivido durante una década, y se trasladó con su familia a Sierras Blancas, en cercanías de San Patricio del Chañar. “Vinimos del cerro [Auca Mahuida] porque era muy lejos, no había tráfico de vehículos”, explica. Su vida siempre estuvo vinculada a la cría de chivas y vacunos, sus padres eran crianceros, y continuó la actividad junto a su marido, también de familia criancera. Nunca quiso encargar sus animales a un puestero y dejar el campo.

La charla avanza en frases cortas, matizadas con mates dulces, pan casero y el llanto de la nieta fastidiada por un resfrío. Afuera el sol derrite la helada que dejó la noche, el cielo se ve de un celeste intenso y el monte bajo verdea la meseta. Cuenta que tenía 900 chivas pero que actualmente apenas le quedan 100. “Estos dos, tres años han venido re malos y se fueron abajo. Por las cenizas [tras la explosión del volcán Puyehue en 2011], por la sequía, que no había pasto, se nos morían los animalitos. El año pasado estuvo más o menos la crianza, y este año no sé cómo irá a estar, hay mucho pasto.” Que alimenta esperanzas.

No muy lejos del puesto de los Flores, como se conoce la casa -por el apellido del marido de doña Nora-, vive Enrique Fuentes. “Tuvimos una mortandad de chivas… como 100 animales chicos y como 50 vacunos… Y vendí flaco… Ahora tengo poco, porque los años han venido feo”, relata apoyado en el cerco que rodea la casa, donde recibe al OPSur. El viento helado se hace sentir. No hay intención de que la conversación sea demasiado extensa, sólo lo justo. El hombre, también es nacido en la zona, alternó la vida de criancero con el trabajo en chacras y distintas obras que se realizaron en la zona, como el dique compensador de Planicie Banderita y en Loma La Lata. En 1982 se trasladó al campo nuevamente y en 1984 se instaló al lugar donde vive actualmente.

Los relatos del fuerte impacto de la sequía y de las cenizas volcánicas no sólo se repiten en esa zona sino en toda la provincia y norte de la Patagonia, donde los pequeños productores fueron duramente golpeados por la seca por más de un lustro. Pero la causa de la merma también avanza sobre ruedas y camina en dos patas. “Gente de afuera, que vive en las chacras, los animales bajan a las chacras y ahí, gente que hay, porái son dañinos… Y suelen venir aquí, y peor… tres, cuatro, cinco chivas… Y ahora con tanta picada que hay, dentra cualquiera. [La empresa Shell] dicen que van a hacer eso de borrar las picadas [que ellos no transitan], para que no trafique gente que no sean ellos”, cuenta doña Nora. Y algo de eso se ve al recorrer los campos por la cuadrícula petrolera, picadas bloqueadas con montículos de tierra.

Fuentes comenta que esta situación, la del robo de ganado, empezó a darse con la traza de los gasoductos Neuba II y Mega, que implicó la apertura de una faja de seguridad que no sólo es transitada por las empresas encargadas del control y mantenimiento sino también, como él dice, por los amigos de lo ajeno. La solución fue pedir que coloquen tranqueras. “Ahora tengo la tranquera abierta allí por las empresas… le voy a decir que si sábado y domingo no trabajan, que la cerremos. La otra vez vino la empresa Medanito, que hizo el primer pozo, y me dejó candado y llave, para cerrar, ellos se quedaron una copia. Ese día me la querían cerrar y le digo: ‘Cerrármela no, porque acá vine un camión a dejarme agua… ¿Si llega a venir alguno a comprarme un ternero, a comprarme un chivo? Que es de lo que yo vivo… Entonces siempre, cuando salgo, la cierro… Inclusive la empresa cambió de tranquera, sacó la mía y puso una. Ahora está esta otra empresa [no recuerda cómo se llama], los voy a ir ver para que cerremos los fines de semana, que ellos tengan una copia también…”

Si bien el avance de sobre la formación Vaca Muerta desde las áreas Sierras Blancas y su vecina Cruz de Lorena es aún incipiente, no ha superado la etapa exploratoria, las transformaciones empiezan a materializarse, y no sólo en los desmontes para la aperturas de picadas y locaciones, sino también en la presencia de una variedad de empresas que ocupan el mismo espacio e introducen sus tiempos y dinámicas en el territorio alterando los ritmos cotidianos. La vida campesina resulta avasallada por la incursión industrial en el ámbito rural.

Además de los robos, el tráfico permanente de vehículos afecta la producción campesina. “Ellos pasan rápido de acá para allá –se enoja doña Nora-, tienen que pasar moderado… Si no riegan… tremenda tierra [levantan]. Los montecitos quedan llenos de tierra y si no llueve se secan, se entelillan. Y los animales poco lo comen porque está todo entelillado. Por eso se enflaquecen demasiado y después se comienzan a morir.” Hace una pausa, como esperando una nueva pregunta, el silencio se prolonga, continua. “Le dijimos [al representante de la empresa] y dijo que sí, que tenían que regar todos los días. Si el año pasado los hubiera visto esos faldeos, estaban blancos… blancos de tierra… Si no se podía ya con los animales. Y después la porquería de agua que sacaban de la pileta, en la cañería, esa agua que sacaban estaba contaminada.”

Sierras Blancas y Cruz de Lorena son dos de las cinco áreas desde donde Shell –que en la Cuenca Neuquina opera bajo la razones sociales Shell CAPSA y O&G Developments- intenta llegar a las profundidades de Vaca Muerta, los restantes son Águila Mora, Rincón de las Cenizas y La Escalonada. Pero es en Sierras Blancas donde registra la mayor actividad no convencional, allí perforó y fracturó 4 de los 11 pozos exploratorios que tiene en su haber. La apuesta de la petrolera anglo holandesa, si bien es una de las más importante en el escenario neuquino,  no es a todo o nada y está muy lejos de  cualquier comparación con los montos desembolsados por YPF y Chevron; de momento el boleto de ingreso al mundo shale lo adquirió asociada a otras compañías como G&P, Total y Medanito.

La explotación de hidrocarburos no es nueva en los alrededores de San Patricio del Chañar, donde se encuentran Sierras Blancas y Cruz de Lorena, sin embargo, desde los años ’60, la agricultura tuvo un gran desarrollo en la localidad con la concreción de obras de aprovechamiento del río Neuquén, que permitieron poner miles de hectáreas bajo riego. En la actualidad en esas tierras prevalecen la fruticultura y la vitivinicultura -esta última adquirió proyección internacional en años recientes-, en tanto la ganadería se concentra en la meseta, manteniéndose como una economía casi de subsistencia. Si bien Shell reconoce la preexistencia del sector vitivinícola, constituido por importantes empresarios locales –vinculados algunos al partido estado-, no procede de la misma manera ante otros, como las familias campesinas.

“El año pasado, en junio, empezaron estas empresas –recuerda doña Nora. Más antes pasaba el gasoducto, nomás. Y ahora dicen que van a hacer otro gasoducto nuevo, ya lo marcaron con banderas.” La frontera avanza, un futuro extractivista que intenta imponerse serpentea entre estacas y monte. En el campo de la familia Flores, además de la perforación de un pozo y el cavado de una pileta para el almacenamiento de agua para fractura, un particular puso en explotación una cantera donde explota caliza. “Dicen que fue… no sé si es un abogado… que abrieron esa cantera y le comenzó a vender [a la empresa]. Por eso arreglaron [el camino] con caliza, porque sacaban de ahí.”

En mayo de este año la televisión holandesa difundió un informe sobre los proyectos no convencionales de Shell en Neuquén, entre otros testimonios, estaban los de la familia Flores, que enumeraba los impactos y destacaba la falta de interés de la empresa en remediarlos. También por esos días integrantes de la Multisectorial contra la Hidrofractura de Neuquén, en el marco de la campaña de denuncia desplegada por la organización holandesa Milieu Defensie, participaron en La Haya de la reunión de accionistas de la petrolera, allí preguntaron por los proyectos de explotación de no convencionales en el Área Natural Protegida Auca Mahuida –en relación a tres pozos que la empresa perforó en el bloque Águila Mora- y por la situación de las familias campesinas. En esa ocasión el CEO de la compañía, Ben van Beurden, defendió los protocolos de seguridad seguidos por la empresa en sus operaciones de fracking y subrayó que Shell le está haciendo un aporte a la Argentina para que salga de su crisis energética. Días más tarde, la compañía respondió al informe televisivo, fue un comunicado en el que entre otras afirmaciones, sostuvo: “Sabemos que la familia Flores es una de las varias familias que se han asentado ilegalmente en las cercanías de nuestras operaciones. En general, tenemos buenas relaciones con estas familias, no tenemos evidencia de que quieran obtener ganancias de las actividades de Shell y de otras compañías”. Según esta concepción los territorios no tienen historia, no hay vida, son un vacío, no hay tiempo ni espacio; el origen lo marca la llegada de las empresas: ese es el Principio.

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¿La empresa les está diciendo que si no tiene el título de las tierras no puede llegar a ningún arreglo por los daños? “Claro, claro –recalca doña Nora. Cuando lleguen los papeles vamos a llegar a un arreglo, de combinar lo que van a hacer. Nos irán a pagar el daño que nos han hecho más antes: la picada esa, tanto monte que han sacado. Después allí, donde hicieron el pozo, sacaron tanto monte, y ese montecito no vuelve más, después le hace falta a los animales. La pileta… donde hicieron esa cantera, también. Mucho daño… le dijimos que tienen que reconocerlo. Dijeron que sí, pero están faltando los papeles, el campo ya lo midieron [empleados de la Dirección de Tierras]”.

“Los de [la Dirección de] Tierras están recorriendo los puestos ahora”, cuenta don Fuentes. “Han estado antes, han venido a ver acá. Ahora esta gente vino a investigar para saber en qué lugar estamos, cómo estamos. Los otros siempre vinieron a dar una mirada. Ahora último ya se pone más complicado, como ya están ahí empresas trabajando… Van a trabajar bastante, por lo visto, me explicó un muchacho los otros días. ‘Esto recién empieza, tenemos trabajo para tres años’, me dice. Ahora Tierras dijo que estemos atentos, llevaron el teléfono, que va a ser en estos días nomás.”

El hombre Fuentes se muestra cauto y al mismo tiempo esperanzado con el acuerdo al que pueda llegar. “Con las empresas no tenemos ni una relación, yo no le he pedido nada, está en manos de este hombre”, afirma refiriéndose a una asociación de superficiarios. “Él es el que va a tratar de que si nos corresponde algo… Ahora no sabemos, vamos a ver cuando sigan trabajando.” En su campo, también de escasas pasturas, han perforado tres pozos hacia las entrañas de Vaca Muerta, lo que implicó la apertura de una gran locación y su respectivo desmonte. “Yo no tengo problema con nadie”, aclara Fuentes, y tras una pausa agrega: “Después vamos a ver qué pasa… Tanta gente que han ayudado… Los de la empresa vinieron a hablar con nosotros. Yo conozco la comunidad Cherqui [dice en relación a Kaxipayíñ], de un montón de años, vio. No sé que han tenido ellos, pero le han dado de todo, ¡le han dado millones! Capas que yo le pido 30, 40 mil pesos por una cosa y lo ven mucho… Así que vamos a ver.”

El transitar permanente de camiones y camionetas, las elevadas torres que cortan el horizonte y se adueñan del paisaje, el despliegue de trailers, grúas y demases son sólo la punta del iceberg en términos de las transformaciones que vive la región. Así como funcionarios públicos de distinto orden, desde la Casa Rosada hacía abajo, confunden Vaca Muerta con Arabia Saudita, en sectores populares también se ilusionan con recibir algo en el reparto, además de los daños.

Fuentes consultadas

El Inversor OnLine; 31/03/2014. Se mueve el tablero de Vaca Muerta: Shell le compró activos a la francesa Total.
OPSur, 20/05/2014; Neuquén, el avance no convencional de Shell.
OPSur, 16/09/2014; Auca Mahuida: área protegida para el sacrificio.

Esta nota forma parte de la cobertura Añelo corazón de Vaca Muerta, que tuvo financiamiento de FRL con fondos del BMZ.